“¿Perdón, por qué tanta fila de clientes?”, se le consultó a un guardia de seguridad de un banco de capitales privados. “Hay una mezcla: algunos vienen a sacar dinero del cajero; otros, en tanto, a cobrar el plan”, responde. La City tucumana arde, por encima de los 30 grados de temperatura ambiente al mediodía. El dólar “blue” trepó a los $ 1.100, mientras los “arbolitos” que lo comercializan no dejan de mirar el celular. 

Siguen de cerca la cotización de la city porteña. La divisa estadounidense que se comercializa en el mercado informal es el refugio de algunos ahorristas que van y preguntan cuánto vale y que, más allá de la exponencial suba, compran. Algunos de los comercializadores consultados por LA GACETA indican que hay demanda, pero poca oferta. La escalada del dólar alimenta la especulación y, por lo tanto, venden en pequeñas cantidades, de a U$S 200 o U$S 300, que es lo que buscan el pequeño ahorrista. Si el monto es mayor, salen los “verdes”, pero a otro precio.

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“Ya no sé qué hacer. Me dicen que venga temprano en la mañana a buscar dólares porque a eso de las 9 siempre arranca a bajo precio. Pero mirando lo que cuesta hoy, ¿quién sabe cuánto estará mañana?”, comenta un ciudadano cuando nuestro diario le consulta porqué se fue de la calle San Martín sin los dólares que buscaba.

Los pesos queman. Nadie quiere quedarse en la moneda nacional, mucho más después de lo que ha señalado el candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, que el peso no valía “no para excremento” y que a nadie le servía refugiarse en el plazo fijo.  Los cajeros automáticos están atestados de tucumanos que quieren cobrar el plan o sacar el salario porque, en los comercios, pagar en efectivo tiene sus ventajas.

Pese a este cuadro de situación, algunos banqueros exteriorizaron cierta tranquilidad porque no hay fuga de depósitos, como tampoco retiro de dólares de las entidades por parte de sus clientes.  No obstante, la inyección de pesos es extraordinaria por el pago de distintos programas con el que el Gobierno nacional fomenta el consumo y trata de mejorar el poder adquisitivo del ingreso de los trabajadores formales e informales, de autónomos y hasta de jubilados y pensionados.

LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO

Más allá de los avatares coyunturales, la evolución de algunas variables financieras señala que esta administración vivió en una crisis constante. Concretamente, el tipo de cambio libre promedio de los últimos cuatro años es el más elevado en términos reales de todas las presidencias, al menos desde 1973, señala un reporte de GMA Capital. Mientras tanto, el Gobierno se desprende cada vez de más dólares para mantener controlado el dólar MEP, mientras que agrega restricciones para la operatoria de los dólares financieros.

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El dólar más caro de los últimos 40 años es un signo de la acumulación de desequilibrios que deja la gestión actual, plantea la consultora. Déficit fiscal insostenible, emisión monetaria que supera los 24 puntos del PBI en los últimos cuatro años, inflación que supera los dos dígitos por mes, una economía completamente cerrada y una ausencia total de anclas son las señales de la crisis actual que antecede a las elecciones presidenciales del domingo 22.

Los comerciantes esperan nuevas listas de precios. Sostienen que, por ahora, no tienen previsto remarcar. Mañana es el largo plazo para cualquier argentino. La nueva devaluación está en marcha. El mercado se anticipó a anunciarla. Hace pocos días, Invecq Consulting explicaba los motivos de este salto del tipo de cambio alternativo:  

1- La incertidumbre en torno a quién pueda ganar en octubre/noviembre.

2- Las altas chances de que Milei, quien propone una dolarización, sea Presidente a partir del 10 de diciembre.

El dólar no encuentra techo; el Gobierno tampoco tiene la receta para desinflarlo porque las reservas netas del Banco Central están con saldo negativo. Lo mismo pasa con la inflación que, con el dólar alta, tiende a pegar otro salto.