Muchas preguntas que encontrarán respuesta el martes 22

Muchas preguntas que encontrarán respuesta el martes 22

Las repercusiones de la primera semifinal en Buenos Aires

Muchas preguntas que encontrarán respuesta el martes 22

Tan lejos y tan cerca. El 22 de octubre, dentro de casi tres semanas, o en menos de tres semanas -dependiendo de la ansiedad de quien hojee el calendario- se definirá el nombre del finalista argentino de la Copa Libertadores.

A ese duelo de martes en La Bombonera, tras el 2-0 de la ida, llegará mucho mejor River, qué duda cabe. Tras las emociones fuertes -y las polémicas- que dejaron su huella en el Monumental, Boca llegará al partido de vuelta significativamente groggy, pero aun de pie.

Es que el golpe de nocaut -un tercer gol- finalmente no se consumó. Entonces las chances del “Xeneize”, al menos desde lo matemático, siguen abiertas pese a no haber conquistado un gol en Núñez que le hubiera dado otro sabor a su pálida noche.

Los goles de Rafael Borré, de penal, y de Ignacio Fernández dejaron planteados numerosos interrogantes, eventuales posibles proyecciones, de cara a la revancha.

¿Será capaz Alfaro de patear el tablero de sus convicciones -por ende, de sacudirse el complejo de inferioridad del que tiñó al “Xeneize” ante su eterno rival- y  plantar una formación en que cada uno de sus jugadores (llámense Franco Soldano, Emanuel Reynoso o Alexis MacAllister) juegue a lo que sabe, y no en posiciones o con encargos contra-natura? ¿Estará a tiempo Boca de abandonar su conservadurismo para salir a atacar vorazmente a su contrincante, sin por ello descuidarse atrás, ante el riesgo cierto de que un gol a domicilio de River sentencie la serie (si la visita marca, el local deberá convertir cuatro goles para avanzar)?

¿Podrá el “Xeneize” mantener la calma en caso de que los minutos pasen y el marcador siga en cero (y la presión de su público por consiguiente aumente)? ¿Afectará al plantel el contexto de las elecciones a presidente en diciembre, teniendo en cuenta de que para aspirar a una reelección el oficialismo depende de un resultado a favor en la serie con River?

¿Recuperará a tiempo Alfaro las mejores versiones de Eduardo Salvio, Mauro Zárate y Ramón Ábila? ¿Cómo hará para reemplazar al suspendido Nicolás Capaldo? ¿Volverá el “tano” Daniele De Rossi al once titular?

¿Sabrán aprovechar los hombres de Boca las pocas o muchas oportunidades claras que se les presenten, del tipo de las que dilapidaron en el Monumental? ¿Podrán hacer valer la fortaleza de su arsenal aéreo en el área rival?

River, en tanto, volverá a La Bombonera, un escenario en el que el “Muñeco” solo perdió una vez como DT (por el torneo local, en 2015). Por este lado, también se acumulan preguntas vinculadas a si el vigente campeón de América podrá asestar el tiro de gracia, terminar la obra que lo catapulte a la final en Santiago de Chile del 23 de noviembre, ante Flamengo o Gremio.

¿Brindará River otra actuación rutilante, con altísimos niveles individuales y un funcionamiento colectivo por momentos avasallador, casi siempre confiable? ¿Con el marcador de la ida muy favorable, evitará quedar mal parado en la retaguardia y por ende expuesto a las contras de su rival, como sucedió varias veces a la ida?

¿Se decantará Gallardo por sumar a Paulo Díaz como tercer zaguero, para neutralizar las pelotas áreas, aunque para ello deba resignar a un volante creativo o a un delantero? ¿Podrá disponer de un Lucas Pratto al cien por ciento? ¿Se cristalizarán los regresos -al menos al banco- de los flamantes recuperados Leonardo Ponzio y Juan Fernando Quintero?

En la vuelta, ¿qué roles jugarán el árbitro -aún no designado- y sus asistentes de VAR? ¿La suma de las causalidades a la que muchos denominan “azar” hacia qué lado inclinará la balanza?

La revancha, a disputarse cinco días antes de las elecciones generales, permite trazar cierto paralelismo. River llegará como candidato, tal como el “Frente de Todos” después de las PASO. Con su presente, Boca -más allá de la coincidencia de la filiación política de su presidente -y futbolística del presidente del país- será una suerte de “Juntos por el Cambio”, prácticamente necesitado de un milagro para alcanzar al menos el ballotage de los penales.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios