Cartas de Lectores
Cartas de Lectores
09 Agosto 2020

"Del dicho al hecho..."

Una vieja frase  dice que para tener éxito en la vida hay que estar en el momento justo y en el lugar adecuado. ¿Hasta qué punto es cierto esto? En mi caso, puedo decir que pese a todo lo vivido en 62 años de existencia, todavía no sé si la vida me puso alguna vez ante una de esas oportunidades. Yo me probé en River Plate en 1975, por consejo del suboficial encargado de mi compañía. Pero lo hice con tanta mala suerte que tuve sólo dos intervenciones, siendo ambas infracciones, por lo que en la segunda me despacharon, ya que había sido advertido previamente. Luego estuve dos años en una congregación religiosa. Un compañero que tuve en ese lugar, me dijo 30 años después: “vos tenías que haber llegado a cura, tenías todas las condiciones”. Pero tuve que alejarme por problemas personales. En el último año del secundario para adultos que realicé en Córdoba, la profesora de filosofía dijo a toda la clase: “Al único que veo con aptitud para la filosofía es a Daniel”. Yo no seguí estudiando. En una de las fiestas llamadas “Seminario y Familia”, realizadas en dicha congregación, actué en el fogón que se realizaba el sábado a la noche, como culminación de la semana que duraba el encuentro. La gente se rió tanto con mi actuación, que un señor rosarino me dijo: “¡Muy bueno lo tuyo, tucumano! ¡Nunca me reí tanto! ¿Qué hacés acá? Este no es tu lugar, tu lugar es el teatro”. Una vez me presenté a una selección de humoristas y se me nubló el pensamiento. Cierta vez, la Municipalidad de Tucumán llamó a un concurso para escribir la historia de los distintos barrios del Gran San Miguel de Tucumán con el testimonio de vecinos; yo asistí a la presentación del libro, frente a la parroquia de Nuestra Señora de Luján. Llegué en momentos en que había concluido el acto y escuché algunas quejas de los vecinos. Uno de ellos, un histórico de una familia numerosa, cuyo nombre no recuerdo, pero sí su apellido, Petrelli, un hombre mayor que leía todas mis cartas publicadas en LA GACETA y charlaba largamente conmigo cuando nos encontrábamos, al verme entre los presentes, expresó en voz alta y con bronca: “usted tenía que haber escrito sobre la historia de Villa Luján”. Obviamente, el hombre estaba disconforme con lo publicado respecto a dicho lugar, pero yo no me había presentado a la convocatoria. Vaya mi mayor respeto a quienes escribieron. En otra ocasión, le dije en broma a la madre de una ex novia que tuve en mi juventud: “usted tenía que haber sido mi suegra y la abuela de por lo menos diez nietos que yo le iba a dar”. A lo que ella respondió: “Sí, a vos te faltó tenacidad, tenías que haber insistido un poco”. El romance se había terminado abruptamente, porque el padre de la joven no aceptaba que su hija estuviera de novia. Cierta vez, en mi adolescencia, mi abuela me dijo: “Usted va a ser muy feliz en su vida, m’hijo, porque es muy bueno”. Y aquí estoy, tratando de comprender aún mi realidad, sin saber hasta qué punto aproveché las oportunidades que me dio la vida, pero disfrutando de la felicidad que enigmáticamente mi abuela me auguró aquel día.

Daniel E. Chavez

Pasaje Benjamín Paz 308

San Miguel de Tucumán

Solidaridad con el Líbano

El Abad general de la Orden Libanesa maronita, padre Naamtalah Hachen OLM, agradece en nombre de los ciudadanos de Beirut y del Líbano todo, las muestras de apoyo y solidaridad manifestadas hacia la persona del padre Charbel Chahín OLM, nuestro representante en argentina, por el desgraciado hecho que sacudió la capital de El Líbano. Y nuestra Misión de la Orden Maronita Libanesa en Argentina agradece al Pueblo tucumano su solidaridad en nombre de todos los ciudadanos de Beirut en particular, y del Líbano en general, por las muestras de apoyo y solidaridad expresada ante el desgraciado hecho que afectó a la Capital de El Líbano.

