La vigilia peronista, previa a la visita presidencial

La vigilia peronista, previa a la visita presidencial

Un interrogante es si alguno de los miembros de la comitiva nacional intentará poner paños fríos a la interna tucumana.

ALBERTO FERNÁNDEZ, en su última visita a Tucumán. FOTO PRESIDENCIA. ALBERTO FERNÁNDEZ, en su última visita a Tucumán. FOTO PRESIDENCIA.

La gran familia peronista aguarda el arribo del presidente Alberto Fernández. Sin embargo, las diferencias entre los principales integrantes han fluido a lo largo de esta semana previa a los actos conmemorativos del Día de la Declaración de la Independencia. Por el lado de la Casa de Gobierno, el gobernador Juan Manzur trató de cerrar la mayor cantidad de anuncios de obras por parte del Gobierno nacional. En esa orientación, el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, llegó a esta ciudad, entregó viviendas y reafirmó anteriores compromisos de distribuir más casas a lo largo del territorio provincial. La licitación de los trabajos para la construcción de la autopista que unirá San Miguel de Tucumán con Termas de Río Hondo fue otra de las apuestas. El clima debía ser distendido para que el Presidente tenga un paso tranquilo por esta ciudad, que mañana se convertirá en Capital de la República, tal como establece aquel decreto que firmó Carlos Menem hace 30 años. Más allá de eso, los encargados de la seguridad presidencial y de la Casa Militar siguen trabajando en el armado del recorrido de la comitiva nacional, desde su llegada al aeropuerto Teniente Benjamín Matienzo hasta el arribo a la Casa Histórica, sede central de los actos patrios y donde el presidente de la Nación dará su discurso a todo el país. "El mensaje en la fecha especial será para todos los argentinos; no hay que esperar algún anuncio concreto para Tucumán en esta oportunidad", indicó el gobernador cuando se le consultó si habrá novedades. De todas maneras, todo está abierto. Manzur siguió con su agenda habitual y por estas horas recorre comunas rurales inaugurando obras y nuevos sistemas de iluminación. "Un toque de puño no se le niega a nadie", señaló cuando se le interroga acerca de cuál será su actitud cuando mañana vuelva a ver, frente a frente, al vicegobernador Osvaldo Jaldo.

El presidente de la Legislatura había arrancado la semana con una consigna: bajar los decibeles a la pelea interna con el jefe del Poder Ejecutivo. No pudo. La filtración de su mensaje del viernes lo ha descolocado. "Yo no estoy dispuesto a seguir mendigando un cargo en las listas ni de diputados ni de senadores", había señalado en el encuentro con los referentes de Peronismo Verdadero. Ese día habló de una tercera posición en caso de no ser escuchado por la Casa de Gobierno.

"Hay que ser mesurados; evitemos todo tipo de disputa", fue la orden que el vicegobernador transmitió a todos sus allegados. En el medio, según pudo establecer LAGACETA.COM, el titular de la Legislatura recibió un llamado de Buenos Aires, en el mismo sentido. Otro pacto de silencio y de no agresión hasta tanto se desarrollen los actos patrios. Jaldo se refugió en uno de los territorios afines a su corriente, en Banda del Río Salí. Allí, el intendente Darío Monteros, organizó un encuentro de concientización ciudadana, en el que estaba previsto que hablen las autoridades sanitarias de la jurisdicción sobre la Covid-19. Preparó 3.800 sillas en un estadio de fútbol, con distanciamiento social, y con la distribución de 4.000 sanitizantes donados por una empresa privada.

Todo hace prever que la tranquilidad reinará mañana en el peronismo. Y, al menos por un día, habrá paz interna y los trapitos no saldrán a relucir. El sábado será otro día, en uno y en otro sector del oficialismo. El interrogante que quedará flotando en la atmósfera del poder es si alguno de los miembros de la comitiva nacional intentará poner paños fríos a la interna, por lo menos hasta el 14 de noviembre.


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