La feria de Concepción se instaló, pese a la prohibición

La feria franca municipal de Concepción, pese a estar prohibida, ayer volvió a funcionar. Lo hizo con unos 30 feriantes que se instalaron en el predio de la ex estación ferroviaria desafiando la disposición del Comité de Emergencia de la provincia (COE). La prohibición a esta actividad, como otras comerciales, fue impuesta con el afán de frenar el avance de la Covid-19. De todos modos los puestos estuvieron ajustados a las normas de bioseguridad vigentes: permanecieron distanciados, provistos de alcohol en gel y tanto vendedor como cliente usaron barbijo. El COE, supuestamente, en la tarde del viernes se disponía a emitir una resolución que permitiría la reapertura de las ferias municipales en toda la provincia, luego del cierre dispuesto a principios de agosto. Sin embargo, la medida no asomó. “Ya no tenemos miedo a ir presos. Es que la necesidad que cargamos es muy grande. Tenemos que trabajar para sobrevivir” advirtió Juan Verón, vocero de los puesteros.

La agitación de los feriantes había comenzado el sábado anterior. Ese día los vendedores intentaron ocupar el predio ferial, pero la Policía se lo impidió. Luego fueron a protestar frente a la casa del intendente Roberto Sánchez. El lunes el jefe comunal se reunió con ellos y en en la ocasión se definió un protocolo de bioseguridad que fue elevado al COE por el municipio. “No hubo ninguna respuesta oficial al pedido de autorización para que la feria vuelva a funcionar. Y no está entre nuestras facultades reabrir el predio. De todos modos, extraoficialmente supimos que la gente habría tenido un guiño de la Provincia a fin de que se instalen hoy, pero solo los de esta ciudad” dijo Julio César Herrera, secretario de Gobierno de la intendencia de “La Perla del Sur”. “Lo que ocurrió no es tan grave en razón de que los puesteros están al aire libre, ubicados a una distancia prudencial y usan todos los elementos de higiene. Es menos riesgoso que los espacios en que funcionan los shoppings”, observó el funcionario.

La feria fue activándose de a poco alrededor de las 9, cuando comenzaron a llegar los primeros clientes circunstanciales. Esta vez los puesteros llegaron y no estuvo la policía. “Está bueno que esta feria vuelva a funcionar porque es un espacio en que uno siempre consigue verduras y otras mercaderías a precios más baratos que en el mercado del barrio. Desconocía que se reabría hoy. De casualidad me enteré esta mañana”, comentó el vecino Ismael Villafañe.

Caída en las ventas

El vendedor de fiambres y chacinados Enrique Sotillo dijo que los feriantes como él no tienen otro camino que “luchar por la reapertura de nuestro espacio de trabajo”. “En estos meses sin poder venir aquí, vendíamos en casa. Pero el nivel de ventas cayó más de un 70%. Sacábamos apenas para comer. Y no podemos seguir así. La situación se hizo muy angustiante para nosotros” contó. “Ojalá que la prohibición se levante y podamos trabajar tranquilos”, rogó. Don Osvaldo Avellaneda (72) es un jubilado vendedor de especias que trabaja como feriante desde joven. “Me jubilé como trabajador de la Municipalidad. Siempre me desempeñé ahí y además venía aquí a vender. Es que tuve siete hijos y tenía que asegurarme con la comida”, contó. “Ahora tengo que seguir viniendo porque lo que gano como pasivo no me alcanza. Hay que pagar la luz, que se lleva casi el 30% de lo que gano, y hay que alimentarse todos los días. Esta feria siempre fue un alivio. Estos días de parálisis nos complicó la existencia”, agregó.

Según Verón, ya hubo otras ferias que comenzaron a reactivarse, como la de Villa Quinteros. En Aguilares, Alberdi, Monteros y Simoca los feriantes también están movilizados y manteniendo encuentros con las autoridades municipales a fin de lograr la pronta reapertura de los espacios en que se venían desempeñando. Se estima que la prohibición a la realización de las ferias francas afecta a más de 1.000 familias en el interior tucumano.