Luego del 6-3 y 6-3 con el que Novak Djokovic venció a Jannik Sinner, el serbio fue protocolarmente correcto y saludó a su rival en la red. Ya consagrado como campeón del ATP Finals en Torino, a los 36 años, "Nole" festejó más efusivamente. 

Cuando confirmó su victoria, luego de lanzar besos hacia la ubicación de su esposa, sus hijos y su equipo de trabajo encabezado por Goran Ivanisevic, se desahogó y soltó un grito potente: "¡Vamos!” de cara a las tribunas y acompañando la actitud con histrionismo.

Djokovic ganó por séptima ocasión el ATP Finals siendo el mayor ganador en la historia del "Torneo de Maestros". El líder del ranking no solo debió batallar contra uno de los mejores tenistas de la actualidad sino también contra el público de Turín que tomó partido por su compatriota durante el encuentro. 

El terreno de por sí fue muy poco ameno todos los días para Djokovic que debió sobrellevar la hostilidad del público que lo abucheó contra Holger Rune cuando rompió dos raquetas y en los dos encuentros ante Sinner.