Estaban casi todos. Los habituados a las marchas y los que abrían los ojos como turistas fascinados por lo nuevo. Estaban los peronistas, que gobernaron más tiempo la Argentina desde el retorno de la democracia. Estaban los radicales, que durante gran parte de ese lapso gestionaron el Rectorado de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). Estaba la progresía, acostumbrada a protestar ante medidas puntuales de los Gobiernos nacionales; y estaba, como siempre, la izquierda.

Estaban las autoridades de la UNT, lideradas por el rector, Sergio Pagani, y por la vicerrectora, Mercedes Leal. Estaba el pleno del Consejo Superior, con los decanos de las 13 Facultades. Estaban todos los miembros de los gabinetes del Rectorado y de cada decanato. Estaban las autoridades de las ocho escuelas experimentales de la UNT.

Estaban los docentes, los no docentes, los egresados y los alumnos -con sus padres, hermanos y otros familiares- de las unidades académicas y de las instituciones de educación media.

Estaban alumnos y ex estudiantes de la privada Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino, que también consideraron importante defender la educación pública y gratuita. Y estaban los ciudadanos de a pie

A las 17.15, cuando el Consejo Superior votó un cuarto intermedio para cumplir con el abrazo simbólico al Rectorado -votado en el marco de la movilización nacional en defensa de la educación pública y del sistema universitario argentino, y en reclamo de mayor presupuesto-, la cuadra de Ayacucho al 400 semejaba un hormiguero pateado.

Las autoridades de la UNT se ubicaron en las escalinatas de ingreso a la casona donde funciona el Gobierno de esa institución, detrás de una bandera que advertía: “En defensa de la universidad pública argentina”. Además de la “Marcha de la bronca”, de Pedro y Pablo, y de “El pueblo unido jamás será vencido”, de Sergio Ortega Alvarado y de la banda Quilapayún -cantadas a gritos por la gente que había logrado ingresar al patio del Rectorado-, sonó en dos ocasiones el himno nacional. La primera, a capela; la segunda, con música.

Documento

“La educación superior es un bien público social, un derecho humano y universal, y un deber del Estado. El acceso, el uso y la democratización del conocimiento es un bien social, colectivo y estratégico, esencial para poder garantizar los derechos humanos básicos e imprescindibles para el buen vivir de nuestros pueblos, la construcción de una ciudadanía plena, la emancipación social y la integración solidaria”, afirma el primer punto del documento votado por el Consejo Superior.

“(Expresamos un) enérgico rechazo a todas las medidas económicas que atenten contra la educación, la investigación y (la) producción científica -universitaria o de cualquier otro nivel-, supeditándola a indicadores macroeconómicos que no se compadecen con las necesidades de los ciudadanos del país”, añade. Entre los considerandos se destacan:

• Ante la elevada inflación y los exiguos presupuestos resulta necesario que el Gobierno nacional garantice el funcionamiento del sistema universitario y la convocatoria a paritarias para la actualización de salarios docentes y no docentes-

• Esta situación afecta no solo el pago de servicios generales, sino también las becas, la adquisición de insumos para docencia e investigación, el sostenimiento de programas de movilidad e intercambio y las actividades de docencia e investigación.

• La inflación de los últimos meses provocó una situación de asfixia financiera y económica a la universidad argentina.

• La situación financiera actual de la universidad es uno de los mayores desafíos que enfrentamos. Con un presupuesto prorrogado que no ha visto aumentos significativos, nos encontramos en una encrucijada donde la falta de actualización presupuestaria para gastos de funcionamiento y la ausencia de aumentos de sueldos para profesores y empleados comprometen directamente la calidad de la educación.

En el texto, el Consejo subraya que propugna el diálogo abierto y constructivo entre las autoridades universitarias y el Gobierno, para garantizar el pleno funcionamiento del sistema universitario argentino.

EN EL RECTORADO. Directivos de la UNT comienzan a marchar a la plaza.

Tras la lectura del documento, las autoridades de la UNT se sumaron a la marcha hacia plaza Independencia, siempre con la bandera con la leyenda en favor de la educación pública en sus manos. Sin embargo, en algún punto del trayecto que une el Rectorado con la plaza Independencia se separaron, para ingresar al paseo unos minutos más tarde. Allí, circundaron media plaza, y se detuvieron unos instantes para tomarse fotos con la estatua de la Libertad, de Lola Mora, de fondo.

“Esto es profundamente emotivo: toda la sociedad tucumana junto a la comunidad universitaria. Eso muestra que las universidades nacionales son patrimonio de la sociedad; es algo muy fuerte, nos sentimos profundamente conmovidos”, dijo Leal.

“Es un día muy emocionante, por el gran apoyo de toda la comunidad universitaria y de todo el pueblo de la provincia; muchas personas en defensa de la universidad y de la educación pública... un día para la historia. Esto es sorprendente, emocionante; y con mucha alegría. Eso da cuenta de cómo valora la sociedad argentina la universidad pública. Queremos seguir ofreciendo educación, investigación y extensión de calidad para todos ciudadanos”, manifestó Pagani.

UNIÓN. La columna de la UNT llega a la plaza, donde la espera la UTN.

Voces en la plaza: “Repudiamos al gobierno desde esta tribuna”

“Las escuelas experimentales de la UNT nos hemos volcado a las calles porque hay un gobierno que viene a amenazar nuestro derecho a la educación, nuestro derecho a aprender, por eso los estudiantes de Tucumán plantamos la voz, plantamos bandera. Venimos a la plaza y discutimos que nuestra educación, pública y laica ¡no se vende! ¡se defiende! Y la vamos a defender en todos lados. Vamos a seguir el ejemplo de los compañeros que dejaron la vida por la universidad pública”, clamó desde el escenario Marcos Masmud, en representación de sus compañeros de la escuela de Agricultura. Ariel Osatinsky, secretario general de la Asociación de Docentes e Investigadores de la UNT (Adiunt) señaló: “parece que este gobierno de Milei nos quiere tomar por idiotas. Dice no hay plata, pero a los senadores les aprueban $ 7 millones de sueldo bruto, compran aviones con cifras millonarias para las Fuerzas Armadas, al directorio de YPF le aprueban sueldos de más de $ 10 millones, a las empresas privatizadas de servicios públicos le permiten 200% de aumento en sus ganancias, pero te dicen que no hay plata para los salarios de los trabajadores y docentes, ni para el presupuesto universitario, por eso los repudiamos desde esta tribuna”.