Fútbol resultadista y cortoplacista

Fútbol resultadista y cortoplacista

EN ATLÉTICO. Omar de Felippe. EN ATLÉTICO. Omar de Felippe.

Minuto de silencio por el “Morro” García y listo. Ya está. Comienza el nuevo campeonato. Una nueva Copa de una Liga que tiene Copa pero no tiene Liga. Y ahora tiene 26 equipos. De los 26, apenas seis tienen apoyo psicológico propio para sus equipos de Primera. Se nota. Fiestas inoportunas y sin protocolos anti-covid de los jugadores terminan en denuncias de abusos. Jugadores que demoran cuidados físicos. Eso sí, el reclamo del plantel sí se hace firme cuando el club quiere imponer disciplina. Si hasta se cuestiona que el club incluya en los contratos cláusulas sobre temas de género, un tema tan sensible otra vez en estos días y tan difícil de entender todavía para un ambiente que rebosa machismo, que no admite lugar para aceptar una depresión y que forma grupo para proteger al compañero a quien una mujer acusa de abuso. Ojalá el suicidio del “Morro” deje al menos la enseñanza para los clubes de atender más otras cuestiones. “Los clubes -me dijo el viernes pasado el jugador Ignacio Bogino, refuerzo flamante de Central Córdoba- miden el trabajo de los psicólogos en si el equipo gana o pierde el fin de semana”. De eso se trata. De ganar o perder.

EN ESTUDIANTES. Ricardo Zielinski. EN ESTUDIANTES. Ricardo Zielinski.

Como juego (porque pese a todo el fútbol sigue siendo un juego), el fútbol tiene que convivir con la aceptación de la derrota. No le queda otra posibilidad. La derrota forma parte del juego. Nadie gana siempre. Eso es algo que el fútbol argentino, porque no queda otra, lo acepta. Lo que sigue sin aceptar es la derrota. No gano. Pero tampoco pierdo. Allí está nuestro fútbol cotidiano. Algunos sintieron dolor de ojos con la apertura de la primera fecha el último viernes. Nadie quiere arriesgar. El diario La Nación publicó días atrás un informe interesante sobre el estilo “pragmático, conservador”, que domina a nuestro fútbol. Publica su lista de técnicos “defensivos” (cita a Omar De Felippe, Eduardo Domínguez, Ricardo Zielinski, Julio Falcioni, Juan Manuel Llop y Mario Sciacqua), “equilibrados” (Javier Sanguinetti, Miguel Russo, Leandro Martini-Mariano Messera, Sebastián Méndez, Israel Damonte, Luis Zubeldía, Frank Kudelka, Iván Delfino, “Kily” González, Diego Dabove, Juan Manuel Azconzábal y Mauricio Pellegrino y “ofensivos” (Fernando Gago, Gabriel Milito, Sergio Rondina, Gustavo Coleoni, Pablo De Muner, Juan Antonio Pizzi, Marcelo Gallardo y Alexander Medina). Inevitablemente arbitraria, y acaso simplificadora, la clasificación confirma igualmente lo que vemos desde hace tiempo. Un fútbol miedoso. Que juega a no perder.

EN BOCA. Miguel Ángel Russo. EN BOCA. Miguel Ángel Russo.

Es el mismo fútbol, es cierto, que dominó la última Copa Sudamericana. Y que, al menos en el caso de River, sigue teniendo al mejor equipo de la región, por mucho que la Libertadores quedara en manos de un Palmeiras que se despidió del reciente Mundial de Clubes en un inédito cuarto puesto y sin siquiera marcar un solo gol. ¿Cómo se explica esa supuesta contradicción de fútbol miedoso pero que domina en la región? Es que ese mismo fútbol que no acepta perder, gana entonces un fuerte sentido de la competitividad. De jugar con el cuchillo entre los dientes. Suele ser un ADN de nuestro fútbol. En la “virtud” está el problema. Jugamos tan concentrados y enfocados en ganar el partido que viene que perdemos perspectiva. Como si jugáramos siempre carreras de cien metros y jamás una maratón. El famoso paso a paso es un concepto que puede sonar interesante, claro. Pero llevado al extremo impide pensar con proyección. Entonces, ante la derrota cambian los técnicos, cambian los jugadores, cambian los esquemas, cambian los campeonatos y cambia todo cambia. Y cambia porque sólo se piensa en el hoy. Pocas veces en el mañana. ¿Cuándo se volverá a cambiar hasta que se acepte que jugar con 26 equipos en Primera división no tiene sentido? ¿Y hasta cuándo durará el nuevo contrato de televisión si el gobierno concreta su amago de resolver que Disney es un monopolio y Espn-Fox deben resignar su acuerdo con la AFA? En este fútbol tan cortoplacista, hay que decirlo, la permanencia del River de Gallardo suena a milagro. Ojalá fuera el modelo.

EN RIVER. Marcelo Gallardo. EN RIVER. Marcelo Gallardo.
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