Cada uno desde su casa puede luchar contra el calentamiento

Cada uno desde su casa puede luchar contra el calentamiento

Un nuevo informe de la ONU advierte que debemos disminuir el uso de combustibles fósiles hasta 2025 si queremos detener el aumento de las temperaturas. Consejos de un experto para ser parte del cambio.

CONTAMINACIÓN. La quema de combustibles libera grandes cantidades de gases de efecto invernadero. CONTAMINACIÓN. La quema de combustibles libera grandes cantidades de gases de efecto invernadero.

No es un simulacro, ni una fake news. El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha sido claro: tenemos tres años para disminuir el consumo y dependencia de los combustibles fósiles o será imposible frenar el cambio climático.

Sí. Así como suena. No es la trama de una película apocalíptica; es la realidad de la que hemos estado huyendo. O ignorando. Según el documento difundido esta semana, es imprescindible lograr que las emisiones de gases de efecto invernadero a escala global alcancen su punto máximo antes de 2025 si queremos limitar el calentamiento global a 1,5°C. “Es ahora o nunca -resumió Jim Skea, copresidente del Grupo de Trabajo III del IPCC-. Sin una reducción inmediata y profunda de las emisiones en todos los sectores, será imposible”. Sólo quedan tres años.

Si no lo conseguimos, las consecuencias pueden ser catastróficas: se espera que, para fin de siglo, el calentamiento global sea del doble del incremento máximo previsto como techo extremo: alcanzaría los 3,2°C en vez del 1.5°C que ya era temido. Y eso traerá grandes sequías, huracanes, megaincendios y aún más fuertes olas de calor en todo el planeta.

A diferencia de las dos entregas anteriores de este equipo de expertos, este último informe del IPCC trae consigo los cambios claves que la sociedad debe realizar para evitar que la situación ambiental empeore. No es diagnóstico, sino que contiene propuestas puntuales. Principalmente se habla de reducir de inmediato el uso de combustibles fósiles, la producción de metano y de dióxido de carbono (CO2): para 2050 (dentro de 28 años) deberíamos eliminar la utilización del carbón por completo, reducir el 60 % el uso del petróleo y en el 70 % el consumo de gas.

“Estamos en una encrucijada. Las decisiones que adoptemos ahora pueden asegurarnos un futuro digno. Contamos con las herramientas y los conocimientos especializados necesarios para limitar el calentamiento”, sostuvo Hoesung Lee, presidente del IPCC. Ahora bien, ¿qué tan posible es lograrlo los países en vías de desarrollo como el nuestro?

Cambios

En nuestro país, el uso de energías renovables (sobre todo solar y eólica) ha registrado un aumento sostenido en los últimos años pero están lejos aún de reemplazar a la producida por combustibles fósiles. En 2019 el 5,9% de la demanda de energía fue abastecida por fuentes renovables; en 2020, el 9,7% y se calcula que en 2021 la cifra escaló hasta aproximadamente el 21%. Esto tiene que ver, entre otras razones, con las nuevas facilidades para acceder a estas energías limpias.

“El cambio climático es una realidad y lo vemos en el aumento de las temperaturas, en las lluvias con mayor frecuencia... Todo eso sucede porque estamos haciendo algo mal; en Argentina, particularmente, el 60 % de la matriz energética es de combustibles fósiles”, resume a LA GACETA el ingeniero eléctrico Gustavo Bellagamba, quien es magíster en Gestión Ambiental y experto en energía solar.

Bellagamba explica que nuestro país es muy dependiente de los combustibles fósiles, y que es probable que la situación empeore si no tomamos medidas de inmediato. “La población está aumentando cada vez más, y además nos volvemos más longevos”, advierte. Y es que la cuestión es complicada: Naciones Unidas expresó que si la población sigue creciendo al ritmo actual, alcanzaría los 9.600 millones en 2050 (en este momento la cifra global ronda los 7.800 millones de personas) y, si no decrece el consumo, necesitaríamos tres planetas como el que habitamos para suplir las necesidades de las personas.

El aumento de la población -explica el especialista- requiere un mayor gasto de energía. Y tenemos dos opciones: “o seguimos con los combustibles fósiles u optamos por las energías renovables”, dice y enumera: “solar, eólica, hidráulica, mareomotriz... hay muchas alternativas; y al generar electricidad con calor no se generan gases de efecto invernadero”.

Posibilidades

Un termotanque solar, que no usa gas natural, dura 10 años y su costo se amortiza -indica Bellagamba- en sólo tres años de no pagar boletas. En internet puede conseguirse por alrededor de $ 70.000 en la presentación de 200 litros, mientras que en la alternativa tradicional a gas, por 160 litros, cuesta $ 80.000. Y además, hay que pagar por el consumo mensual de ese servicio.

“Los paneles solares tienen una vida útil de más o menos 20 años -ejemplifica-; no estamos diciendo que tenemos que dejar totalmente los combustibles fósiles ya, sino tomar en forma urgente una medida para empezar a cambiar la matriz energética. La gente tiene que saber que esta tecnología existe y que la puede utilizar en casa; viene a palear el uso de los combustibles fósiles”. Como tantas otras cosas, cada uno desde su hogar puede aportar su granito de arena.

Una de las grandes polémicas en torno al uso de las energías renovables tiene que ver con la supuesta pérdida económica que se produciría al abandonar los combustibles fósiles. Sobre esto, Priyadarshi Shukla, copresidente del Grupo de Trabajo III del IPCC afirmó al presentar sus conclusiones: “sin tener en cuenta los beneficios económicos derivados de una reducción de los costos de adaptación o de los impactos climáticos que se evitan, el producto interno bruto mundial sería solo unos pocos puntos porcentuales inferior en 2050 si adoptamos las medidas necesarias para limitar el calentamiento a 2°C como máximo, en comparación con el mantenimiento de las políticas actuales”.

¿Qué hace falta?

Una vez publicado el informe se armó el debate. Y es que en realidad, sobre todo para los países pobres (donde el principal consumo energético está dado por la quema de carbón para producir electricidad), no es tan fácil realizar el cambio a energías más ecológicas. Además hay que tener en cuenta un dato: el documento asegura que los hogares con ingresos del 10% más alto contribuyen hasta el 45 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. Todos debemos tomar medidas, pero según nuestro consumo.

“Es posible de lograr -dice Bellagamba-. Hace falta capacitación y educación, mostrarle a la gente que esto existe; mostrarle al ciudadano que funciona y que se lo puede utilizar tanto en casas como en edificios. Necesitamos  políticas estatales o gubernamentales para fomentar este tipo de energías”.

El experto indica que todos podemos modificar cosas en casa para ser más ecológicos. “Y aquella familia que no pueda por una cuestión económica, afrontar el cambio, puede optar por realizar otras acciones por el medio ambiente, como el reciclaje -aconseja-; no podés afrontar el gasto del termotanque solar nuevo, pero sí podés cuidar el planeta, que es el único que tenemos. Podés reciclar, apagar las luces cuando no las usás y reducir el uso de energía hogareña y, por ende, mermar la contaminación que cada uno produce”.

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