La denuncia para que se investigue el retiro de fondos municipales dejó al Gobierno tucumano una revelación y una consecuencia directa. La primera tiene que ver con un aprendizaje: ser un aliado estratégico del presidente Javier Milei no le garantiza ningún blindaje especial; al contrario, quizás sea ese el dato más preocupante. La segunda cuestión es el impacto en el corto plazo: pueden haberle volteado el candidato antes de que comience el proceso electoral.
Transcurrido ya el momento de la sorpresa por la noticia y del escándalo público, a Osvaldo Jaldo le resta transitar ahora la etapa de la incomodidad. El tiempo que este ciclo demande podría ser directamente proporcional a los vaivenes de su relación con la gestión libertaria. Y también dependerá del tenor de la campaña, aunque en este caso las decisiones que él adopte podrían amortiguar o potenciar el barullo.
Valen algunas precisiones sobre el caso. El esquema del retiro de fondos municipales mediante cheques por ventanilla no es novedoso en el interior del país, pero el volumen de las operaciones -en particular de 2023, en la previa de las elecciones presidenciales- activó llamativamente las alertas sólo en tres provincias: Tucumán, Salta y Catamarca. En consecuencia, los bancos enviaron Reportes de Operaciones Sospechosas (ROS) a la Unidad de Información Financiera. Luego, la UIF giró los informes el 2 de octubre a la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos. El 30 de diciembre, el titular de la Procelac formuló la denuncia penal para que se investiguen los hechos.
Lo curioso, y a la vez inquietante para Jaldo, es que la unidad antilavado está bajo injerencia directa de Santiago Caputo. El asesor presidencial echó en enero de la UIF a Ignacio Yacobucci y ubicó en ese lugar a Paul Starc. ¿Quién es? Un abogado con amplia trayectoria en la Justicia bonaerense y Federal y, además, ex funcionario de Daniel Scioli cuando gobernaba Buenos Aires. Starc estuvo en el equipo del entonces ministro de Seguridad, Carlos Stornelli, hoy fiscal federal en Comodoro Py. Además, fue marido de la ex libertaria María Eugenia Talerico, quien durante el macrismo fue vicejefa de la UIF. A colación, Talerico fue víctima durante los primeros meses de 2025 del ataque masivo de la horda de trolls libertarios, también bajo la órbita de Caputo, tras denunciar un pacto de “impunidad” entre LLA y el kirchnerismo a partir de la designación de Ariel Lijo para la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Las preguntas son inevitables: ¿Hubo alguna maniobra desde el “triángulo de hierro” presidencial para aleccionar al gobernador? ¿Puede haber habido una filtración en un órgano tan celoso y cerrado, vinculado a los servicios de inteligencia del Estado? ¿Es casual que sólo tres provincias “amigas” reciban el mensaje? El desconcierto, por lo pronto, es total en el oficialismo tucumano. Hay quienes cuentan que durante enero, cuando ya se hablaba en los pasillos gubernamentales de esta denuncia, en la Casa de Gobierno subestimaron el asunto porque –siempre según trascendidos- se lo había conversado “ya” con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
Mariano Campero: "Si Jaldo está convencido de que no hubo corrupción, traiga la documentación"Finalmente, nada de eso ocurrió. Hay voces marginales en el peronismo que buscan responsables vernáculos de la filtración, y apuntan como siempre al senador Juan Manzur. Sin embargo, ese análisis se refuta fácilmente: el médico fue el mandatario durante la mayor parte de las extracciones investigadas en Banda del Río Salí, Famaillá, Monteros y Lules, por lo que las esquirlas de la detonación lo salpican. Además, en el espacio no jaldista que ¿conduce o integra? el ex mandatario tampoco saben de dónde pudo provenir el golpe. Fue, de hecho, uno de los temas sobre los que conversaron el martes al mediodía Manzur, los hermanos Pablo y Gabriel Yedlin, Javier Noguera, Christian Rodríguez y el concejal José Franco, entre otros.
El posmanzurismo viene gestándose desde el año pasado, pero formalizándose desde febrero con el impulso de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Ya hubo reuniones en Tafí Viejo para afinar el tono con el que saldrán a competir en los comicios de diputados de este año. Aunque desde la Casa de Gobierno fogoneen una interna, en ninguna cabeza pensante cabe la posibilidad de que la lista de Cristina en Tucumán se enfrente con la nómina de Jaldo en una elección partidaria cerrada. Si no se avanza en una intervención del distrito local del Partido Justicialista, lo más probable es que este sector compita sin el sello partidario, algo en lo que ya tiene experiencia la hoy líder del PJ a partir de lo que fue Unidad Ciudadana. Muy remotamente, hay quienes todavía creen que puede llegar a haber un diálogo para el armado de una lista común. Mientras se aleja esa chance, se postergó la visita de Cristina a Tucumán: ya no será en abril, sino probablemente en mayo; esto, teniendo en cuenta que al no haber PASO el comienzo del proceso electoral para octubre tendrá lugar en el segundo semestre.
Dimes y diretes: la puja entre Milei y Cristina en las provincias y la encuesta que siguen Jaldo y ChahlaAunque siguen siendo los mismos que se reúnen, en este sector se entusiasman con aquellas voces institucionales que los apoyan pero que no quieren dar la cara para evitar represalias de la Casa de Gobierno. En los comicios de este año, particularmente, el comportamiento del electorado puede arrojar mayores sorpresas porque se utilizará por primera vez el sistema de boleta única de papel. Es decir, el “control” tradicional sobre los votantes a los que estaba acostumbrado el peronismo en el territorio, cuanto menos, cambiará. ¿Habrá pases de factura de la dirigencia hacia Jaldo? Más que su alineamiento con Milei, lo que muchos intendentes, legisladores y concejales le reprochan es que haya priorizado en el reparto de estructuras a foráneos y a quienes los enfrentaron en 2023: el alfarismo, Libres del Sur y una parte del radicalismo.
Ya no solo los enojados con Jaldo hablan de un escenario electoral complicado, sino también hay fieles del gobernador –incluso funcionarios- atemorizados por el eventual daño que pueda causar el antimileísmo. El análisis se centra en que La Libertad Avanza mantiene buenos porcentajes de adhesión en los sectores medios y altos, por lo que cualquier fuga de votos peronistas podría inclinar la elección. Tucumán renueva cuatro bancas de diputado, y Jaldo necesita no sólo liderar el espacio que más votos saque, sino también el que con más escaños se quede. Pero el sistema de reparto proporcional D’Hont es traicionero en ese aspecto.
Secuelas y alejamientos
Por eso aflige que el primer golpe de 2025 lo haya recibido directamente el ministro del Interior, Darío Monteros. No sólo es el funcionario de mayor confianza de Jaldo y el armador político del Gobierno, sino el nombre que se mencionaba como candidato testimonial para liderar la lista. Resulta difícil imaginar que el gobernador deje un flanco tan fácil para que la oposición aproveche. Sería, básicamente, como armarle la campaña a la contra.
Pero no sólo de rezongos vive el oficialismo. La Libertad Avanza es apenas un sello en Tucumán y ni siquiera tuvo su debut local en las urnas. Sin embargo, el armado partidario dejó secuelas e incluso alejamientos. En particular, en los grupos de jóvenes y de profesionales “no políticos” que se habían acercado entusiasmados con las ideas de Milei. A muchos de ellos se les cerró la puerta en la cara la noche de verano en la que se escribieron los nombres para la conducción partidaria. El más perjudicado fue el ex macrista José Macome, que se quedó sin lugar. En cambio, uno de los favorecidos fue el ex bussista Gerardo Huesen, que se coló como referente del este provincial. La nómina definitiva evidencia la injerencia directa del vicejefe de Gabinete, Lisandro Catalán: en la estructura sobresalen nombres de su confianza, entre ellos sus primos Ernesto y Hernán Iramain. Buena parte de esa camada de ilusionados agnósticos de la política tomaron este armado cerrado como un desaire a los intentos de renovación que proclaman “las fuerzas del cielo”.
Lo que termina por revelar el primer escándalo del año es la soledad del gobernador, sin paragolpes interno, mirado de reojo por un sector del peronismo y con desconfianza por sus aliados. Y la consecuencia, ineludible por cierto, es un replanteo de la campaña y los márgenes en los que “El Comisario” podrá desandarla para quedarse con el necesitado triunfo en octubre.