Libros recomendados
12 Marzo 2023

NOVELA

LO OSCURO QUE HAY EN MÍ

HORACIO CONVERTINI

(Alfaguara - Buenos Aires)

Una novela hipnótica
autor con las artes de los buenos tiempistas

Hincha de San Lorenzo confeso, pulsan y perseveran en Convertini los modos de Roberto Telch, célebre medio centro cordobés que jugó más de 400 partidos con la camiseta azulgrana, brilló en un par de equipos campeones y asimismo jugó en la Selección Nacional que intervino en el Mundial de Alemania 74.

Telch, el Oveja, impresionaba por la pertinencia con que ocupaba el territorio y distribuía el juego. Un genuino cultor de la austeridad no exenta de elegancia.

Más o menos por esas zonas y con análogas virtudes se mueve Convertini a la hora de contar la historia de Luis, un empleado municipal sumido en una existencia monocorde que de un día para el otro se ve envuelto en una cadena de acontecimientos de los que ya no volverá y que transitará como puede, como le sale, determinado y perplejo. Como si la convicción de cada tramo de su nuevo devenir le supiera propia y ajena a la vez.

Y si de parentescos con el boxeo habláramos, despliega Convertini las artes de los buenos tiempistas: economía de movimientos, soltura en el gobierno del centro del ring, golpes que saben llegar a destino y aire de sobra para alcanzar los últimos rounds en plena expansión y preparado para cerrar la faena de la mejor manera.

Sazonada con los ingredientes de las recetas más sencillas y refinadas, cocina de autor que le dicen, Lo oscuro que hay en mí  es una novela de las que, tal como la vida del referido Luis, será desaconsejable intentar eludir de lo inexorable. Una vez ingresados en el jardín de un par de páginas, todo se nos volverá secundario y digno de postergación, salvo, claro está, ceder a la gozosa hipnosis que Convertini nos propone.      

© LA GACETA
WALTER VARGAS

EDUCACIÓN

ENSEÑAR DISTINTO

MELINA FURMAN

(Siglo XXI – Buenos Aires)

Repensar la educación
rutinas de pensamiento para empezar a innovar

Furman nos hace reflexionar sobre errores y aciertos. Dirigido a docentes, en Enseñar distinto nos convoca a no repetir como loros y a compartir conocimientos. Nos invita a pensar. Y a conectar temas ya sabidos con otros que se acaban de conocer; entender a la evaluación como una oportunidad y no un castigo. “Algunas preguntas que sirven para prepararse a aprender”, titula antes de una lista de preguntas. Por ejemplo: ¿Qué tenemos que hacer o aprender?, ¿por dónde empezamos? ¿cómo vamos a organizarnos para llegar a tiempo? ¿cómo nos vamos a dar cuenta de si lo aprendimos o lo resolvimos bien? Utiliza preguntas y da sugerencias acerca de cómo, los docentes, pueden mejorar el sistema y su relación con el alumnado. Escribe sobre la importancia de “afirmar, apoyar y cuestionar” ideas y conocimientos.

“Si tuviese que elegir una sola estrategia para empezar a innovar en la enseñanza, serían las rutinas de pensamiento. Se trata de un conjunto de actividades breves que ayudan a que los estudiantes pongan en palabras (o hagan visibles de otros modos, con imágenes o con el cuerpo) aquello que creen, entienden o piensan”, sugiere. Y sobre todo hace hincapié en la importancia de las preguntas. Preguntar para aprender. “Las preguntas que hacemos los docentes hablan, y mucho, sobre nuestra visión más arraigada de la enseñanza”, cuenta.

© LA GACETA
ALEJANDRO DUCHINI

ANTOLOGÍA

ELEANOR RIGBY Y OTROS POEMAS

ROGELIO RAMOS SIGNES

(EOS Villa - Rosario)

Poesía en ebullición
tres décadas de producción

Eleanor Rigby y otros poemas es una antología hecha por el propio poeta, que abarca más de 30 años de trabajo, y el resultado tiene una coherencia notable.

Desde el comienzo hasta el final se advierte que la ironía, incluso el desenfado, están usados para hablar en serio; y que la poesía está concebida como una exploración: el poeta busca una situación inesperada y la describe con frases también inesperadas. Esto obliga al lector a estar atento porque, a la vez que el poema dice su enunciado, también está diciendo otra cosa. Cómo no ver en “El trompo”, por ejemplo, un poema del final del libro, no sólo una historia con lección o moraleja sino también un “arte poética”. Esta operación indirecta es frecuente en este libro, y está expresada con un lenguaje de plena eficacia actual, que escapa de lo ya dicho y elude no sólo el lugar común sino algo más trillado: “el lugar poético”.

La poesía necesita rejuvenecimientos; Ramos Signes lo sabe, y lo logra espiando a través de una rendija para mostrarnos lo que está tapado por la costumbre de ver sólo lo que vemos. De este modo, el lector recibe algo que no sabía, que no había advertido que estaba ahí, tal vez esperándolo; con lo que el poeta consigue no sólo sorprenderlo sino, sobre todo, no dejar las cosas como estaban. Es el secreto de la “ebullición”, que pone al lector en el sitio donde algo cruje, donde se beneficia con un sobresalto.

