María Dueñas: “las buenas historias nos transforman”

María Dueñas: “las buenas historias nos transforman”

Sira Quiroga es la protagonista de El tiempo entre costuras, la novela de la escritora española María Dueñas editada en 2009 por Planeta, que vendió cinco millones de ejemplares, tuvo traducción a 40 idiomas y una adaptación televisiva. Una inyección para la industria editorial y un cambio sustancial en la vida de esa profesora de filología inglesa “porque supuso un giro radical en mi profesión y en muchas actividades cotidianas. Pero también supone en mí un cambio positivo cada novela que escribo, cada una me aporta algo y me hace crecer de alguna manera”. Por Flavio Mogetta.

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09 Mayo 2021

Tras el éxito de El tiempo entre costuras, María Dueñas no detuvo su marcha y escribió Misión olvido (2012), La templanza (2015) y Las hijas del capitán (2018), todas con buenas respuestas tanto en el público como en la crítica pero sin lograr repetir el suceso de su novela debut. Pero lo cierto es que todos aquellos que sentían que Sira Quiroga o Bonnard tenía todavía mucho por vivir están de parabienes con el lanzamiento de Sira, la novela que la trae de regreso. La Segunda Guerra Mundial llegó a su fin y el mundo comienza una difícil reconstrucción. El fin del conflicto bélico también pone un punto (¿final?) a sus funciones como colaboradora de los servicios secretos británicos y la protagonista se dispone a afrontar el futuro con serenidad, pero no le será fácil porque el destino la llevará una vez más a reinventarse, a abandonar cualquier esperanza de una vida contemplativa. “Es una Sira muy distinta que conserva su carisma, su encanto, pero que ha evolucionado mucho desde cuando la conocimos. Esta es una Sira más madura, endurecida por las circunstancias de la vida, es más escéptica, más crítica ante todo lo que se le ofrece”, explica Dueñas durante el lanzamiento de la novela para América Latina.

Jerusalén, Londres, Madrid y Tánger son los escenarios de una nueva intriga atravesada en cada uno de sus lugares por un suceso histórico como la creación del estado de Israel, el franquismo o la visita de Eva Perón a España. ¿Por qué aparece ella? “No tenía más remedio que insertarla por el momento cronológico que trato. Estamos en la España todavía desolada de 1947, y la única noticia impactante y luminosa que hubo en aquellos tristes años de postguerra, de dureza y de hambre fue la visita de Evita. En España todo el mundo confiaba que tras el fin de la guerra los aliados, ayudaran a derrocar al franquismo y a que volviera la democracia y no fue así, la pobre España quedó desolada, muerta de hambre, dolor, represión. Argentina fue el único país que tendió una mano por la hermandad histórica de siempre y por afinidad entre los regímenes políticos y así fue como Franco invitó a Perón a España para agradecer esa ayuda que ofrecía. Y con Evita fue un gran acontecimiento, la gente se echó a las calles enloquecida, fue portada de todos los diarios, estuvo en boca de todo el mundo, la gente empezó a ponerle Eva a sus niñas, todo el mundo la veía como si viniera Papá Noel trayendo regalos”.

El proceso de construcción Sira coincidió con el comienzo de la pandemia. “Había empezado a escribir la novela unos meses antes, estaba a dos días de irme para Buenos Aires para charlar sobre mis libros, dejé las maletas a medio hacer, conseguí que mis hijos volviesen a casa y nos encerramos como todos”. El encierro le permitió a Dueñas ganar tiempo “para escribir pero por otra parte es verdad que el grado de preocupación nos tenía expectantes. Creo que la novela me sirvió como un refugio para mantenerme un poco ilusionada con algo porque para mí escribir es una actividad ilusionante. Ha sido un refugio enorme y he intentado que esa desazón que sentíamos todos no permeara dentro del texto, no quería nada deprimente porque la novela habla de lo contrario, de un mundo en reconstrucción después de una gran guerra, de una gran crisis para la humanidad y yo quería que ese fuese el espíritu de la historia”, afirma la escritora y completa el concepto con una respuesta a LA GACETA Literaria: “Yo creo que las historias tienen una capacidad imponente para sacarnos de nuestra realidad, acompañarnos y trasladarnos a otras dimensiones. A veces nos proporcionan evasión, a veces reflexión, a veces diversión y otras nos conmueven. El caso es que las buenas historias no nos dejan indiferentes y nos transforman de alguna manera. Y en estos momentos tan dramáticos para la humanidad, una de las pequeñas alegrías ha sido el saber que ahí han estado los libros acompañándonos”. 

