Los "Vikingos" giraron hacia la izquierda

Los "Vikingos" giraron hacia la izquierda

Con la victoria del laborismo en Noruega, ahora las cinco naciones de la región serán gobernadas por la Socialdemocracia.

HACIA LA IZQUIERDA. En los comicios de Noruega del martes de la semana pasada se impuso una coalición liderada por el laborismo, que colocó en el Gobierno a Jonas Gahr Støre. Ahora las cinco naciones de la región serán gobernadas por la Socialdemocracia. HACIA LA IZQUIERDA. En los comicios de Noruega del martes de la semana pasada se impuso una coalición liderada por el laborismo, que colocó en el Gobierno a Jonas Gahr Støre. Ahora las cinco naciones de la región serán gobernadas por la Socialdemocracia.
23 Septiembre 2021

En los comicios de Noruega del martes de la semana pasada se impuso una coalición liderada por el laborismo, que colocó en el Gobierno a Jonas Gahr Støre, un millonario de 61 años nacido en Oslo.

De esta manera, los cinco países de la región -Noruega, Islandia, Dinamarca, Suecia y Finlandia- serán gobernados por la Socialdemocracia.

Según señala una nota de la BBC Mundo, se trata de un hecho inédito en más de seis décadas para estas naciones, admiradas tanto por sus indicadores económicos como por su amplio bienestar social.

La nota subraya que durante décadas Noruega, Islandia, Dinamarca, Suecia y Finlandia han registrado altos niveles de riqueza per capita y baja desigualdad; y actualmente integran el listado -junto a Suiza, a Alemania y a los Países Bajos- de países en donde la gente es más feliz, según el índice global de felicidad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) publicado este año.

"Casi todos los partidos lo apoyan, pero no se puede negar que los socialdemócratas han sido clave (para el desarrollo) del modelo nórdico", dice el profesor de sociología de la Universidad de Oslo Haldor Byrkjeflot, experto en los países nórdicos.

Agrega que a partir de la crisis desatada a partir de la covid-19 hay mucho más énfasis en reducir la desigualdad que ha ido creciendo desde que comenzó la pandemia de coronavirus; y esa es una de las razones que ha impulsado el regreso de la izquierda.

Da cuenta BBC Mundo que el modelo nórdico surgió como respuesta a la crisis de principios de la década de 1930, bajo el liderazgo de Gobiernos socialdemócratas, pero comenzó a ganar fuerza durante la gran depresión económica y social que dejó la Segunda Guerra Mundial.

Gira en torno a un gran estado de bienestar que promueve la movilidad social y un sistema de negociación colectiva multinivel. Se puede decir que su característica clave es la colaboración social. "El modelo nórdico se basa en la cooperación entre sindicatos, empleadores y el Estado", explica Byrkjeflot. Y añade que el trabajo conjunto entre estos explica los buenos indicadores de igualdad en las sociedades nórdicas.

Johan Strang, profesor del Centro de Estudios Nórdicos de la Universidad de Helsinki, señala que por décadas Europa y el mundo occidental han estado disfrutando y sufriendo los pros y contras del neoliberalismo. "Los beneficios sociales se han reducido, algunos servicios de bienestar social han sido privatizados, la propiedad pública se ha ido vendiendo", Strang. "El giro a la izquierda es probablemente una reacción a todo esto y una forma de crítica a las políticas que han implementado los Gobiernos de derecha", añade.

Particularidades según el país

La nota de BBC Mundo destaca una diferencia entre estas naciones. En Finlandia se critican las privatizaciones y se piden reformas en el sistema de salud mixto, privado y público. En Suecia persiste un descontento por la escasez y el alto precio de las viviendas, así como por la segregación en las escuelas, donde los más pudientes suelen poder elegir los centros a los que van sus hijos. "Y en Noruega la gente en la periferia de las ciudades se queja de que han sido abandonada por los Gobiernos de derecha", apunta Strang.

La centroizquierda regresó al poder en Noruega luego de una experiencia de ocho años de Gobierno conservador. Lo hizo con la promesa de una reducción de impuestos a las familias de bajos y de medianos ingresos. Además, se comprometieron a poner fin a la privatización de los servicios públicos, a otorgar más dinero a los hospitales y a obligar a los más ricos a pagar más impuestos. Con esa agenda ganó de manera aplastante: el Partido Laborista y sus dos aliados de izquierda obtuvieron 100 de los 169 escaños en el Parlamento.

La campaña estuvo dirigida a la "gente común y corriente". Y rindió frutos, al igual que en 2014 la que anunciaba "Una Suecia mejor. Para todos".

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