Carlos Duguech

Analista internacional

Cuando la Asamblea General (AG) de la ONU votó la Resolución 181(II) el 29 de noviembre de 1947 (“Partición de Palestina”) resolvía lo heredado de la Sociedad de las Naciones, creada en 1919 (Pacto de Versailles), precursora de la ONU (1945).

En ajustada votación la AG concretó una muy particular interpretación de la Carta de la ONU. Una de las decisiones menos respaldadas en los hechos generó la más extensa disputa (77 años) hasta nuestros días, entre judíos y árabes. Fueron 33 votos a favor (los necesarios, al límite), 13 en contra y 10 abstenciones. Entre estas últimas la de Argentina, gobernada de facto (Gral. Farrell y Perón vicepresidente) que, atendiendo a las importantes comunidades árabes y judías, fundó en ello su abstención.

La paradoja

Las actas de Declaración de Independencia - de Israel (1948) como la de Palestina (1988)- mencionan 7 veces a la ONU. Pivotan, ambas, en ese eje. Sostienen su respectiva legitimidad de origen. Las mencionadas –precisamente- en el plan de partición.

Enfrentamientos bélicos

Sucedieron guerras (1948-1949) por ataques iniciados por Egipto, Irak, Líbano, Jordania y Siria en razón de la “Nakba” (“La catástrofe”) que significaba para el pueblo palestino la instauración de Israel. Era la solidaridad del mundo árabe hacia los palestinos de la región por los efectos resistidos de la resolución de “Partición” de la ONU.

Cuando Israel lanza su “guerra preventiva” -suponiendo amenazas- el 5 de junio de 1967 contra Egipto, Siria, Irak y Jordania (la de los “Seis días”) logra, por lo sorpresiva, alcanzar sus objetivos. Y a partir de ese acto de guerra “conquista” la península de Sinaí, Cisjordania, Franja de Gaza. Jerusalén Este y los Altos del Golán (Siria). En los acuerdos de paz con Egipto, se devolvió el Sinaí.

Transcurrieron 57 años. Se establecieron en la Cisjordania, ocupada militarmente aún, 279 colonias judías. Según cifras de “Peace Now” (ONG Israelí) los colonos son 465.000 en una Cisjordania con algo más de 3 millones de palestinos. Estos datos gritan más que “hablan” de un tablero de imprevisibles consecuencias en cualquier tiempo.

Necesario es distinguir

Hamas opera en Gaza. Y tiene sus brazos armados de un terrorismo que busca hacer desaparecer a Israel. Muy distinto de los palestinos de Al Fataj de la denominada Autoridad Nacional Palestina (ANP) que gobierna Mahmud Abbas. Una de las consecuencias muy singulares (y mezquinas) de los acuerdos de paz de Oslo (1994). A diferencia de Hamas, que propugna un estado islámico en la Palestina histórica, los palestinos de la ANP procuran establecer definitivamente la nación Palestina con capital en Jerusalén Este y con fronteras seguras internacionales con Israel. Un estado laico y con reconocimiento a las tres religiones monoteístas.

Argentina y “Palestina”

El 6 diciembre 2010 en “Información para la Prensa N°: 559/10” la Cancillería en un comunicado oficial expresó que la República Argentina ha reconocido a Palestina como estado libre e independiente. Y que ello se inscribe dentro de una tradición de amistad y solidaridad con el pueblo palestino. Además agrega: ”La Autoridad Palestina abrió en 1996 una Misión Diplomática en Buenos Aires y en 2008 la Argentina instaló su Representación Diplomática en Ramallah. En noviembre de 2009 el Presidente Mahmoud Abbas visitó la República Argentina siendo recibido por la Presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner”.

Milei en Israel

Tel Aviv, Jerusalén y sur de Israel. Los lugares del itinerario elegido por el presidente argentino. La prensa mundial se hizo eco de su determinación anunciada a los cuatro vientos de trasladar la embajada argentina a Jerusalén, imitando a Trump. De los 193 países miembros de la ONU, sólo tres la reconocen como capital de Israel: Estados Unidos, Guatemala y Honduras.

En su recorrida por Jerusalén el presidente argentino estuvo muy cerca de Ramallah, sede de la representación diplomática de argentina en Palestina desde 2008. Tan cerca como Lules respecto de nuestra capital tucumana (21Km.). Pero no fue.

Peligroso anuncio

Nadie ignora que desde la Partición de Palestina (1947) uno de los temas recurrentes está referido a Jerusalén. Ya en 1980 el Consejo de Seguridad de la ONU (CS) en su Resolución 478 del 20 de agosto condenó los intentos de Israel de proclamar a Jerusalén como su capital. La decisión de Donald Trump de reconocer Jerusalén como capital de Israel en diciembre de 2017 fue cuestionada incluso por líderes de países aliados, por sus implicancias en el proceso de paz en Medio Oriente. En una reunión de emergencia, 14 de los 15 miembros del Consejo de Seguridad de ONU condenaron la decisión (no prosperó por el veto de EEUU). La Asamblea General, por su parte, aprobó una resolución: peír a sus miembros no seguir el ejemplo de Trump de trasladar sus embajadas. Argentina ratificó su apoyo al status especial de Jerusalén, y hasta “lamentó“ las medidas unilaterales con intento de modificar el panorama.

No espero demasiado Hamas para expresarse sobre los anuncios de Milei. El martes último el grupo islamista que controla Gaza dijo sobre la promesa de Milei: “Una vulneración de los derechos de nuestro pueblo palestino a su tierra y una violación del derecho internacional”. Claro que esto último no se compadece con el horror del 7 de octubre en el sur Israelí.

La Ley es la Ley

El 14 de junio de 1951 se promulga la ley 14.025 sancionada por el Congreso Argentino. “Art. 1°- Apruébese el establecimiento de relaciones diplomáticas y consulares entre la República Argentina y el estado de Israel. realizado mediante las notas reversarles firmadas en la ciudad de Buenos Aires el día 31 de mayo de 1949…”. Art. 2°- Créase la legación de la República Argentina en el Estado de Israel, con sede en Tel Aviv.”

En Tel Aviv la embajada argentina. Por ley.

Atentados terroristas

Argentina 1992 (Embajada de Israel) y 1994 (AMIA): 114 víctimas fatales. ¿Cuánto aprendimos? ¿Cuánto, el presidente Milei?

En el lugar equivocado, en el momento inoportuno, Milei anunció una decisión contraria al derecho internacional y en oposición a recomendaciones de Naciones Unidas. Y ofensiva al proto-estado palestino donde se tiene una representación diplomática (Ramallah, Cisjornania).

Conclusión

El presidente de la Nación, elegido por el pueblo, en Israel se sintió ungido por otros referentes, los que alimentan sus veleidades napoleónicas. Muy peligrosas. ¿Habrá consultado con los expertos de Cancillería antes? Difícil. Milei extrema el sistema presidencialista. Somete a riesgos a la Nación.