En Venezuela, un total de 33 militares venezolanos fueron degradados y expulsados de la Fuerza Armada por su presunta vinculación con “conspiraciones” de magnicidio denunciadas por las autoridades esta semana, una medida cuestionada por expertos y en la mira de Estados Unidos. Según la oposición y ONGs, los militares son el principal respaldo del gobierno del presidente, Nicolás Maduro, y en repetidas oportunidades le han ratificado lealtad.

Un general de división, dos coroneles, seis tenientes coroneles, nueve mayores, dos capitanes, seis primeros tenientes y siete sargentos aparecen identificados. Ellos fueron detenidos por presuntamente estar “implicados en conspiraciones mediante la planificación de acciones criminales y terroristas para atentar contra el sistema de gobierno legítimamente constituido, las autoridades e instituciones del Estado y el pueblo venezolano, contemplando incluso, el asesinato del primer mandatario nacional, todo lo cual representa 'Actos de Traición a la Patria’ “, señaló el ministro de Defensa, Vladimir Padrino.

“Estos traidores que nunca han debido tener y portar el uniforme militar (...), no son dignos“, expresó Padrino en un video que publicó en sus redes sociales. “Son grupos que no representan en absoluto a la Fuerza Armada“. Según la agencia AFP, los militares controlan, además de las armas, empresas de minería, petróleo y distribución de alimentos, así como las aduanas e importantes ministerios.

La oposición y ONGs denuncian redes de corrupción que han enriquecido a muchos oficiales. Las denuncias de magnicidio son frecuentes en el chavismo, que cumple 25 años en el poder este 2024 y se juega su continuidad en unas elecciones que aún no tienen fecha.

A todos los detenidos los vinculan con cinco presuntos planes para asesinar a Maduro develados en 2023 e inicio de este año, según el fiscal general Tarek William Saab.