Charbel Elías Chahine OLM

Superior de la misión

Párroco de San Marón

Recuerdo del poeta Lucho Díaz

Cartas de Lectores

Este 9 de agosto se cumplen 41 años del fallecimiento del poeta Luis Alberto (Lucho) Díaz. La Fundación Bella Vista lo recordará haciendo realidad la publicación del libro “Lucho Díaz. Poeta de Bella Vista”, editado por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán. La edición del libro, que contiene parte de centenares de poesías de Lucho, es un anhelo de la Fundación Bella Vista desde su fundación en 2013, que comenzó a plasmarse el 20 de abril de 2018, cuando el vicedecano de la Facultad de Filosofía y Letras, profesor Santiago Rex Bliss, accedió entusiastamente al pedido de su publicación. Un equipo integrado por los licenciados María Magdalena Ponce Rasuk y Beco Salazar;  Pedro E. Alvarez y quien escribe estas líneas, con el apoyo permanente de Tito Paliza, tomó a su cargo reunir la dispersa obra del poeta, de digitalizar, sinterizar y seleccionar su contenido, coordinando con la Facultad de Filosofía la publicación del libro. Lucho fue un poeta nato. Escribía sus poesías y las entregaba a sus destinatarios. Ha sido ímprobo el trabajo de reunirlas y así y todo no se pudo conseguirlas a todas. Aun cuando la cuestión azucarera fue una constante en su trabajo literario no hay ningún tema que le haya sido ajeno; los títulos de sus poesías lo atestiguan: “Romance para el sentir de los zafreros”, “Zamba para los amigos de la noche”, “Zamba Blanca”, “Corazón de Lapacho”, “La Luleña”, “Copla de la mierda y el carajo”, “Muerte Camboyana”, “El Cheto Delgado: Malacatero”, “Soneto para mi muerte”, “Soneto Quevediano”, “El Quetupí: López Gallero”, “ El cierre de los Ingenios”, “Bella Vista Pétalo Azucarero”, “Changuito de la Zafra”, “El Sindicato”, “Elegía para un Ingenio”, “Terminó la Zafra”, “La Muerte de un Guitarrero”, “Aquí se Impuso el Amor”, “Zambita para Vicente”, “El Hombre”, “ Tupac”, “Pequeña Balada de la Vida y la Muerte”, “Coplas del Tucumán”, “Zambita para Simoca”, “Famaillerita”, “Presidente de palomas”, “Chacarera del ciego Pancho”, “Padre Vino”, “Una Mujer”, “La madre de un poeta”, “Nilda Guerrero”, “El Ancestro”, “El Ruido de la Juventud”, “Este Chivo Valladares”, “Santiago del Estero”, “La Muerte de Germán Soldado”, “La loca Remigia”, “Zamba del Catarú”, que es actualmente un himno de Bella Vista, y centenares más. Corresponde agradecer a los amigos de Lucho que conservaron y entregaron carpetas completas con las obras del poeta.  Debe destacarse el apoyo de la decana de la Facultad de Filosofía, Mercedes Leal y del vicedecano, Santiago Rex Bliss y del Intendente Municipal de Bella Vista, Sebastian Salazar, que financió la mitad de los costos de la edición del libro. El profesor de la Facultad de Filosofía Ricardo J. Kaliman expresó en su “Cancionero de Rolando Valladares”, sobre Lucho Díaz,  lo siguiente: “a su muerte, una buena parte de su obra poética fue publicada por la cooperativa Campo de Herrera, y el resto espera todavía una edición digna de su significación. Al mismo tiempo, Lucho Díaz compuso letras folclóricas de fina calidad, luminosas, esmeradas y profundamente cariñosa”. Para la Fundación Bella Vista es un deber cumplido, junto con la Facultad de Filosofía, entregar a la cultura tucumana la obra de este poeta que le cantó a la vida, al trabajo, a la mujer, a la amistad, a los olvidados de toda suerte humana, y que enseñó desde su primer cuarteto, escrito cuando estudiaba para maestro en la histórica Escuela de Monteros:  “al oro tentador no te sometas -cuida el honor de tu sagrado nombre/ y una cobarde acción jamás cometas/he ahí la dignidad del hombre”. El libro contiene además la biografía de Lucho, el artículo del periodista Roberto Espinosa publicado en LA GACETA el 28 de octubre de 2001, las palabras pronunciadas en el sepelio de sus restos por Manuel Aldonate y Manuel Roberto Valeros, y artículos escritos especialmente por Luis Gentillini, Antonio Beco Salazar, Juan Marcos Lescano y por su nieta Malva Liú. Por otra parte se agrega una sección de fotografías de Lucho y de zafreros pertenecientes a Magdalena Ponce.

