Desde el habla coloquial hasta la Real Academia Española, existen cientos de definiciones para la palabra "celos". Quizás existan tantas como a personas se les pregunte. Sin embargo, la Academia lo define -entre otras acepciones- como la "sospecha, inquietud o temor de que la persona amada deposite su cariño en otra".

Para muchas parejas, los celos son, lisa y llanamente, falta de confianza en el ser amado. Sin embargo, los especialistas explican que son mucho más complejos que eso y enumeran las múltiples causas que pueden originarlos.

Los cinco orígenes de los celos

El tipo de apego

El apego es el vínculo que se establece entre el niño y sus padres y que lo condicionan a lo largo de su vida. Existen cuatro tipos: apego inseguro (relaciones inestables), ansioso (relaciones de miedo constante a perder a  la pareja), desorganizado (relaciones caóticas y hasta violentas) y evitativo (miedo a relacionarse o comprometerse).

La autoestima

La baja autoestima genera inseguridades en las personas que la padecen, por lo tanto son "indignas" de amor y tienden a pensar que sus parejas las abandonarán por alguien mejor. Consntantemente se comparan y consideran que los demás tienen cualidades más valoradas.

La personalidad

La baja estabilidad emocional, el narcisismo, perfeccionismo, posesividad y dependencia son algunos rasgos de personalidad que hacen que una persona se vuelva más sensible a las amenazas y, por tanto, más desconfiada con su pareja.

Las experiencias previas

Las personas que hayan sufrido un abandono o una desilusión amorosa, como un engaño, estarán más predispuestas a pensar que todas las personas con las que se relacionen actuarán de la misma manera.

La situación actual

Hay condicionantes que pueden aumentar o disminuir nuestra percepción de las amenazas y estos pueden ser tan cotidianos como el estrés y la ansiedad. También pueden incidir la depresión, los problemas familiares, laborales, cambios físicos y vitales o la falta de comunicación y de tiempo dedicado a la pareja.