Cartas de lectores
05 Febrero 2020

Espalda

¿Por qué nos jorobamos? Tenemos dos opiniones, dentro de una enorme gama. Un médico “espaldólogo” diría que se trata de una debilidad en los músculos que corren paralelos a la columna vertebral. Otros dirán que es por falta de alimentación adecuada y a una mala posición de andar y sentarse. Entonces todos recurrirán a la farmacopea o a aparatos ortopédicos a fin de “enderezar” la espalda torcida. Pero la otra opinión es que la espalda se encorva por razones de peso. Desde que nacemos tenemos que mantener una postura erguida. Sometemos a la columna a golpes, malos tratos y con suerte, no “conseguimos” una hernia de disco. Las razones, con las que discrepamos con los profesionales, son que la columna se comba por los pesos que vamos acumulando. Primero son las obligaciones de los estudios que fuerzan a estar horas frente a los libros “quemándonos las pestañas”. Es un montón de tiempo. Luego los nervios de los exámenes para llegar a los problemas de los hijos y de la pareja. Eso no termina nunca y se sigue cargando con los hombros. Más tarde con los padres ancianos. El Gobierno colabora aportando miles de problemas más y le adiciona “mala sangre”. Entonces nuestra espalda se joroba y comenzamos a andar torcidos. Es que los problemas nos abruman, nos apabullan, nos aplastan. Sólo la enderezaremos al final cuando podamos deshacernos de todos los problemas. No podremos aprovecharla. ¿Y si dejamos los problemas y no permitimos que nos destruyan? ¡Hagámoslo ya!  

Plaza Plácido Molina de Cosquín

En Cosquín, desde 1960, se organiza El Festival Nacional del Folclore y después el Cosquín Rock, entre otros  muchos, donde la Plaza Próspero Molina, llamada también Plaza Nacional del Folclore, tiene un rol importante, y muchos se preguntarán quién fue este hombre cuyo nombre recorrió el mundo. Nació en el curato de Piedra Blanca, Catamarca, un 14 de abril de 1827, siendo seguramente el nacido después de su hermano mellizo, Justino Molina, porque este recibió el nombre del Santoral del día, San Justino. Sus padres eran don Victoriano Molina y doña Santos Rizo Patrón (hermana del reconocido Obispo de Salta, Buenaventura Rizo Patrón) y casado el 17 de julio de 1858 con la cordobesa doña Rosa Vázquez Molina, quien donó el altar y la imagen de la Virgen de la Iglesia. Tuvieron 9 hijos con amplia descendencia. Pionero en la fundación de Cosquín, en donde ya se había se instalado cuando era un caserío, siendo Córdoba la tierra de sus mayores por descender del Tte. Gob. Juan de Molina Navarrete que acompañó a Cabrera en su fundación en 1573. Con importante comercio, tropa de carretas, servicio de posta y propiedades también en Carlos Paz. Por su impulso y de otros progresistas se constituyó en Villa de Cosquín, y la primera reunión para delinear y planificarla fue en su misma casa. Don Próspero de Jesús Molina, por ser un visionario, precursor y hombre de trabajo, donó su misma casa grande, terrenos para el Colegio, para el Cementerio y consiguió fondos para la construcción de la Iglesia, por lo que también otras instituciones llevan su nombre. Falleció en Cosquín el 15 de enero de 1889, pero sus restos descansan en el Panteón de los Franciscanos en Córdoba, por pertenecer a la Tercera Orden.

Justino Terán Molina

Tafí del Valle

Siguiendo con los lineamientos del artículo “El elefante blanco”, en el sentido de que en las últimas tres décadas se ha convertido a este valle en un contubernio desordenado, atomizado y sobrepoblado de viviendas de distintos tamaños y estilos que, de verdad, han afeado mucho la primitiva natural originalidad de un valle cuyo auténtico fuerte reside en la calidad de su paisaje. Es que la moderna, vital, optimista y entusiasta industria del turismo trata permanentemente de mostrar al mundo un Valle tafinisto burbujeante, con la alegría de sus verdores y la cumplida atención a sus visitantes. Bien. Es esa la forma de mostrar este Valle que brinda a quienes lo visitan el esplendor de sus paisajes y las delicias de su clima. Sin embargo a mí, acriollado en el lugar, consustanciado con sus esencias, partícipe de sus tradiciones como anfitrión por el mero hecho de ser propietario, veraneante y tucumano, tengo que decir que estas tierras no pueden convertirse en un lugar de descontrol y libertinaje ante eventos que son puntuales y perfectamente programados en el tiempo. Es obvio que en un lugar que desea y debe ser la Capital del turismo cuando deba recibir a miles de visitantes debe prever los acontecimientos.  Lamentablemente cada fin de semana después de cualquier evento la ciudad del turismo parece sitiada. Las largas colas de automóviles que circulan  por las arterias céntricas sin control, son testigos previsibles del desorden. El anochecer tafinisto se convirtió en un auténtico laberinto del infierno. Boliches muchas veces mal habilitados por el municipio reciben a cientos de jóvenes  que  hacen sus necesidades en cualquier lugar sin distinción de sexo. Las fuerzas del orden, muchas veces insuficientes y superadas,  hacen lo indecible para contener a cientos de jóvenes alcoholizados. El IPLA y Defensa Civil brillan por su ausencia. El slogan tan difundido de la tolerancia cero es solamente una ficción. El amanecer del Tafí fulgurante se convirtió en una muestra lamentable de muchachos de distintas edades que serpenteaban las arterias céntricas con distintos utensilios cargados de alcohol. Chicos que peleaban abiertamente como barrabravas descontrolados. Los turistas y lugareños atónitos y desprevenidos se ocultan en cualquier recoveco. Cada fin de semana es un desconcierto, agudizado por los permanentes cortes del único camino que debía conducir  al Paraíso. No olvidemos que Tafí del Valle no es del pasado ni del futuro sino que es perenne, que es eterno y que se debe seguir manteniendo vivo en sus aires, en su alpapuyo, en el canto de sus aguas, en el claro sol que ilumina sus cumbres. Los permanentes inconvenientes y desaciertos deben ser un llamado de atención para que las autoridades asuman las responsabilidades de sus cargos y para que nosotros los padres tampoco sigamos jugando a los distraídos y mirando el sudeste sin intervenir.

Jorge B. Lobo Aragón

La Banda

Tafí Del Valle

Las cartas para esta sección deben tener un máximo de 200 palabras, en caso contrario serán sintetizadas. Deberán ser entregadas en Mendoza 654 o en cualquiera de nuestras corresponsalías haciendo constar nombre y domicilio del remitente. El portador deberá concurrir con su documento de identidad. También podrán ser enviadas por e-mail a: [email protected],  consignando domicilio real y N° de teléfono y de documento de identidad. LA GACETA se reserva el derecho de publicación.

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