NOVELA

TIEMPO DE FICHAS LIMPIAS

ANGELA MONTERO

(Bibliotex - Tucumán)

La novela es un género mutante. No hay forma de encasillarla porque cambia constantemente y es un género que abarca a todos los demás géneros. Cada autor la mezcla a su manera. Ángela Montero, escritora tucumana, ha erigido su novela Tiempo de fichas limpias fusionando dos mundos que parecen incompatibles: el de los talleres literarios y la realidad política argentina actual. Además, se añade una pizca de género policial a través de un enigma que se debe desentrañar al leer los textos de los aspirantes a escritores.

La estructura de la novela deja en claro que Montero, ex profesora de Letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT, exige un lector comprometido y atento, ya que desarrolla una narración en la que se pueden encontrar tanto versos poéticos como fragmentos académicos. La historia es un rompecabezas al que Montero le añade una capa de complejidad, incorporando, con una compulsión similar a la de David Foster Wallace, pies de página. A diferencia del autor de “La broma infinita”, que utilizaba los pies de página como una herramienta metanarrativa para reflexionar y cuestionar lo previamente escrito, Montero emplea los pies de página para proporcionar más detalles sobre la “realidad” política que se inmiscuye constantemente en los textos de los talleristas.

Existe una pregunta que se suele hacer a los escritores: ¿de dónde nace la inspiración?, o ¿cómo se le ocurrió escribir tal cosa? A los talleristas de la novela no les cuesta imaginarlos viendo un canal que transmite noticias las 24 horas del día. En un fragmento se puede leer: “Otras claves de escritura eran tener anotaciones en los márgenes de noticias, como las que hacía Leopoldo Carreras”. La musa de los talleristas es la realidad política, que por eso mismo se hace patente en cada página del libro. Los personajes, en su calidad de aspirantes a escritores, persiguen búsquedas creativas en las que se entrelazan la trama política y social. La política, en ciertos momentos, toma el protagonismo, relegando otros aspectos a un segundo plano, como si los personajes no pudieran evitar pensar o editorializar críticamente sobre aquellos que han manejado los hilos del poder en Argentina en los últimos años.

Enrique Pedicone, juez destituido por los poderes políticos de Tucumán, aporta su perspectiva en el prólogo del libro: “Este libro ofrece una mirada crítica sobre nuestro drama colectivo, que abarca desde el año 2019 hasta la actualidad. Sin embargo, también intenta revelar el orden y la aspiración humana por la libertad, algo que la literatura siempre ha explorado”.

En cada párrafo de Tiempo de fichas limpias se encuentran la ira, la angustia, pero también la poesía y un toque de sentido del humor, sin el cual no se podría concebir la literatura.

© LA GACETA

Daniel Medina