Reclamo tardío
LARGAS FILAS. Jubilados, pensionados y beneficiarios de programas sociales se agolparon en las entidades financieras para intentar extraer dinero. la gaceta / foto de analia jaramillo LARGAS FILAS. Jubilados, pensionados y beneficiarios de programas sociales se agolparon en las entidades financieras para intentar extraer dinero. la gaceta / foto de analia jaramillo

El reclamo del vicegobernador Osvaldo Jaldo a los bancos llega tarde. Bastó que se anunciara la apertura de los bancos para que los jubilados se lanzaran desesperados a hacer colas nocturnas para cobrar sus haberes. 

El grupo más frágil frente al coronavirus fue el que se amontonó precisamente en las entidades bancarias. A eso se sumaron los trabajadores que cobran la Asignación Universal por Hijo y  los que cobran los $ 10.000 de emergencia. Y faltaban bocas de expendio, cajeros suficientes para cobrar por ventanilla. Los bancos no estaban preparados para la emergencia. Así era antes del cornoavirus. ¿El Gobierno no lo sabía? En la provincia de las colas, ¿pensaron que las iban a suprimir con policías pidiendo por megáfono a la gente que vuelva a sus casas? Lo que ocurre con las colas que inundan las calles céntricas muestra la crisis en que funcionaba el sistema, nunca resuelta, a la que le cayó encima el cataclismo.

"Acá hace falta que los bancos se pongan las pilas", dijo Jaldo. Ellos no se las pondrán solos. Es más que eso. Ya había colas en los días previos de personas que están fuera del mundo digital desesperadas por pagar servicios con efectivo. Y ahora, pese a que ya pasaron casi tres semanas de cuarentena en las que se podría haber analizado la estrategia a seguir, la mera reapertura bancaria fue un sacudón brutal. ¿Cómo obligarán a los bancos a organizarse? El Gobierno y los bancos se tienen que poner juntos las pilas. El diálogo está antes que nada para saber cómo proteger a los sectores desprotegidos de la sociedad.

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