Manuel Roberto Valeros

San Lorenzo 1.185

San Miguel de Tucumán

Los 108 años de LA GACETA

108 años ¿Quién se lo hubiera  imaginado?  Esos  instantes  de inspiración no los tiene cualquiera. Dar nacimiento  -sin más ayuda que el fuerte deseo y la voluntad - a  tamaña obra  que sobreviva su  propia existencia  fue, a todas luces, una sobrehumana inspiración. Diríamos “celestial”. Transitar a través de los tiempos- en este  país que nunca terminó de crecer ,con permanentes ataques al sistema nervioso, preocupaciones y temores que abruman a la sociedad, incluido el panorama de  contaminaciones y criminalidad de la calle- debió  haber tenido nervios de acero para no  volverse neurótico y sobrevivir. ¿Que cómo lo hizo? Diríamos que  portando el fuerte mazo de la verdad en la información con ambas manos. Ignorando  torpezas y amenazas de poderes  externos, personales, políticos, estructurales  o palaciegos ; que asientan sus reales sobre la falsedad. Es cierto que la difusión de la verdad es riesgosa en un país inmaduro donde, ni siquiera la Justicia está firmemente asentada. Don Alberto García Hamilton fue un genio en ese sentido. Debemos reconocerlo. Y esto no es panegírico. Es la acabada y justa expresión que se merece. Hoy LA GACETA sigue viva entre nosotros. Imprescindible como la tortilla para el mate en la mañana. Tan precisa y fiel a su lector, que si algo se comentó y no se publicó en el “diario”, como lo llamamos familiarmente, es porque no existió. Así de simple. Al desearle felicidades por su 108º aniversario, déjeme abogar para que la calidez y el respeto con que es recibida en nuestros hogares nunca deje de ser perfectamente justificada.

Darío Albornoz

Jubilados

Todos los jubilados y pensionados jubilados de Tucumán saludan y felicitan a LA GACETA en su cumpleaños, porque es el medio que leemos todos los días, en especial las noticias que nos competen; y por ser también el medio donde con libertad publicamos nuestros rechazos a todas las noticias que nos dañan y perjudican y podemos hacer públicos los reclamos y sugerencias de medidas que legalmente sí nos corresponden y nos son negadas. Esos jubilados y pensionados reclamamos por el maltrato de todos los días cuando concurrimos cobrar los haberes en los  bancos de la provincia y leer en nuestra boleta de sueldo que el Gobernador de Tucumán continuú en la negativa de pagarnos el 82% móvil automático a los todavía cerca de 8.000 jubilados y pensionados provinciales transferidos a la Nación. En los bancos de la zona  centro el Gobierno envía policías para controlar el uso obligado del tapabocas; pero en las sucursales de los barrios periféricos y de ciudades y pueblos del interior, suele concurrir un solo policía uniformado que parado en la puerta controla el ingreso de a uno hasta el cajero humano; desatiende a la gente que hace cola en la veredas, no puede controlar que usen el tapabocas y respeten la distancia de al menos un metro uno del otro. Mucho menos evita que se mezclen con los ancianos personas jóvenes con evidentes intenciones de robarles sus dineros como hubo varios intentos en calle Crisóstomo Álvarez al 1.000 y 1.100, donde pagan dos bancos. En estos días de frío “todos los viejos” aguantan horas de espera sin contar con baños y al no permitírseles entrar al baño del local bancario se ven obligados a abandonar la cola y buscar un negocio de cafetería cercano o playa de estacionamiento donde por no ser clientes les niegan la entrada o les cobran una suma de dinero.

Ángel Ricardo Salguero

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