Primera Nacional: sigue siendo el reino del 4-4-2

Primera Nacional: sigue siendo el reino del 4-4-2

Mientras en el fútbol mundial y en la Superliga el 4-3-3 está en pleno auge, en la Primera Nacional manda el 4-4-2. Ese sistema, que ofrece una optimización de los espacios, es el que eligió la dupla Orsi-Gómez para tratar de llegar a la tierra prometida

BIEN PARADO. Así se mostró San Martín en el amistoso con Gimnasia de Jujuy. El “Santo” parece encaminarse a ser un equipo ordenado con buen retroceso defensivo. BIEN PARADO. Así se mostró San Martín en el amistoso con Gimnasia de Jujuy. El “Santo” parece encaminarse a ser un equipo ordenado con buen retroceso defensivo.

Quizás esté de más decirlo, pero los dibujos tácticos en el fútbol son más que una carta de presentación o una muestra de la manera de pensar que tienen cada uno de los entrenadores. No significa que un equipo sea más ofensivo por pararse 4-3-3 o 4-2-4, o que otro sea defensivo por acomodarse en la cancha con un 4-4-2, con un 4-1-4-1, con un 4-5-1 ni mucho menos con un 5-4-1.

Sí está clarísimo que en el fútbol también existen los prejuicios o las “etiquetas” y que en muchos casos se encuadra a un equipo dentro de los que despliegan el “fútbol total” o sólo se ocupan en destruirlo todo, sólo por ver su formación de origen. Pero no, no todo es lo que parece.

Enfocar el análisis táctico de un equipo a su esquema es caer inevitablemente en un error. Porque cada sistema es lo que las características de sus futbolistas quieren y lo que los entrenadores piensan.

Jugar 4-3-3 con dos extremos que no sientan realmente esa función puede derribar la idea original; igualmente que poner en cancha un 4-4-2 con dos volantes externos que tengan vocación ofensiva, pero a los que sus entrenadores los aten a funciones defensivas.

En la Superliga actual, el 4-3-3 es el sistema fetiche. El sistema que fue una marca registrada en el fútbol argentino durante las décadas del ‘70 y ‘80 fue perdiendo terreno durante los ‘90 hasta quedar en el olvido. Pero al ver jugar a Barcelona de Pep Guardiola (equipo que utilizaba este dibujo) a finales de la primera década de este siglo, muchos decidieron hacerlo resurgir del baúl de los recuerdos.

Pero que, en la elite de nuestro fútbol, 14 de los 24 equipos jueguen de esa manera no implica que el torneo sea un canto al fútbol champagne o que la Primera Nacional, que está a punto de comenzar y en la que predomina el 4-4-2 (lo utilizan 20 equipos de los 32) sea una marea de pierna fuerte, juego destructivo o se vaya a ver más lucha que otra cosa.

La categoría principal del ascenso de nuestro país históricamente se caracterizó por equipos que apuesten al sistema táctico que también copará la parada durante esta temporada. En un certamen en el que pesa mucho la condición de local y en el que los equipos no regalan ni un centímetro, el 4-4-2 calza perfecto para poder realizar ese trabajo.

Este sistema es el ideal para cubrir al máximo los espacios del campo y da la posibilidad de encontrar múltiples variantes que puedan ir surgiendo a lo largo de un duelo. De esa manera, un 4-4-2, con dos volantes interiores y dos externos, puede mutar en el famoso rombo, donde aparece un solo volante central y el enganche, o da la posibilidad de armar un 4-1-4-1 para copar el medio y tratar de salir rápido en los contragolpes.

“Nosotros pensamos que los intérpretes están por sobre el sistema”, repiten casi a diario Favio Orsi y Sergio Gómez. “Creemos que lo ideal es que nos adaptemos a las características de los jugadores para así, sacarles el mayor rédito” aseguran, demostrando que el 4-4-2 que usan como matriz va a modificarse de acuerdo a las situaciones y a las circunstancias. “No es lo mismo jugar con dos delanteros de área que cuando incluimos a Gonzalo Rodríguez. Ahí sigue siendo un 4-4-2, pero cambia la manera en la que se lo ejecuta”, explica Orsi.

Si bien este sistema está perdiendo terreno a nivel mundial, debido a que el 4-3-3 está en pleno auge, en la Primera Nacional que empiaza el fin de semana que viene sigue mandando el histórico 4-4-2. San Martín será uno de los equipos que intentarán imponer su estilo y lograr el equilibrio justo entre defensa y ataque para dar en el blanco y quedarse con uno de los codiciados dos boletos que le permitirá volver a codearse con los grandes de nuestro fútbol.

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