Nos reímos hasta en los peores momentos

Nos reímos hasta en los peores momentos

Un chiste o una carcajada pueden ayudarnos a lidiar incluso con las situaciones más difíciles de la vida personal o social. Ante qué reaccionamos.

SANADORA. La risa es la manera de atravesar con mayor calma las situaciones más complicadas de la vida.  SANADORA. La risa es la manera de atravesar con mayor calma las situaciones más complicadas de la vida.

Es totalmente inexplicable. Si la economía está mal, si hay pandemia, si hay guerra, si nos pasa algo malo, si hay situaciones que sobrepasan los límites de lo bizarro... No importa qué, nosotros nos reímos. Aprendimos a reírnos. Liberamos tensiones, angustias y ansiedad con una carcajada. Y eso está buenísimo.

Este domingo se celebra en el planeta el Día Mundial de la Risa. La tradición empezó en 1998; fue el médico Madan Kataria (fundador del movimiento Yoga de la Risa) quien propuso un día para promover esta emoción.

La efeméride global tiene por objetivo valorar la risa como una emoción necesaria para una vida feliz, y también difundir los beneficios que produce en el organismo. En un contexto adverso -como el que nos toca vivir siempre- la risa es sanadora.

“Es una forma de poder enfrentar ciertas situaciones. Tiene una función beneficiosa, porque nos ayuda a distanciarnos del problema y mirar la situación con otro punto de vista, como haciendo una pausa en la tensión”, resume a LA GACETA el sociólogo Raúl Arué.

“Hay que hacer una diferenciación entre el humor y la burla. La risa que celebramos es la que genera el humor, no la intención burlezca”, advierte el filósofo Santiago Garmendia e indica: “una de las funciones de la risa tiene que ver con la descarga, con una manera de lograr relacionarse con una realidad que, muchas veces, es absurda y mala. La risa nos ayuda a poder transitar esos momentos. Es un mecanismo de digestión”.

Nos reímos para bajar la tensión, pero también como una crítica de lo absurdo. ¿Recordás la foto que se viralizó hace unos meses sobre un pozo en una calle de la ciudad que cumplia años?. Bueno. Algo así.

“Es muy importante reírse desde la autocrítica, poder mirarse... Y los tucumanos lo hacemos un montón; no se trata de un dedo que señala, sino un universo de automiradas -explica la actriz y humorista Juliana González. “Además, el tucumano aprendió a dejar el porteñocentrismo; aparecieron tiktokers, actores, standaperos... gente que se hace cargo de su lugar, de dónde vienen, y que se ríen desde lo propio”, afirma.

La política, el centro

Nadie puede negar que todos los encuentros, desencuentros y disparates de la política siempre nos sacan carcajadas. “Lo que preocupa a un pueblo es aquello de lo que se ríe -destaca Garmendia-; y en el humor político hay también un mensaje. Hay una crítica; hablamos de que hay que transformar algo... No se trata solamente de reírte de algo, sino decir algo. Hay un mensaje, que es crítico, porque el descontento que existe se canaliza en la risa”.

De este modo, reír ayuda a los ciudadanos a enfrentar aquello que “escapa” de sus manos. “Uno puede elaborar una critica política desde el humor y eso no implica, por ejemplo, considerar que toda la política es mala; no significa salirse del sistema, sino plantear algo. En este entorno, tiene una carga ideológica y política”, advierte Arué.

En eso coincide Juliana, maestra de stand up. “El humor nos ayuda a pensar y a reflexionar; y tiene también una postura ideológica. No es algo librado al éter -añade-; las personas se detienen, observan y se apropian de lo que sucede. Y eso es muy divertido, porque no ignoramos lo que nos pasa”.

Transformación

Según explica el sociólogo, tomar distancia con la risa permite ver el acontecimiento que nos interpela desde arriba. “A veces, tener mucho compromiso con una situación hace que no puedas verla en toda su complejidad y no puedas salir de ese entorno. El humor, entonces, te permite ver qué tan complejo es algo y poder distanciarte. Y, en ese distanciamiento, quizá se puede encontrar algún tipo de solución a lo que sucede”, indica.

Reírnos nos permite también buscar cambios. ¿Por qué nos reímos de las situaciones absurdas? Porque no queremos que se repitan. “Lo hacemos gracias a que podemos elaborar o tener consciencia de lo que sucede. Ese elaborar nos permite no sólo aceptar, sino también transformar. Vernos a nosotros, en nuestras incongruencias, en la repetición, desde la periferia, nos puede ayudar a reflexionar, a buscar cambios”, considera Garmendia y agrega: “la risa es una forma de cambiar la forma de ver las cosas. Eso es lo que da la posibilidad de elaboración y de transformación”.

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