Cartas de lectores
FAMAILLÁ. Se inauguró la estatua “La mano de Dios”. FAMAILLÁ. Se inauguró la estatua “La mano de Dios”.
15 Enero 2021

ECOSISTEMA HUMANO

El ecosistema humano en San Miguel de Tucumán ha tenido épocas mejores en relación al artículo 41 de la Constitución nacional, todo hace pensar que en algún momento lo pondrán en práctica, con una mirada optimista, claro; aunque no existan razones que la fundamenten. El ecosistema humano está perdiendo el carácter de “hogar común” desde el punto de vista ambiental. Los problemas no resultan menores, por cuanto comprometen no solo el presente sino el futuro de nuestra Ciudad. La repoblación del arbolado urbano muestra la falta de una política de Estado, no es fácil, es un desafío emparentado íntimamente con la eficacia, con la capacidad de gestión y administración de cara al conjunto de la comunidad. Según la Constitución nacional, todos los habitantes de la Provincia tenemos derecho a gozar de un ambiente sano en su provecho y en el de las futuras generaciones. El lector Juan Francisco Segura ha detallado muy bien las bondades del árbol urbano, los árboles realizan un excelente aporte a la calidad de vida, pues son los encargados, aún sin estar en su hábitat natural de: regular la temperatura ambiental, absorber gran parte del nivel sonoro, retener el polvo atmosférico, purificar el aire, captando dióxido de carbono y liberando oxígeno, y armonizar estéticamente la ciudad con sus formas y colores, coincido con Segura en que es impostergable un censo del arbolado urbano en este y en los otros municipios, para saber de forma fehaciente cuántos árboles hacen falta.

René Carlos Roncedo

NOMBRES DE LAS CALLES

La vieja costumbre de denominar a las calles, pasajes y avenidas con nombres de personas o países ya debería ser erradicada. Existen varias razones para esto. Mencionemos sólo tres: 1)- Cantidad: las vías de circulación suman millones en el país. Como carecemos de igual cantidad de nombres disponibles se está usando la variante de indiscriminada repetición y confusión. Es imposible retener en mente la ubicación de tantos nombres y cómo llegar a la dirección deseada. 2 )- Calidad: los nombres de personajes notables y merecedores de tal “distinción” están agotados totalmente. Resultado: hartante repetición, pérdida de correspondencia; u oportunidades. Y 3)- Iniquidad: recurrencia a búsqueda de sujetos de dudosa honorabilidad, y mucho menos, avalada por el tiempo. Sólo comprensibles políticamente, mas no y para nada ejemplos de probidad, y/o patriotismo o algo que se le parezca. Falta de una adecuada regulación que cierre las puertas a la imposición salvaje y caprichosa , motorizada por indignos (moral y psicológicamente) representantes del pueblo. Este intríngulis se resuelve al estilo sajón. Debe ser reemplazado por indicaciones geográficas sencillas y fáciles de ubicar. Eso se llama “modernizar”, o en otras palabras: “ salir de las cavernas”. Simplificar la existencia.

Darío Albornoz

SOBRE LA MUJER EN LA EDUCACIÓN

A propósito del Interesante artículo “El avance de la mujer en la educación” (LA GACETA, 11/01/21), cabe señalar que en la edición del diario El Orden del 9 de enero de 1918, en un artículo titulado “Avance del feminismo”, se destaca la finalización de los estudios de la primera mujer dentista de la provincia, María Teresa Saleme, quien se había diplomado en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires el 15 de diciembre de 1917, a los veinte años. Para la época era una situación novedosa en América toda, tanto que en la Revista de Historia de la Odontología de Toronto, Canadá, se publicó hace un tiempo un artículo sobre la misma. El trabajo se titula *“Women and Children Only: María Teresa Saleme and the Feminization of Dentistry in Argentina” (Mujeres y Niños solamente; María Teresa Saleme y la feminización de la Odontología en la Argentina). La razón del título es que en ese momento la nueva odontóloga sólo atendía a mujeres y a niños, respetando los usos y costumbres de la época. En el Archivo Histórico de la Provincia obran todos estos antecedentes.

Horacio Saleme

Perú 647

Yerba Buena

ESTATUA DE MARADONA

El delantero se alza en el aire y hace el gol. Con la mano. ¿Qué hubiese sucedido en la Argentina si Maradona, en lugar de correr en un festejo alocado, se hubiese dirigido al árbitro explicando que su gol devino de una infracción y por lo tanto debía considerarlo inválido? ¿Qué cara hubiera puesto el árbitro, integrante de una cofradía acostumbrada al denuesto y al maltrato? ¿Qué hubiera hecho el público exitista? ¿Qué hubieran hecho los compañeros “del Diego”? Pienso en un silencio ominoso, absoluto, mientras el juez, pasado el desconcierto inicial, saca de su bolsillo una tarjeta amarilla y la exhibe con mano temblorosa frente al 10, que agacha la cabeza aceptando la sanción por cometer “hand” intencional. Un aplauso baja de las tribunas, primero tímido, después ensordecedor. El público se da cuenta que ha presenciado un instante único, irrepetible. Los de casaca azul abrazan al ídolo, Valdano el primero. Los de blanco, hacen fila para darle la mano. Lo que no sabemos es qué hubiera pasado en nuestro país, de haberse producido ese episodio imaginario. ¿Hubiéramos aplaudido la acción de decir la verdad, aunque nos hubiese costado el título mundial? Es posible que después de algo así, trasmitido al espíritu de cada uno por la influencia del ídolo, nuestra personalidad, visión de las cosas, criterio de convivencia social, ¿hubiese cambiado rotundamente? Es decir, ¿hubiésemos dejado la transgresión y capricho que caracteriza a nuestro caudal psicológico para convertirnos en individuos profundamente éticos? ¿Habríamos defenestrado la gauchada, la viveza criolla, el “hacete amigo del Juez” como consejo de vida, la colada, el piropo grosero, el bullyng, la cargada soez, el cartel de “pegue que no duele”, el estudiar solo para zafar, el trabajo a desgano, el escrache, la barra brava, las picadas con el auto de papá, el vandalismo de plazas públicas, el atraco desde la moto, la herida de la droga, el aerosol como arma, violar todas y cada una de las reglas de tránsito, la queja recurrente contra el Estado o el país, la culpa que siempre es del otro. Nunca lo sabremos, “la Mano de Dios” ya es idolatría nacional, lo digo con pena.

José Félix Risso

Belgrano 108

San Isidro de Lules

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