Análisis: la AFA se encerró en su propia burbuja

Análisis: la AFA se encerró en su propia burbuja

Estados Unidos demostró que con imaginación y cuidado se puede jugar pese a la pandemia.

APORTE ARGENTINO. Diego Valeri (8), autor del segundo gol de Portland, celebra en el cotejo que ganaron 3 a 1 el sábado. APORTE ARGENTINO. Diego Valeri (8), autor del segundo gol de Portland, celebra en el cotejo que ganaron 3 a 1 el sábado. MAJOR LEAGUE SOCCER

“Parece que vive en una burbuja”. La definición que hasta ahora se utilizó para definir a una persona que no está al tanto de la realidad, de pronto pasó a reflejar todo lo contrario. La pandemia de coronavirus modificó hábitos y alteró muchas costumbres. Lo que antes parecía bueno ahora es malo y lo que antes era motivo de rechazo se transformó en una solución para los problemas causados por la enfermedad que tiene en vilo al mundo entero.

Vivir en una burbuja se convirtió para muchos deportistas en la posibilidad de volver a competir de manera oficial. Así lo demostró Estados Unidos, uno de los países más afectados por la cantidad de personas contagiadas y por el número de fallecimientos. En medio de la crisis buscó la forma de reanudar sus principales competencia deportivas. Las temporadas de la MLS, la liga de fútbol, y la NBA, el mejor basquetbol del mundo, se reanudaron gracias a una estrategia que demuestra la capacidad de sus dirigentes para hacer frente a las dificultades. El recinto de Walt Disney World, en Orlando (Florida) se convirtió en la sede de ambas competencias, con el epicentro de la competición en el complejo ESPN World Wide of Sports. Las lujosas instalaciones con las que cuenta el gigante televisivo (propiedad de Disney) están a disposición de la NBA, con tres pabellones listos para jugar partidos y toda la tecnología necesaria (garantía de ESPN) para la TV.

La competencia de la NBA se reanudó el fin de semana, luego de observar el éxito alcanzado por el torneo de la MLS que ya tiene sus semifinalistas: Philadelphia-Portland y Orlando-Minnesota buscarán un lugar en la final programada para el 11 de octubre.

Ante un virus tan contagioso, nada garantiza que pueda aparecer un brote en el lugar menos pensado. Sin embargo, cuando se toman las medidas necesarias; se realizan los controles recomendados y se cumplen los protocolos es posible avanzar mientras se espera la vacuna.

El poderío económico de la NBA y la MLS es diferente a la de otras instituciones. Eso está fuera de discusión. Para ellos lo más importante es que la televisión pueda emitir los partidos en vivo a todo el mundo. La ausencia de público en los estadios y la caída de ingresos por la venta de merchandising son significativas, pero la balanza se equilibra con el aporte de la TV.

La capacidad organizativa también se observa en Europa. Las principales ligas cerraron la temporada en medio de la pandemia respetando el reglamento. Hubo campeones en las ligas y en las diferentes copas. Las plazas internacionales se resolvieron tal como estaba previsto y los descensos se respetaron. El semestre se cerró y la única mancha la postergación de la definición del torneo de Segunda división en España, por un contagio masivo en Fuenlabrada.

El plato fuerte

Con las competencias locales definidas, llegó el turno de la UEFA. Esta semana vuelve la Liga de Campeones que tendrá un formato especial, similar a las definiciones de los mundiales de selecciones, con sede y partido único a eliminación directa. Los ocho aspirantes al título se instalarán en Lisboa, una de las ciudades que menos inconvenientes tuvo con el virus, para disputar el título.

Antes se definirán las cuatro llaves de octavos de final que permanecen abiertas: Manchester City (2)-Real Madrid (1), Juventus (0). Olympique Lyon (1) -jugarán el viernes-, Bayern Munich (3)-Chelsea (0) y Barcelona (1)-Napoli (1) -el sábado- serán los últimos enfrentamientos que se disputarán en los estadios de los locales. La UEFA Europa League, en tanto, se jugará en un formato similar pero en Alemania.

El fútbol argentino, en tanto, sigue viviendo dentro de su propia burbuja. Esa que le impide encontrar el camino que permita a los clubes al menos reiniciar los entrenamientos. La siesta que durmieron los dirigentes fue tan larga que deben encender los motores en el peor momento de la pandemia. Sus contradicciones fueron una constante, hasta que la Conmebol los obligó a reaccionar. Mientras en otros países del continente ya volvió la competencia, aquí siguen discutiendo cuándo y cómo volverán los entrenamientos. Las presiones que llegan desde Paraguay obligan a apurar los tiempos. La reunión programada para esta semana -se viene postergando desde hace tiempo- permitirá aclarar la situación y enterrará las especulaciones.

La Conmebol se mantiene firme. No parece dispuesta a modificar las fechas de la Copa Libertadores, a jugarse desde mediados de septiembre. Es cierto que aquí hay mucho camino para recorrer porque se está jugando la fase clasificatoria, pero tal vez hubiese sido conveniente observar lo que se hace en otros lugares del mundo y designar tres o cuatro sedes para que se jueguen los partidos, que serán sin públicos en las tribunas. Así se podrían evitar los viajes, se protegería mejor a los futbolistas y se cumpliría con las exigencias de la televisión, que pone la plata para hacer rentable el negocio. Vivir y jugar en una burbuja puede ser una buena idea en estos tiempos de pandemia.

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