Mujeres en tierras de hombres

En 1996 Virginia Haurie publicó su libro “Mujeres en tierra de hombres” (Ed. Sudamericana). Los relatos que se encontraban allí, separados como cuentos, describían historias de mujeres pioneras en el país que habían venido a la Argentina, en el siglo XVIII, a vivir a la Patagonia. Los vientos y el clima hostil eran sus problemas menores: subsistir al clima, sembrar, cuidar animales y a la familia eran algunas de las tareas que llevaban adelante a la vez que sortearon aventuras increíbles. El libro relató la historia de Ana María Castellanos, condenada por incitar a la fuga a los soldados del Fuerte del Carmen; otra historia es la de una cuatrera, Elena Greenhill, conocida como “la inglesa”, quien se transformó en una leyenda por secuestrar a un comisario. Otra mujer que, en 1952 y para demostrar el valor de las mujeres del Sur, se propuso cruzar la Patagonia a caballo. Estas historias, reales y apasionantes, demostraban la intrepidez de muchas mujeres que habían salido del molde y estaban en una posición y lugar en donde no podían perpetuar los roles preestablecidos.

Hace poco, en internet, se viralizó la historia de Nicole Malachowski, una oficial retirada de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) y la primera mujer piloto seleccionada para volar como parte del Escuadrón de Demostración Aérea de la USAF, mejor conocido como Thunderbirds. Actualmente se dedica a brindar conferencias y apoyar diferentes causas. La carrera de Malachowski en la Fuerza Aerea de Estados Unidos llama la atención, especialmente cuando en sus conferencias muestra videos y fotografías del avión que piloteó durante la mayor parte de su carrera. “Pushing the envelope” (empujar el sobre) es una de sus charlas que circulan por YouTube. Allí muestra la fotografía de un impactante avión F-15E Strike Eagle, un cazabombardero todo tiempo fabricado por la compañía estadounidense McDonnell Douglas como un derivado del caza de superioridad aérea F-15 Eagle. El avión, valuado en 28 millones de dólares, parece tomado de una película hollywoodense. “Este es el avión que volé para la mayoría de mi carrera en tres escuadrones de combate operativos. Tuve el privilegio de comandar un escuadrón de combate de F-15 y este es el avión que nos llevó a mí y a mi amigo a salvo, dentro y fuera del combate, más veces de las que puedo contar. Es una bestia. Y sí, es un ‘ella’ ”, cuenta ante un auditorio que no esconde su risa al denominar al avión con el pronombre personal femenino.

Luego explica de dónde proviene el dicho “empujar el sobre”: “seguramente todos escucharon este término, que proviene de la aviación. Se trata de llevar la aeronave a sus capacidades máximas. El avión está diseñado para cierta altitud y velocidad y la idea es llevarlo a su límite máximo”; la conferencista relaciona al avión con las personas y las invita a ser “su mejor versión”: “Quiero que vean a su equipo y a las personas que lo componen de esta manera. Cuando hablo de la mentalidad de ir más allá, quiero que se vean a sí mismos como esta aeronave y se pregunten: ¿esta persona trae lo mejor de sí mismo al trabajo todos los días? ¿Lo hago yo? ¿Estamos aportando lo mejor de nosotros mismos, todos, para trabajar cada día?”

Durante su carrera, Nicole Malachowski trabajó para los presidentes George Bush y Barack Obama. En sus redes sociales muestra orgullosa su recorrido profesional y las fotografías junto a los primeros mandatarios de Estados Unidos. Su recorrido le valió que, en 2019, fuera incluida en el Salón Nacional de la Fama de la Mujer y, en una reciente entrevista, repasó su trayectoria y el ser mujer en ese ambiente de hombres: “estuve reflexionando sobre mi carrera en un campo profesional tradicionalmente dominado por hombres: el de piloto de combate. Cuando entré por primera vez a la Fuerza Área, en 1998, no fue fácil. Por ejemplo, al levantarme y caminar por los pasillos yo saludaba a todos y muchos ni siquiera me miraban. Al ingresar al bar del Escuadrón de Combate en donde se solucionan muchos problemas y todo el equipo se relaciona, la mayoría de los varones dejaba su trago de lado y no hablaban, hacían silencio, hasta que me retiraba de ahí. Imaginen vivir eso a los 22, 23 años de edad. Me dolía muchísimo. Nunca demostré cuánto me afectó esto. Me volvía a mi habitación a llorar con la cara pegada a la almohada. Fue muy duro todo”, dijo y desarrolló: “En esos momentos me recordaba dos cosas a mí misma: este es mi sueño, lo tengo desde los 5 años. Yo no estaba ahí para interrumpir ni modificar esa cultura organizacional. No tenía nada que ver con los otros, sino que era mi sueño y quería definirlo yo, no los demás. La segunda cosa que me recordaba era que, aunque sientas que están equivocados, tenés que demostrar empatía a las personas”.

Según sus propias palabras, pudo sobrellevar adelante su carrera todo ese tiempo recordando que los cambios culturales dentro de las organizaciones llevan muchísimo trabajo y tiempo “y es algo que deben hacer todos”: “Estoy agradecida por aquellos que me apoyaron completamente, pero es difícil olvidar a los que no lo fueron. Sigo agradecida por las pocas mujeres que me precedieron, como Jeannie Leavitt, Sharon Pressler, Dawn Dunlop, Martha McSally, por nombrar algunas. Todas se convirtieron en maestras de su oficio y allanaron el camino para que las siguieran generaciones de mujeres”.

“En 2005, como la primera mujer piloto de Thunderbird, desafié aún más el equilibrio de una cultura que, a veces, todavía se resiste al cambio. Es inspirador ver que la cohorte de mujeres piloto de combate continúa creciendo, no solo en los Estados Unidos, sino en todo el mundo. Este es un firme gesto de aliento para aquellas mujeres piloto de combate que rompen barreras en países donde el papel de la mujer en sus sociedades todavía está evolucionando rápidamente. El cambio cultural organizacional puede ser difícil para todos los involucrados, pero he aprendido que es posible efectuar cambios a través de la competencia y la profesionalidad. Al demostrar de lo que somos capaces (¡simplemente volar el avión!), les hemos mostrado a los detractores que el género no tiene que ser parte de la conversación. Y con el tiempo, una generación de mujeres piloto de combate ha cambiado corazones y mentes a través de su valentía, habilidad demostrable y experiencia ganada con tanto esfuerzo”, sintetizó en el fragmento de una entrevista que hoy circula por Instagram.

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