Adaptarse para "sobrevivir": bares que guardaron sus mesas y ahora venden para llevar

Si hay algo que no falta en el centro tucumano son los bares. A donde vayas, no importa la calle, por lo menos uno o dos locales gastronómicos vas a encontrar. Muchos de ellos tienen décadas de vida, otros son apuestas novedosas. Pero la pandemia vació las mesas de todos por igual y los obligó a buscarle la vuelta al negocio para "sobrevivir", como sus dueños dicen.

Antes del aislamiento ya se venía sintiendo una baja en la demanda. Pablo Buabse dejó de lado la medicina hace 20 años para dedicarse de lleno al rubro gastronómico. Es dueño de 'Don Toribio', un restaurante con sede en Yerba Buena y en Barrio Norte que tiene alrededor de 50 empleados y que hoy, sólo trabaja con delivery.

"Es un momento durísimo, sobre todo para la gastronomía. Hago lo que puedo con los gastos fijos, voy poniendo prioridades. Hablé con todos los proveedores y les pedí mucha paciencia", dijo el empresario.

La cuarentena obligatoria, ordenada por la Nación para evitar que el coronavirus se propague, los llevó a cerrar sus puertas en un principio. Luego, con los días los habilitaron a trabajar bajo la modalidad de delivery. Y ahora, con la flexibilización del aislamiento y la circulación de gente en las calles, volvieron a cocinar pero para llevar.

"La cuarentena hizo replantearnos miles de cosas como empresa y adaptarnos a los nuevos cambios que sucedieron principalmente en los hábitos de consumo de nuestros clientes. Adaptamos nuestros productos para delivery", contaron Rocío González y Matías Molina Leone, dos de los dueños de Negüe.

Los emprendedores son dos de los cuatro socios de la cafetería que ya tiene más de tres años. Cuando nació, en 2017, era un pequeño local que hoy está ampliado y tiene una sucursal. "La estructura de costos que teníamos antes de la pandemia es ahora insostenible, pero tenemos que adaptarnos para poder organizar las obligaciones y hacer frente a todas ellas de manera ordenada y progresiva. Lo fundamental ahora es sobrevivir y no desesperar", mencionaron.

Apostar por el factor humano

Pasar por la puerta de muchos bares del microcentro es chocarse de frente con la realidad. Las mesas están vacías, no se puede ingresar y en la entrada están parados los mozos, que ahora sirven el café caliente en vasos de telgopor.

"Hoy más que nunca descubrimos que no tenemos empleados sino que somos parte de un equipo. Somos un grupo de personas que disfruta trabajar juntos y comparte una misma pasión: el café, y lo que eso conlleva. Nos apoyamos muchísimo en nuestro equipo, que es partícipe fundamental de todas las decisiones que tomamos en relación al futuro de la empresa", dijeron los dueños de la cafetería. 

El delivery le dio una mano para juntar dinero. Buabse comentó que lo recaudado de los pedidos a domicilio es destinado al sueldo de los trabajadores: "hoy me desvela poder cumplir con el personal que está sin trabajar. No suspendí ni despedí a nadie. Y ahora estoy tratando de conseguir ayuda del Estado o del Banco para poder abonar todo lo que corresponde al personal". 

Los empresarios gastronómicos coincidieron en que esta pandemia los obliga a vivir día a día y que no les da posibilidades de proyectar. "No debemos detenernos en el problema sino pelearla cada uno desde su lugar. Tenemos que olvidarnos por un momento de competir y preocuparnos por compartir", finalizaron.

Además de comida.. ¿alcohol?

Y se sumó un nuevo personaje a la escena: el alcohol en gel. Comprar una botellita de ese producto en una confitería hubiese sonado ridículo hasta hace dos meses. Hoy, en cambio, algunos bares lo promocionan en sus pizarrones y mediante carteles que cubren los vidrios de las entradas.