A 150 años de la primera exposición agroindustrial

A 150 años de la primera exposición agroindustrial

Este año se cumplió el sesquicentenario de la inauguración oficial de un extraordinario evento, surgido de una iniciativa de Sarmiento, que tuvo lugar en la provincia de Córdoba entre finales de 1870 y principios de 1872: la Exposición Nacional e Internacional Agroindustrial, primera en su género en toda América latina.

07 Noviembre 2021

Si bien estaba planteado comenzarla antes, problemas en el traslado de la maquinaria llegada del exterior y sendas epidemias de cólera en Córdoba –que cobró la vida de cerca de 6.000 personas– y de Fiebre Amarilla en Buenos Aires, obligaron a postergar el evento.

Tres secciones dividieron la muestra. En el lago Sobremonte –actual Paseo Sobremonte a la vera de la “Cañada”– se situó el pabellón central; en la Quinta agronómica de Santa Ana, un predio rural, y un tercero se instaló a orillas del Río Segundo, lugar en el que se probaron plantíos y máquinas- herramientas.

Bajo la responsabilidad central del ministro de Instrucción y Justica, Nicolás Avellaneda y del presidente de la Sociedad Rural Eduardo Olivera –que había visitado varias exposiciones en Estados Unidos y Europa–, y la concurrencia de un “local, el ministro del Interior Dalmacio Vélez Sarsfield, muchas de sus instalaciones, cobraron vida ya a principios de 1871 lo que permitió que en octubre, se realizara la inauguración oficial. Como era costumbre entonces, el día 4 Sarmiento firmó el decreto delegando sus funciones en el vicepresidente Adolfo Alsina para el día 7, el 9 partió hacia Rosario, y extendiéndose con su presencia las vías del Ferrocarril Central y nuevos puentes, pasa por la remozada Bell Ville –que hasta entonces era Fraile Muerto pero el propio presidente pidió cambiar su nombre por “colonial”–, Villa María, arribando a la capital mediterránea el 10. Al día siguiente a las 14 hs se hizo el acto oficial y Sarmiento permaneció en “la Docta” hasta finales de mes. La ceremonia de clausura se realizó el 21 de enero de 1872 ante la presencia entusiasta de 3.500 cordobeses. Luego se realizaron las entregas de diplomas y de 462 medallas de oro. plata, cobre y peltre para los expositores y personalidades premiadas y se pasó al remate de objetos, estructuras, módulos y hasta de los portones que, en buena medida, sirvieron para costear los gastos de la Exposición. También se despacharon a distintos puntos del país cerca de 30.000 paquetes de granos, legumbres, flores y cereales, probados durante la muestra y provenientes de distintos puntos de América y Europa.

El encuentro reunió productos de las catorce provincias argentinas de entonces y de doce países, seis de Europa y seis de América. Los ensayos de maquinaria agrícola permitieron a los agricultores y estancieros conocer , e incluso probar el desempeño de decenas de máquinas y herramientas traídas de Alemania, Estados Unidos, Francia e Inglaterra como trilladoras, segadoras, arados manuales livianos, cortadoras de alfalfa, desgrandoras de maíz –con las que un solo hombre podía procesar 15 a 20 fanegas por día–, molinos de viento con noria, rastrillos de caballo y hasta el recién inventado “locomóvile” impulsado a vapor – de 4 y 12 HP–, apto para diversos procesos.

En el “Parque de Culturas Comparativas” de la Quinta de Santa Ana, se evaluó el rendimiento de numerosos cultivos: variedades de maíz, alfalfa y trigo, tréboles de distintas clases, ray grass –una forrajera para alimento de bovinos–, papas de Alemania, tabaco de Cuba, lentejones chilenos, cáñamos de Mendoza y lino de los Estados Unidos, así como variadas especies arbóreas. Grandes invernáculos y terrenos alojaron pruebas de floricultura y hortalizas. Muchas de estas especies y variedades se integraron entonces a la matriz agrícola argentina.

Por último, la Exposición de Artes y Productos Argentinos, sería la que se llevaría el nombre de “Exposición Nacional de Córdoba” se ubicó en la quinta de Nicolás Peñaloza frente al Lago Sobremonte, especialmente decorada como nave central de la muestra. Allí, los hombres de negocios tomaron contacto con productores de todas las provincias del país que tenían sus respectivos “stands”.

El “torneo industrial”, como lo calificaba la prensa, fue el puntapié inicial para el decidido inicio del modelo agroexportador que caracterizaría a la Argentina y permite visualizar que el gran sanjuanino, además de su fuerte impronta educativa, tenía in mente un modelo de país desarrollado, independiente y agroindustrial, ligado a los avances de la ciencia y la tecnología más avanzada del mundo y jerarquizando al Interior productivo como pulmón y corazón del sistema republicano y federal con el que soñaba.

© LA GACETA

Ricardo De Titto – Historiador.

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