Cartas de lectores III: el valor del mérito

Cartas de lectores III: el valor del mérito

31 Mayo 2022

Los inmigrantes que pisaron nuestro suelo a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX vinieron en las bodegas de los barcos. Cruzaron el océano, humildes, con apenas un oficio, pero trajeron con ellos sus sueños e ilusiones. Trabajaron duro, se esforzaron mucho y en base a sus principios consiguieron salir adelante y hacer estudiar y progresar a sus hijos: una innegable realidad de nuestra historia, y con mucho mérito. El Dr. René Favaloro fue uno de ellos. Nieto de inmigrantes italianos, humilde, fue un ejemplo de dedicación y laboriosidad. Repetía hasta el cansancio a sus jóvenes discípulos: “Nada en la vida se consigue sin esfuerzo”. Pues bien, hoy, y en los últimos tiempos, se vienen escuchando declaraciones de autoridades nacionales denostando del valor fundamental que conlleva el mérito. Y considero que esto no se condice con la naturaleza inalienable del ser humano y sus capacidades como la de estudiar, aprender, trabajar y contribuir a mejorar su sociedad. La palabra mérito proviene del latín: meritum que significa “debida recompensa” o “ganar” o “merecer”. Veamos por ejemplo si una persona tiene que ser intervenida quirúrgicamente de su corazón o cerebro seguramente buscará el mejor cirujano que con méritos justifique su trabajo. Si asimismo una madre necesita para sus hijos un centro educativo naturalmente tratará de elegir uno de reconocido prestigio. Y abundan los ejemplos en ese sentido. Sin méritos claros la educación, la justicia, la política serán víctimas del acomodo, la arbitrariedad, el amiguismo, el nepotismo y en definitiva tendrán vicios que nos transformarán en cautivos del poder, despreciando la idoneidad y la honestidad. Del otro lado, alguien también podría decir: “Me hubiera avisado con tiempo, que no tenía que hacer méritos para conseguir nada”. “Habría estudiado menos, me habría perfeccionado menos y habría trabajado menos”. Y esto no es lo que los argentinos desearíamos para el hoy y el futuro de nuestra patria ya que nos encontramos ansiosos por terminar esta trágica encrucijada de decadencia, empobrecimiento y desesperanza. Mérito es una combinación de talento y esfuerzo, y la meritocracia un sistema económico social y político que premia al mismo en el ámbito público, así como lo es en el privado en los aspectos comercial, científico, académico, deportivo o educativo, porque si no y sobre todo en este último ítem: sin meritocracia el mensaje será que “todo da lo mismo”, siendo muy peligroso para nuestra sociedad ya que sin capacitación no será posible generar el capital humano que es necesario para mejorar nuestra sociedad. Se trata de nivelar para arriba y no hacia abajo. Dijo Domingo Faustino Sarmiento: “Si peleamos por la educación venceremos la pobreza”. Dijo José de San Martín al inaugurar la Biblioteca Nacional en Lima, Perú: “Los días de estreno de los establecimientos de ilustración son tan luctuosos para los tiranos, como plausibles para los amantes de la libertad”. Finalmente creo, como muchos compatriotas, que condenar el mérito es condenar a la Argentina a la decadencia y a la mediocridad. Y creo así también que debiéramos tomar un verdadero camino de recuperación y búsqueda de la excelencia como nos merecemos desde hace tiempo.

Juan L. Marcotullio


Ituzaingó 1.252


Yerba Buena

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