Palestina *

Por María Dueñas

Aquella máquina de escribir no reventó mi destino. Me equivoqué al pensarlo cuando aún era joven e ignorante; cuando todavía no había archivado en mi memoria palabras como violencia, amargura, desolación o rabia, y era incapaz de anticipar los desgarros que la vida me tenía previstos. No, mi destino no lo trastocó un inocente mecanismo destinado a juntar letras. Ojalá hubiese sido así, pero el porvenir me reservaba un azar distinto. Trescientos cincuenta kilos de explosivos depositados en los bajos de un hotel en Jerusalén: algo infinitamente más siniestro.
El verano de 1945 nos trasladó al Cercano Oriente; atrás dejamos una España hambrienta y sumisa, y una Europa masacrada que iniciaba su reconstrucción con doloroso esfuerzo. Un año y unos meses antes, por convencimiento mutuo y para protegerme ante indeseables contingencias en mis funciones como colaboradora de los servicios secretos británicos, Marcus y yo contrajimos matrimonio en Gibraltar un ventoso día de marzo, con la Península a un lado y el norte de África al otro, los territorios dispares y entrañablemente cercanos que tanto significaban para nosotros.
En lugar de una ceremonia al uso, nos sometimos a un mero trámite oficial tan breve como austero; el Peñón se encontraba militarizado desde los túneles hasta su pico más alto y casi desierto de población civil, evacuados todos desde el principio de la segunda gran guerra por temor a que los alemanes los acabaran invadiendo. No hubo flores ni fotografías, ni siquiera anillos en aquel despacho de The Convent, la residencia del gobernador. Marcus presentó su documentación bona fide, un pasaporte diplomático a nombre de Mark Bonnard, su verdadera identidad: lo de Logan no era más que una cobertura para tiempos turbios. Tras los «I do» de rigor, yo formulé el juramento protocolario de lealtad al monarca en mi frágil inglés, y de inmediato expidieron otro documento con mi nueva filiación. Sira Bonnard, antes Arish Agoriuq, antes Sira Quiroga, acababa de convertirse en flamante súbdita de la Gran Bretaña. Mis últimas palabras fueron apenas un murmullo: «So help me God». Quizá nadie se dio cuenta pero en el momento de pronunciarlas no pude evitar emocionarme: pese a la frialdad del procedimiento, con él ratificábamos una alianza capaz de superar adversidades y turbaciones, fronteras y distancias.

* Fragmento de Sira.

PERFIL

María Dueñas (Puertollano, Ciudad Real, 1964) es doctora en Filología Inglesa. Después de dos décadas dedicada a la vida académica, irrumpe en el mundo de la literatura en 2009 con El tiempo entre costuras, la novela que se convirtió en un fenómeno editorial y cuya adaptación televisiva de la mano de Antena 3 logró numerosos galardones y un espectacular éxito de audiencia. Sus obras posteriores fueron Misión olvido (2012), La templanza (2015) y Las hijas del capitán (2018). Traducida a 40 lenguas y con millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, María Dueñas se ha convertido en una de las autoras más estimadas tanto en España como en América Latina. Sira es su quinta novela.

Por Flavio Mogetta – Periodista cultural.

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