“Mi padre siempre vivió una pesadilla. Fue de terror cómo lo mató. Espero que no salga más por lo que hizo. El final de todo esto fue aberrante”, señaló Roberto Suárez, hermano de Omar, el hombre de 47 años que mató a golpes a su padre, Santiago, de 78 años, en una vivienda del barrio Ex Aeropuerto. Este crimen, el número 70 de lo que va del año, encierra dos datos. El primero es que los homicidios intrafamiliares se duplicaron con respecto al año pasado. El segundo, que por una orden judicial, el acusado no debería haber estado cerca de la víctima, pero convivía con él.

El auxiliar Guillermo di Lella, siguiendo las instrucciones del fiscal Ignacio López Bustos, relató apenas parte de la “pesadilla” que dijo haber vivido el hijo de la víctima. El hombre acusado de homicidio agravado por el vínculo, empleado de la municipalidad de Banda del Río Salí, vivía en la casa de sus padres y ejercía violencia física sobre ellos. Con severos problemas de adicción, era temido por todo el barrio y hasta por sus propios hermanos.

“No quiero que salga con una fianza. Si lo dejan salir mi vida corre peligro. Tres veces intentó matarme porque yo defendía a mis padres”, señaló Roxana Suárez, la hija de la víctima. Según la acusación de la fiscalía, el imputado, al que se le dictó la prisión preventiva por cinco meses, agredió el domingo a su padre y a su hermana, que terminó huyendo de la vivienda. Los vecinos alertaron a los policías de la zona, que se presentaron en el domicilio para ver qué estaba sucediendo. Él les negó el acceso y todo quedó como si nada hubiera pasado. La mujer lo denunció en la Policía, pero no hubo tiempo para nada. El horror estalló en esa vivienda antes de que se cumplieran 24 horas de que se registrara esa situación.

“Por razones que se tratan de establecer, el acusado comenzó a aplicar golpes de puño y patadas a su padre. Arrastrándolo lo llevó a la vereda y lo dejó ahí y luego se encerró en el interior de la vivienda. Cuando llegaron los policías, se resistió a su aprehensión amenazando con un machete a los uniformados que temían por la vida de la madre, ya que se encuentra postrada en una cama”, explicó Di Lella.

La víctima fue auxiliada por los vecinos y trasladada hasta el Centro de Salud, donde los médicos no pudieron salvarle la vida. Un día después, a través de la autopsia, el forense confirmó que había fallecido como consecuencia de los golpes que había recibido en la cabeza.

Antecedentes

“La adicción a las drogas lo ponía muy violento; merece el mayor de los castigos por lo que ha hecho. Es algo aberrante. Lo torturó”, sostuvo Roberto Suárez, mientras que la hermana manifestó: “Me fui de esa casa por el terror que le tenía a él. Además de ser agresivo, hacía hasta lo imposible para que no tuviera contacto con nuestros padres. Hasta llegó a arrancar el teléfono para que no habláramos con ellos. En el barrio todos le tenían miedo. Sólo con analizar sus antecedentes sabrán quién es”.

EL ACUSADO. A Omar Suárez, de 47 años, le dictaron la prisión preventiva.

La víctima ya había denunciado a su hijo Omar el 2 de diciembre pasado. La Unidad Fiscal Proteccional de Violencia Doméstica y de Género emitió una orden de exclusión del hogar, es decir que fue expulsado de esa vivienda

El 4 de abril, el septuagenario lo denunció por amenazas, por lo que se dictó una prohibición de acercamiento al día siguiente. Como la Policía no logró ubicarlo para ser notificado de la medida, el 10 de abril se ordenó un pedido de averiguación de paradero.

El 5 de mayo, desde el MPF se envió un oficio a la Secretaría de Lucha contra las Adicciones para que interviniera en el asunto. La última noticia que recibió la fiscalía sobre el caso fue el pasado lunes 4 a media mañana por la denuncia que realizó su hermana. Cuando quisieron intervenir, le avisaron que Suárez había sido aprehendido por acabar con la vida de su padre.

En la audiencia de formulación de cargos, el imputado reconoció que estaba conviviendo con sus padres desde hace varios meses. “Lo hacía para cuidar a mi madre enferma”, señaló. En la Justicia y en la Policía confirmaron que nadie había informado de esta situación.

