Tradiciones familiares y presentes inciertos: las experiencias de los comerciantes en la pandemia

Tradiciones familiares y presentes inciertos: las experiencias de los comerciantes en la pandemia

MICROCENTRO. Las vidrieras con el cartel de Fundiéndonos forman el paisaje actual del centro tucumano.

La crisis económica despertó preocupación en muchos que aún esperan algún anuncio que les de un respiro.

Camila Carceller
Por Camila Carceller 07 Mayo 2020

A la espera de una decisión que les permita retomar de lleno el trabajo, los comerciantes se muestran preocupados por la crisis que provocó la pandemia y por la incertidumbre sobre el futuro de la actividad.

Roberto Adad, tiene 51 años y desde chico que trabaja en el negocio que fundó su abuelo hace más de 60 años: ‘Lonera Córdoba’. Él se hace cargo de las sucursales de la calle Córdoba al 600 y de la avenida Belgrano al 1400, que se mantienen cerradas desde el 19 de marzo, día que se dictó el aislamiento obligatorio. “Actualmente tenemos 15 empleados y pagar su sueldo es nuestra prioridad”, dijo Adad.

El comerciante aseguró que la firma es su única fuente de ingresos y que actualmente trabajan con pedidos online y redes sociales. Esta nueva modalidad, contribuye a sumar algo de ingresos para pagar algunos gastos: “estamos atravesando un momento muy triste. Tener el negocio cerrado nos perjudica notablemente para cumplir con las obligaciones”.

“Esto va a costar mucho después. Hay tantas familias que viven del comercio y la están pasando mal. Quiero pensar en positivo y estoy seguro que, si hacemos las cosas bien vamos a salir adelante como país”, finalizó.

‘Romay’ es otro negocio familiar que está instalado en la provincia hace más de 60 años. Se dedica a la venta de joyería y relojería y ahora está siendo manejado por la tercera generación de la familia Lajya.

“En todos estos años vivimos innumerables crisis las cuales hasta ahora supimos sortear, pero siempre trabajando cosa que en estos momentos no puedo hacer. Eso lo hace mucho más difícil porque no hay estrategias que sirvan si uno no puede trabajar”, considera su dueño, David.

El comerciante resalta que el negocio está atravesando una difícil situación y que se hace muy complicado cumplir con todos los compromisos económicos: “tengo dos empleadas de muchos años e innumerables costos fijos a los que se les suma una gran carga impositiva. Es un rubro que en estos últimos años de crisis ya viene muy golpeado”.

“En estos momentos me siento muy angustiado y con una gran responsabilidad con mi familia y mis empleadas. Es mi única fuente de ingresos y cómo todo pequeño negocio familiar vivimos el día a día, no contamos con reservas para sobrevivir con las puertas cerradas”, concluyó.

“Beba” y Juan Carlos Rodríguez se conocieron en la década del ’50 y trabajaron en las ópticas más reconocidas del país. Por el cargo de ‘gerente’ de él, la pareja se instaló en Tucumán donde vio crecer a la familia y donde construyó su propio negocio después de muchos años de trabajo. “Luego de algunas crisis y altibajos armamos una pequeña empresa familiar bajo nuestro propio nombre, que está en el microcentro de la ciudad hace más de 17 años”, contó Juan.

Juan y “Beba” trabajaron en 'Óptica Uno' hasta que la salud les dijo ‘basta’ y optaron por quedarse en casa y pasar el mando a sus hijos. Si bien recuerdan pasar muchos buenos y malos momentos con su comercio, esta es la primera vez que tienen que cerrarlo: “por decisión del Gobierno, en abril, pudimos volver a abrir pero solo para trabajar con turnos y en horario reducido”.

“Pagamos lo que pudimos porque la situación es muy complicada. Nos rechazaron algunos cheques, debemos el alquiler y algunas facturas, pero estamos tratando de seguir adelante como podemos, sin saber qué pasará”, agregó.

Victor Martín Nasca abrió su primer negocio en diciembre de 2011. Siguiendo con la tradición de la familia, se dedicó al rubro de la joyería y la relojería y dejó de lado el trabajo en relación de dependencia que en ese momento tenía. “Actualmente manejamos el negocio mi esposa y yo. Gracias a Dios no tenemos empleados en este momento porque, con lo que está pasando, no podría solventarlo de ninguna manera”, contó.

El emprendedor confesó estar atravesando el aislamiento con mucha angustia y preocupación ya que este trabajo representa su única fuente de ingresos. ‘Tres’ es el nombre de la empresa que no está trabajando desde que comenzó la cuarentena: “incluso una semana antes del aislamiento las ventas ya habían bajado. Los gastos fijos son muchos para mí, estamos viviendo de ahorros y de plata que teníamos separada para el pago de proveedores”.

Nasca resaltó que los clientes fijos siguieron encargándole cosas durante la cuarentena y que, a pesar de que eso no representó la ganancia de un mes normal, ayudó a pagar algunas cosas: “estoy muy agradecido de que nos sigan buscando. Seguiremos remando por las redes si esto sigue”.

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