Entrevistas:del activismo ambiental a la producción

Entrevistas:del activismo ambiental a la producción

Las opiniones de Bruno Rodríguez, el tucumano de 20 años que habló junto a Greta Thunberg en la ONU, y de la experta en climatología Marilyn Leiva, docente en la UNT

CAMBIO CLIMÁTICO / ARCHIVO. CAMBIO CLIMÁTICO / ARCHIVO.
25 Octubre 2020

Un llamado para que los jóvenes se involucren a fondo

En septiembre del año pasado, día en el que en estas latitudes comenzaba la primavera, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebraba la Cumbre de Acción Climática de la Juventud. La gran oradora de la jornada: la ambientalista Greta Thunberg, ya convertida en ícono del activismo. Pero al lado de ella, contrastando en ubicación geográfica de nacimiento, estaba Bruno Rodríguez, un argentino que tomó la palabra como otro de los defensores del medio ambiente.

Si se tiene en cuenta su lugar de nacimiento, Bruno es tucumano. Si se escucha su acento, sin embargo, es un porteño de ley que se trasladó a Buenos Aires cuando tenía apenas tres meses de vida. Con Tucumán sólo lo une un puñado de familiares que viven en Concepción. Descartando los mapas, Bruno es otro de los millones de jóvenes que se han sentido interpelados por los pedidos y las arengas de Thunberg.

“Milito políticamente desde los 13 años en distintos espacios, entre ellos Amnistía Internacional. Haber conocido a Greta fue un punto de inflexión importante”, destaca en una charla telefónica con LA GACETA este joven de 20 años “militante de la ecología popular”, como se define, miembro de la organización Jóvenes por el Clima Argentina.

¿Por qué ecología popular? Porque en su paradigma ecología, justicia social y derechos humanos son caras de una misma moneda. “Lo vemos en las grandes catástrofes naturales: siempre los más afectados son los sectores más desprotegidos, los barrios más pobres. Pasa en las inundaciones y en los incendios, entonces no podemos dividir una lucha de la otra”, explica.

La concientización para los cambios de hábitos individuales que tiendan a reducir la huella de carbono, sí, son parte de su agenda. Pero por sobre todas las cosas lo son la movilización y la motorización de acciones que tiendan a que “los pibes y las pibas”, como enuncia él, se involucren en las luchas sociales vinculadas con la ecología. “Tenemos pedidos claros y concretos, como reclamar que se cumplan las leyes existentes, que se reglamenten las que no están reglamentadas, y la implementación de políticas públicas que tiendan a detener el cambio climático. Vemos que hay una supremacía de lo discursivo por sobre lo ejecutivo en nuestro país”, dispara.

El entusiasmo es colectivo

El 15 de marzo del año pasado presentaron un petitorio ante la Cámara de Diputados, con una convocatoria de 5.000 jóvenes pidiendo acciones para detener la amenaza del cambio climático. El 24 de mayo, una nueva movilización convocó a 7.000 manifestantes en Buenos Aires y en septiembre, después del discurso de Bruno en la ONU, la cifra llegó a 15.000.

La lucha continúa y el objetivo de Jóvenes por el clima sigue enfocado en el involucramiento colectivo, además de los cambios individuales. “Vemos que si bien no tenemos un Gobierno negacionista como en el caso de Brasil, sí se apunta en nuestro país a cambios a corto plazo, medidas que comparadas con la magnitud del desastre son bastante menores -advierte-. La última iniciativa del oficialismo de prohibir por 60 años emprendimientos en zonas de tierra arrasada por los incendios es un avance, pero lo que se necesita es un avance mucho más profundo en la modificación del sistema productivo”.

Los golpes a la economía también pueden ser letales

Cuando se deja de hablar en abstracto sobre el cambio climático y se profundiza en el tema sale a la superficie que se trata de un problema que abarca todos los aspectos de la vida en sociedad. Entre ellos, el productivo.

Marilyn Leiva es docente titular de la Cátedra de Climatología de la carrera de Geografía de la UNT y, junto con el climatólogo Juan Minetti (ex titular de la cátedra que ella dirige ahora) brindarán esta semana la charla “Cambio climático ya?”.

Según Minetti, el cambio climático sí es “ya”. Ha advertido que una sequía de 50 años azotará la región, acarreando cambios de toda clase. Leiva, en tanto, se ha especializado en la manera en que afectan estos cambios en el sector productivo, específicamente la soja y el poroto, productos clave en la economía de nuestra provincia.

“La idea es hablar de qué manera el clima impacta o determina el rendimiento de ciertos cultivos, específicamente los protagonistas de la expansión agrícola en en Noroeste, que son la soja y el poroto”, adelanta Leiva sobre la charla.

En 1950 se produce lo que los climatólogos llaman salto climático, un concepto que se refiere a que ocurre en una región específica, bien focalizado, a diferencia del cambio climático que tiene implicancias más globales.

“A partir de 1950 comenzamos con un periodo más húmedo. Según el doctor Minetti, ese periodo terminó con la inundación en 2003 en Santa Fe, y ahora nuevamente estamos entrando en un periodo seco. En el marco de esas conclusiones habría que replantearse la forma de producción de la soja y el poroto, que son el tema de mi tesis de investigación”, explica Leiva.

“Toda mi carrera, todos mis trabajos siempre estuvieron vinculados a temas climáticos. Lo que más me preocupa es el impacto que las condiciones climáticas pueden ocasionar en la sociedad, en las actividades productivas, en la forma de vida. Con respecto al cambio climático creo que se habla mucho y se hace muy poco, los grandes líderes deberían ponerle más atención a lo que la ciencia aporta y advierte -sostuvo-. Porque los intereses económicos son tan grandes que no están dimensionando las consecuencias e incluso hay quienes lo niegan”.

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