Cada vez más establecimientos piden aumentar las horas de presencialidad

Cada vez más establecimientos piden aumentar las horas de presencialidad

Los que tienen más espacio solicitan a las autoridades flexibilizar protocolos, aumentar el número de chicos por burbuja y sumar días en las aulas.

IRREMPLAZABLE. La pandemia ha demostrado que no hay tecnología que pueda igualar la calidad de una clase presencial con un maestro al frente. LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS IRREMPLAZABLE. La pandemia ha demostrado que no hay tecnología que pueda igualar la calidad de una clase presencial con un maestro al frente. LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS

Más horas de presencialidad y menos de virtualidad. Eso es lo que quieren en la mayoría de los establecimientos escolares. Saben, en el fondo, que nada es igual a un maestro parado frente a los alumnos. Por eso, directivos y docentes revisan una y otra vez las grillas horarias, la organización, los espacios y la logística de cada institución. Y luego le plantean al Ministerio de Educación la factibilidad de aumentar el tiempo en las aulas. Una mesa de supervisión analiza cada caso y autoriza o no flexibilizar el protocolo.

En la primera semana de marzo, casi todos los establecimientos arrancaron con el modelo mixto de clases: presenciales y virtuales. El Plan Seguro de Regreso a las Escuelas estableció que los chicos concurran dos veces por semana a las aulas, todas las semanas o cada 15 días dependiendo de la cantidad de alumnos de la institución. Ya entonces el Ministro Juan Pablo Lichtmajer había señalado que esa modalidad podía ampliarse para los colegios capaces de garantizar el distanciamiento entre los estudiantes.

Así fue como aparecieron los primeros pedidos de flexibilización del protocolo. Aquellas instituciones que tienen menos cantidad de alumnos y más metros disponibles para garantizar el distanciamiento social corren con más suerte que el resto.

Una comisión especial

“Para atender todas las solicitudes de escuelas y colegios se constituyó una Comisión de Evaluación de Proyectos Institucionales que analiza cada caso y flexibiliza el protocolo en los que se considera óptima esa posibilidad. Se evalúan la infraestructura áulica, la ubicación y la población a la que atiende cada comunidad educativa”, explicó Mariano Albornoz, vocero del ministerio.

Según confirmó cada día se están sumando nuevos pedidos de flexibilidad, tanto de públicos como de privados. “Esto ocurre porque conocieron la dinámica de los protocolos, y creen y confían que cumpliendo con todas las normas sanitarias pueden tener más días de presencialidad. Eso lógicamente se evalúa en la comisión con todos los factores que influyen en el desarrollo de la pandemia”, añadió.

En aquellos colegios donde se ampliaron las horas de presencialidad, los padres están conformes. “A mí esta situación me salvó. Al comienzo, cuando dijeron que vendrían solo algunos días se me complicaba mucho con mi trabajo. Por suerte ahora vienen la semana completa”, contó Mariana Cornejo, que hacía malabares para congeniar las actividades diarias con los horarios acotados de sus tres hijos, que van a un establecimiento de doble escolaridad. “Ahora van una semana por la mañana y otra por la tarde, pero todos los días. Esto también me gusta porque aprenden más en el aula y no tengo que estar pendiente de ayudarlos con las clases virtuales”, apuntó.

Otros locales escolares obligados a rotar más las burbujas de alumnos pidieron poner clases presenciales los miércoles, una jornada establecida en principio para desinfección. Utilizan los fines de semana para desinfectar, o lo hacen a mitad de semana, cuando ya todos se han retirado todos del edificio.

“Me parece un gran avance que estén aumentando las horas de presencialidad porque dar clases en un aula es esencial; no hay nada que pueda reemplazar esto. Ya hemos tenido un año muy complicado y a los chicos les cuesta lo virtual, sumado a que no todos tienen los medios para acceder a este tipo de educación”, apunta Amelia Campos, profesora de inglés. No obstante, a ella sí le inquieta que estén empezando a aumentar la cantidad de casos de covid-19 en la provincia y que en consecuencia haya cada vez más burbujas escolares aisladas (Ver aparte).

“Hoy más que nunca estamos pendientes de los barbijos, del uso del alcohol, de cuidar el distanciamiento de los chicos. También estamos preocupados porque vemos que las vacunas no alcanzan para todos”, remarcó.

Bernardo Beltrán, titular del Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop), señaló que hay una inquietud creciente entre los educadores. “Varios nos preguntaron sobre la legalidad de incrementar la actividad presencial; ante esto, es la autoridad del colegio quien debe comunicar que se cuenta con la autorización correspondiente en el Ministerio de Educación”, recalcó.

“Nosotros vemos con preocupación el incremento de contagios, ante lo cual creemos que se debe revisar cómo se está desarrollando la presencialidad, para mantener el mayor resguardo posible”, insistió.

Hay un dato que, según los funcionarios, es muy alentador para las clases presenciales. Es lo que está ocurriendo a nivel sanitario y tiene que ver con las burbujas en las escuelas: hasta el momento todos los casos de aislamiento fue por contagios externos de docentes o de padres de estudiantes. “Son los adultos el factor de aislamiento y no los niños”, explicó Marcelo Romero, secretario de Estado de Bienestar Educativo.

La conclusión es que escuelas no se han identificado como ambientes de propagación y que sistema de burbujas escolares funciona y demuestra ser efectivo, remarcó.

Otros puntos que en algunos establecimientos también se flexibilizaron son la cantidad de alumnos por burbujas (puede ser de hasta 15 o 18 depende el tamaño del aula) y el ingreso escalonado de los estudiantes en aquellos lugares donde hay pocos inscriptos.

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