Di Lella repasó los testimonios que habían recogido en el barrio. “Los vecinos testificaron que el acusado era un hombre violento y que varias veces había escuchado fuertes discusiones. Sabían que en otras ocasiones habrían agredido a su padre”, relató. La hermana, cuando declaró, agregó: “todos le tenían miedo porque era muy violento y siempre andaba robando”.

Preocupación

De los 70 homicidios que se registraron en lo que va del año, el 31% (20 casos) corresponde a homicidios en ocasión de robo, que es el móvil más común. En segundo lugar figuran los crímenes intrafamiliares con 28% (19 hechos). Esa cifra también está integrada por los femicidios. En los 10 meses de 2023 ya se llevan contabilizados siete, más del doble que todos los registrados el año pasado. En idéntico período del año pasado, los homicidios intrafamiliares eran ocho, lo que representaba apenas el 14% del total de crímenes.

La Unidad fiscal de Violencia Doméstica y de Género no para de recibir denuncias. El promedio es de 50 por día, 1.500 al mes. De ese número, más del 20% corresponden a casos de violencia intrafamiliar. En el 90% de ese número de expedientes aparecen los consumos problemáticos de alcohol y droga. “Muchas veces hacen una denuncia para que los expulsemos del hogar porque son incontrolables o que los obliguemos a internarse, una medida que no podemos cumplir”, explicó una fuente del MPF.

“Llegar al parricidio es el fracaso de una serie de medidas que no se cumplieron en el trayecto del episodio, donde siempre se inicia por aparición de maltratos, violencia intrafamiliar, intentos de agresiones y actos hostilidad, donde la negación y la minimización de los hechos ocasiona la vía libre a un futuro crimen”, sostuvo Roberto González Marchetti, ex presidente del Colegio de Psicólogos.

“Considero que el parricidio, en la actualidad, es el fracaso de medidas tutelares y de prevención, de ausencias de detección de conductas disfuncionales graves, sin acceso a un servicio de salud o falta de continuidad de un proceso judicial, porque es muy difícil que las muertes de este tipo estén premeditadas, por más que pudieron ser fantaseadas antes”, agregó el actual presidente de la Federación de Profesionales de Tucumán.

González Marchetti recalcó que “los crímenes, al igual que la violencia intravecinal, se incrementan los fines de semana, justamente porque al ser vínculos fuertes que movilizan internamente emociones, termina siendo eso el factor gatillo, una simple discusión.

“Es importante que en las familias se enseñe y se entrene en habilidades de tolerancia, de aceptación, de empatía, de variables formas de resolución de conflictos, en el diálogo con comprensión, en no negar la agresividad como respuesta definitiva, y en el desarrollo de la conciencia de los actos. De esta manera no solo se previene un parricidio, sino también las secuelas de la violencia intrafamiliar, y en la formación personal, para facilitar nuestra adaptación a las normas sociales de convivencia”, finalizó.

Antecedente: continúa prófugo el acusado del otro parricidio registrado en la provincia

En abril pasado, después de agonizar dos días en un sanatorio privado, Raúl Leiva murió por las más de 20 puñaladas que recibió por parte de su hijo. El acusado, después de haber cometido el ataque, huyó y aún está siendo buscado por las autoridades en diferentes provincias. Según confirmaron varios testigos, el sospechoso, que tendría problemas de adicción, habría atacado a su progenitor porque cuando era niño habría sido abusado de él. Esa es la razón por la que su nombre se mantiene en reserva.

Hubo otro hecho que en un primer momento fue catalogado como homicidio agravado por el vínculo, pero el miércoles se realizó la audiencia donde la partes acordaron cambiar la imputación por la de homicidio culposo. El caso se registró también en abril, pero en la Cocha. Claudio Graneros (24) fue acusado de acabar con la vida de su padre Carlos Graneros (62) y de herir a su pequeño sobrino. Sin embargo, con el correr de los meses, el fiscal Miguel Varela comprobó que en realidad el disparo se efectuó de manera accidental cuando el acusado forcejeaba con su madre con una escopeta.