© LA GACETA
SANTIAGO SYLVESTER

NOVELA

EL VERANO EN QUE MI MADRE TUVO LOS OJOS VERDES

TATIANA TÎBULEAC

(Impedimenta - Madrid)

Un verano de reconciliación
el amor, el resentimiento y el perdón en una relación maternofilial

“Aquella mañana en que la odiaba más que nunca, mi madre cumplió treinta y nueve años. Era bajita y gorda, tonta y fea. Era la madre más inútil que haya existido jamás. Yo la miraba desde la ventana mientras ella esperaba junto a la puerta como una pordiosera”. Así comienza una novela de amor. De un amor contrariado, lleno de resentimiento. Los primeros capítulos se cocinan a fuego alto en cantidades casi insoportables de odio y rencor. Aleksy, el narrador, es un artista consagrado. Tiene un problema de sequía creativa y recurre a un analista. Allí rememora el verano que pasó con su madre, en un pueblo de la campiña francesa, tras salir de la institución psiquiátrica inglesa donde estaba internado. Era un adolescente con problemas de conducta que detestaba a su madre. El producto de una familia de migrantes polacos desintegrada: su hermana murió, el padre alcohólico los abandonó y su madre lo ignoraba…

Es una novela llena de imágenes que buscan provocar una reacción emocional. Toca todas las fibras de una relación filial: amor, muerte, perdón, frustración, silencios. Se mete sin concesiones con traumas familiares que a veces se barren bajo la alfombra: cuando se produce una pérdida, muchas veces cuesta reaccionar como familia; el dolor debería ser un sentimiento que una a las personas, pero termina por separarlas; la falta de amor también se hereda.

© LA GACETA
ELIO RODRÍGUEZ MARQUINA

REEDICIÓN

UNA LUZ MUY LEJANA

DANIEL MOYANO

(Caballo negro – Buenos Aires)

Errancia y contradicciones en la búsqueda de una identidad
rescate de la primera novela de Daniel Moyano
Daniel Moyano gana el premio del Fondo Nacional de las Artes en 1966 con Una luz muy lejana, y en este mismo año, Sudamericana lo publica.

Nace en Buenos Aires; su infancia transcurre en Córdoba, luego se radica en La Rioja donde conforma su familia y es profesor de música. Con la dictadura, en 1976 es llevado a prisión, lo liberan e inicia su exilio en España en donde es un obrero que hace crítica literaria en el diario El Mundo.

El tiempo en el que transcurren los hechos se advierte en dos huellas: la construcción del edificio del correo y una carta escrita para Evita pidiendo trabajo.

El espacio remite a Córdoba. Traza una frontera delimitada por las caminatas del protagonista Ismael, entre la ciudad y el suburbio, entre los barrios con jardines y los conventillos, entre las luces “feroces” de la ciudad, y la oscuridad barrial con focos anémicos y puertas “remendadas”.

La novela es un ciclo de repeticiones, comienza con la “Entrada” a la ciudad, muestra un “pozo” oscuro de prácticas, a veces esquizofrénicas a manera de alegorías, y la “Salida”, como autoconocimiento necesario, con trasfondo esperanzador.

Moyano sabe su oficio; con una poética áspera, urticante, que se embebe de delirios polifónicos, provocando con  una estética “extraña” las búsquedas del sujeto, para ofrecer esa “luz lejana” como metáfora de la redención humana.

© LA GACETA
LILIANA MASSARA

POESÍA

Y SEREMOS COMO DIOSES

ALINA DIACONÚ

(Viví Libros – Buenos Aires)

Sapiencia esencial derivada de la intuición poética
textos ilustrados por Guillermo Roux

Este maravilloso “libro objeto”, la obra más reciente de la poeta, periodista, ensayista y narradora Alina Diaconú, contiene tres volúmenes fascinantes: “Vehemencia”, “Impotencia” y “Sapiencia”. La reseña que hice de este último constituye también un retrato de la autora y de su talento existencial y trascendente:

En “Sapiencia”, Alina Diaconú irradia esta virtud esencial. Pero no la del saber académico y racional sino aquella que proviene del verdadero corazón de la sabiduría: la intuición poética. Su experiencia de meditadora, traza un verdadero “Camino de Alina” iniciático, que nos lleva por senderos que no se bifurcan: sus constantes visitas a templos budistas, Ashrams de la India, sinagogas, santuarios, iglesias cristianas, pagodas y mezquitas. Dan testimonio de esta vía de ascesis sus espléndidos poemas, atravesados tanto por una experiencia humana como metafísica, encarnados en una cosmogonía trascendente. Alina expresa este rasgo con naturalidad y sin la menor solemnidad ritualista. Alejada de toda pose espiritual, es una mujer de mundo, curiosa, divertida, amiguera, celebratoria, andariega.

© LA GACETA
FERNANDO SÁNCHEZ SORONDO

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