Con atención reducida y apostando al delivery, las librerías se las rebuscan durante la pandemia

Con atención reducida y apostando al delivery, las librerías se las rebuscan durante la pandemia

Con atención reducida y apostando al delivery, las librerías se las rebuscan durante la pandemia

Nuevas modalidades llegaron para quedarse en algunos comercios. El objetivo es sobrevivir a esta crisis.

Camila Carceller
Por Camila Carceller 06 Mayo 2020

Algunos tienen empleados, otros son emprendimientos familiares, lo cierto es que todos tienen que pagar impuestos, servicios y alquileres que el aislamiento y la prohibición de levantar las persianas, complican abonar. Si bien el rubro ‘librería’ fue autorizado a trabajar con la modalidad de delivery desde abril, pasaron todo un mes sin poder abrir las puertas, un mes que –generalmente- representa el mayor ingreso debido a que coincide con el inicio del ciclo lectivo.

La familia Bellos se maneja en el rubro desde hace más de 54 años. Iniciaron con ‘Todolandia’ y fueron creciendo hasta tener los tres negocios que poseen actualmente. Uno de ellos es ‘Copitec’, la librería ubicada en San Martín 660, que maneja hace 20 años Ariel, uno de los hermanos de la familia.

“Tuvimos que abandonar el negocio de un día para otro durante un mes. Nos cayó como un baldazo de agua fría por cómo sucedió, nadie estaba preparado. Volvimos a trabajar desde que nos autorizaron en abrir a utilizar la modalidad de delivery. Eso nos ayudó a pagarle al personal, pero sigue siendo complicado”, expresó Ariel Bellos.

Según comentó el licenciado en Comercialización, su negocio cuenta con 13 empleados que algunos están tomando vacaciones –porque la empresa se las debía- y otros trabajan en el local bajo esta nueva forma de venta. El local se encuentra ubicado justo en la city bancaria, zona que se encuentra vallada y encintada para disminuir la circulación de gente. Además cuenta con descuento de Club La Gaceta.

“Todo el microcentro está muy afectado. Estamos bancando un montón de impuestos que no deberíamos. Si esto se extiende, pagaremos lo que se pueda pagar y lo que no, lo llevaremos a ‘legales’”, mencionó y aseguró que, hoy, la prioridad de la empresa es que sus empleados cobren el sueldo para preservar a las familias que hay por detrás.

‘Librería San Lorenzo’ tiene siete años de vida. Es un negocio familiar que comenzó brindando una solución a las necesidades del barrio y de a poco fue creciendo y ampliando sus servicios. “Decidí abrirla cuando tenía a mis hijos en edad escolar, viviendo las necesidades de cualquier padre que se volvía loco el domingo a la tarde cuando su hijo le decía que necesita llevar algo al colegio al otro día. Con el objetivo justamente de cubrir esas situaciones típicas, por eso abrimos los domingos”, dijo Fabiana Mendez, dueña del local ubicado en San Lorenzo 2460, adherido también al Club La Gaceta.

La emprendedora comenta que actualmente cinco personas trabajan con ella, entre servicios tercerizados y gente en el local y que, luego de días de incertidumbre, decidió transitar la cuarentena como una oportunidad: “comenzamos a buscar soluciones a las nuevas necesidades de la gente. El no poder abrir las puertas al público nos obligó a adaptarnos y creamos nuestra app, incrementamos la atención por redes sociales y los envíos a domicilio”.

Mendez aseguró que, al tener gastos fijos altos, tratan de financiarlos para mantenerse. “Si esto se extiende mucho más tendremos que seguir adaptándonos, probando y equivocándonos porque entendemos que nada volverá a ser lo mismo y lo que servía ayer, hoy ya no sirve”, cerró.

Ariel Loza tiene 49 años y hace 25 que abrió su imprenta. ‘Gráfica Loza’ también es una empresa familiar que tiene sus orígenes en una imprenta que nació hace 40 años, de la mano del padre del actual dueño.

“Somos la segunda generación de este negocio. Actualmente tengo ocho personas que dependen directamente de este trabajo”, comentó Ariel quien sigue la tradición familiar y trabaja con su hijo en el local de Marcos Paz 1371, hace ya cuatro años. Además de la imprenta, la familia posee una librería de artículos escolares que emplea a otras cinco personas. Esos dos negocios, son la fuente de ingresos de los Loza.

