Dicen que cuando un toro duda antes de embestir, pierde su fuerza. La mirada intimidante se vuelve vacilante, las patas se frenan y lo que debía ser una carga feroz termina en una escena inofensiva. Alvarado, apodado justamente el “Torito”, está atravesando un presente similar: tiene un plantel renovado, media ciudad detrás, y un estadio con historia, pero sigue sin encontrar la manera de atacar, de imponer condiciones y de ilusionar a sus hinchas. En ese contexto, San Martín viajará a Mar del Plata con la chance concreta de consolidarse como líder de la zona A y hundir aún más a un equipo que todavía no encuentra respuestas.

Los dirigidos por Ariel Martos buscarán un triunfo que les permita seguir marcando el ritmo del campeonato, en un estadio en el que Alvarado apenas ganó una vez en toda la temporada. El equipo marplatense viene de un 1-1 contra Güemes en Santiago del Estero, y ese resultado no hizo más que extender la racha de empates: ya suma seis en nueve fechas.

A eso se le suman dos derrotas y una sola victoria (el 3-1 frente a Patronato con goles de Lucas Monzón, Juan Pablo Gobetto y Derlis Ortiz.

En el Minella, su casa, los números tampoco son alentadores: igualó contra Atlanta, Quilmes y Almagro; muy poco para un equipo que, en el mercado de pases, apostó fuerte. “Le convierten poco, esa es su principal virtud”, analizó Sebastián Arana, periodista de La Capital de Mar del Plata. “Pero del medio hacia arriba genera muy poco juego y, por ende, tiene poco gol. Esa es la gran deuda”, añadió.

Tras un mal arranque, la dirigencia decidió interrumpir el ciclo de Alexis Matteo y entregarle las riendas del plantel a Pablo Quatrocchi, ex técnico de Estudiantes de La Plata y con experiencia como formador.

El nuevo DT apenas dirigió cuatro partidos, y aunque el equipo aún no mostró una versión dominante, hubo cambios de postura según la localía. “Fuera de Mar del Plata fue a buscar el punto, pero en el Minella se mostró más ambicioso, con una intención clara de recuperar la pelota más arriba”, explicó Arana. Tal es así que en los últimos partidos implementó un esquema 4-2-3-1, intentando darle mayor orden y balance al equipo.

Para mantener ritmo y ajustar detalles, Quatrocchi organizó un amistoso informal esta semana frente a un combinado local, Círculo Deportivo, y el resultado fue esperanzador: triunfo 3-0 y algunas buenas conexiones ofensivas que podrían replicarse el sábado contra el “Santo”.

En cuanto al mercado, Alvarado fue uno de los clubes que más se movió en el receso: llegaron Marco Borgnino, Joaquín Susvielles, Tomás Bolzicco, Diego Becker (“el más dotado técnicamente del plantel”, según Arana), el ex San Martín Enzo Martínez, Julián Ascacíbar (hermano de Santiago, actual volante de Estudiantes), y Brian Blasi, entre otros. Justamente este último hasta ahora fue la figura más regular del torneo para el equipo de “La Feliz”.

También intentó sumar a Mauro Osores, pero el defensor optó por dejar pagando al “Torito”, para regresar a Tucumán y reforzar a San Martín.

Claro que no todo fueron incorporaciones: respecto a la pasada temporada, se fueron nombres de peso como Guido Vadalá, Mariano Bettini, Oscar Belinetz, Guillermo Sánchez, Gonzalo Lamardo, Julián Vitale, Mariano Barbieri y Sebastián Jaurena; una reestructuración profunda que, por ahora, no dio el salto de calidad esperado.

San Martín, por su parte, llega entonado y con un objetivo claro: seguir arriba. Aunque el juego del equipo de Bolívar y Pellegrini no siempre fue brillante, la eficacia y el orden táctico le permitieron hasta el momento sostener el invicto. Con algunas dudas en el “11” titular, Martos probablemente repita la fórmula que le permitió sumar de a tres en las últimas fechas.

Eso sí, no puede confiarse; porque más allá de los números, Alvarado es un equipo que tiene recursos. Y cuando un toro encuentra su terreno, puede dejar de dudar y embestir con todo. El sábado, en el José María Minella, se enfrentarán dos realidades opuestas: la de un San Martín que quiere más y la de un Alvarado que aún no se reconoce en el espejo.