El presidente de la Nación Javier Milei calificó como un milagro económico el resultado del brutal ajuste. ¿Qué entenderá por milagro el Presidente? No es ningún milagro que un jubilado no pueda acceder con garantías a la protección de su salud y de su alimentación; no es ningún milagro que la educación no tenga garantías de financiamiento para su progreso; no es ningún milagro la desaparición de las PYME; mucho menos sería un milagro el índice de desempleo que agobia a los sostenes familiares. Quizás el Presidente interpreta que milagrosamente está en el camino correcto cuando ve que sus funcionarios engrosan sus salarios; otro “milagro” es que los senadores opositores y oficialistas, a cambio de aumentar sus sueldos, le garanticen diálogo y convivencia a pesar de los insultos públicos que él les propina. El único milagro reinante en este país es la conducta del pueblo, que soporta y espera un alivio para vivir mejor mientras la clase política infunde mensajes de odio todo el tiempo. Un milagro sería que de una vez no sean siempre los mismos que disfrazados reaparecen en gobiernos actuales con el fracaso como antecedente.

Williams Fanlo

willyucr@gmail.com