La familia comenta estar trabajando a un 50%, en relación al ingreso promedio de la empresa, y además, utilizando ahorros personales para tratar de cumplir con las obligaciones inmediatas como los sueldos, el alquiler, los impuestos, etc. “Es la primera vez que atravesamos una situación así, de tanta incertidumbre y no pudiendo planificar más allá de una semana”, dijo el comerciante.

Loza trata de ser positivo y espera que la situación se resuelva lo antes posible, pero no deja de pensar en sus compañeros de rubro o allegados comerciantes: “muchos clientes y amigos que tienen comercios la están pasando realmente muy mal, sin ningún ingreso y acumulando deudas. Es muy difícil, hay personas que no están generando ni para cubrir lo mínimo indispensable y eso es muy serio”.

Made in Tucumán

‘Sinapsis’ es una Pyme que nació hace cuatro años, primero sin local a la calle y hoy con un negocio puesto hace ya casi un año. Se encarga de hacer agendas y cuadernos personalizados, por encargo. Su dueña es Solana Varela, quien está acompañado por un equipo de trabajo que la ayuda con la producción, el diseño, las ventas y la parte contable.

“Por el momento es mi única fuente de ingresos, pero estamos buscando nuevas alianzas que nos potencien y nos permitan disminuir el impacto de imprevistos como este”, dijo la arquitecta de 29 años, quien resaltó el trabajo del equipo que la acompaña.

Varela comentó que el taller de la empresa se mantuvo cerrado durante un mes, pero que ese tiempo fue aprovechado para fidelizar clientes y armar nuevas estrategias para ofrecer el producto. Ahora, aprovechan el envío a domicilio para continuar con la fabricación y el diseño de sus agendas.

“Tenemos mucha incertidumbre, no sólo sobre este momento sino sobre lo que se viene, sobre el ‘día después’”, mencionó y afirmó que los gastos fijos los están solventando con los ahorros previos a la cuarentena y con los pedidos que retomaron. “Sabemos que no va a ser la primera ni la última vez que pase esto, entonces lo tomamos como una instancia más de aprendizaje para ir ganando poco a poco la cancha que se requiere para sobrevivir haciendo lo que amamos y perdurar en el tiempo”, opinó y agregó que si el aislamiento se extiende se enfocarán en fortalecer las ventas online y en llegar al objetivo que se habían propuesto para este año: su página web.

María José Caro es una emprendedora de 37 años que junto a su hermana, Gabriela, creó ‘Papelart’. Tras nueve años trabajando en estos productos, María José, se animó a poner su propio local: “trabajo sola pero cuando tengo la suerte de conseguir un pedido grande, hay personas que me ayudan”.

La emprendedora confesó haber sentido miedo de no poder continuar con el negocio, cuando comenzó la cuarentena y expresó que con un solo ingreso –el de su marido- se hace muy difícil afrontar las cuentas: “con los días sentís que no podés bajar los brazos, que tenés que seguir. Hay que pensar ideas para sacar el emprendimiento adelante”.

¿Y los libros?

¡Toda una vida! Hace 43 años que Miguel Frangoulis trabaja como librero. Es dueño de la librería ‘El Griego’, empresa en la que trabaja gran parte de la familia. Como comerciante, Frangoulis pasó por varias crisis, pero no recuerda haberse enfrentado nunca a una situación de estas características.

“Siempre salimos adelante con esfuerzo. Hoy nos toca –a nivel mundial- afrontar una lucha contra un enemigo mortal y desconocido, con todos los miedos que eso supone. El mundo no recuerda otra catástrofe de estas características. Solo la solidaridad nos salvará”, dijo el empresario que mantiene su negocio hace más de 40 años y afirma que, pase lo que pase, “no hay que dejar de leer”.

Tras tantos años en el mercado tucumano, es la primera vez que ‘El Griego’ trabaja a puertas cerradas. El comerciante tuvo que afrontar la crisis adaptándose a nuevas modalidades como el delivery, y además decidió ofrecer descuentos por cada compra “como un mimo adicional”.

“Estamos convencidos de que la vida es siempre lo más importante y que cuidarnos, hoy, es lo mejor que podemos hacer”, finalizó.

Temas Coronavirus
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios