Bienvenidos al 2023

El vicegobernador lo dijo antes de los comicios y lo repitió con el resultado puesto: no quiere reforma de la Constitución si eso implica reelección indefinida ni “salvedad” para que este mandato no cuente y las actuales autoridades puedan estar un período más en el poder, tal como hizo José Alperovich.

Cuando Osvaldo Jaldo hizo aquella salvedad la primera vez que habló del tema en el living de entrevistas de LA GACETA Play varios tomaron nota. Llamó la atención lo fehacientes que fueron los dichos del líder de la Legislatura en un tema que todos piden: que haya reforma para quitar los acoples. En vez de meterse en la polémica por ese tema, el vicegobernador apuntó a que quería temas claros, bien definidos y con acuerdo total del cuerpo. “No quiero reformar para que se hable de reelección”, aseveró serio. Con el apoyo de la contundente victoria encima, repitió esos dichos una semana después, en el mismo escenario. ¿Será que ya piensa en 2023? ¿Lanzó la carrera para dentro de cuatro años? ¿O buscó poner límites a los propios integrantes del cuerpo que lidera, donde hace rato da vueltas la idea de habilitar reelecciones indefinidas para cargos legislativos?

Lo cierto es que el “Huracán” electoral viene soplando fuerte desde hace tiempo y su cosecha arrasadora de votos no se traduce aún en el premio mayor, sino en sacrificios para “el bien mayor”, llámese traccionar para las nacionales -como en 2017- o remar fuerte para borrar de la faz de la tierra electoral a Alperovich -como hace dos domingos-.

Ahora ya comenzó una silenciosa, larga y dura guerra fría por el poder dentro de cuatro años en el oficialismo. Los peronistas más exigentes con la pureza y militancia de sus líderes quieren ver otros rostros en el partido, algunos de los cuales ahora militan en otras filas. Imaginan a esas viejas caras conocidas mezcladas con algunos conductores actuales, entre los que no cuentan al gobernador Juan Manzur. La puja entre “los nuevos dirigentes”, que impulsan y acompañan al mandatario, y “la vieja guardia”, que anhela la tradicional mística y militancia peronista, promete ser ardua de aquí en adelante.

Por lo pronto, el oficialismo provincial ya puso primera para repetir su performance en las elecciones nacionales y conseguir votos y diputados para la dupla Fernández-Fernández. Aquí también se verá cómo va la química entre Jaldo y Manzur: Mario Leito encabezando la nómina será punto para el gobernador y Fernando Juri en ese puesto podría significar una mayor atención a los pedidos del vice.

En la vereda de enfrente, las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) marcarán a fuego a la coalición opositora otrora denominada Cambiemos. Todo parece indicar que las candidaturas se dirimirán a cara ’i perro.

El Partido por la Justicia Social (PJS) ya avisó que quiere un espacio importante y seguramente el vicepresidente de la agrupación encabece la lista. Walter Berarducci ya dejó en claro que con Germán Alfaro creen que esa es la mejor herramienta para definir postulaciones. “Aquí no hay elegidos”, respondió cuando se le consultó sobre el supuesto acuerdo con el PRO para que sea un hombre de su espacio el que lidere la lista de diputados en Tucumán. También reiteró que creen que el intendente es el mejor hombre para pelear por la Gobernación en 2023 y que trabajan para ello. Ya todo se mira con la vista puesta cuatro años más adelante.

Alberto Colombres Garmendia iba a ser ese hombre, pero ya estaría armando alianzas para disputar candidaturas en las PASO. ¿Se imaginan al PRO trabajando para un peronista o viceversa? Es muy posible que suceda, más aún después del pichettazo. Podrían ayudarse mutuamente los militantes del partido de Mauricio Macri con los amayistas. Ya se verá si “Tito” o Domingo Amaya encabezan la lista.

Los dirigentes locales molestos con Alfaro aseveran que en la Casa Rosada no quieren que sea alguien del PJS el que encabece la lista de Juntos por el Cambio en Tucumán. Habrá que ver si eso es cierto y si el radicalismo más cercano a la Presidencia se suma a la supuesta moción nacional.

¿Habrá otra nómina de la UCR? Varias, seguramente; si no, no serían radicales...

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