Cartas de lectores
Cartas de lectores

Faltas municipales

Me he referido varías veces a los problemas de la ciudad, pero aparentemente el Sr. Intendente no lee las cartas. Es increíble que en la esquina Maipú y Marcos Paz haya una “demolición” desde hace dos años paralizada y no hay vereda. ¿No hay inspectores? ¿Qué hace todo el personal supernumerario? Otro caso: ¡las motocicletas circulan por las veredas! Estacionan donde les place, ¿y los peatones? Que Dios los ayude. En avenida Salta al 700 inauguró un bar tipo cervecería; nos parece muy bien por dar trabajo, pero lo malo es que ocupan toda la vereda, la cual es ancha. ¿No hay normas para la ocupación del espacio público? ¿No hay inspectores? ¿Qué hacen? La avenida Salta, en la cual vivo, debe soportar las motos con escape libre a cualquier hora, de día y de noche, en especial de noche. ¿No está prohibido el escape libre? Podría señalar varios otros problemas, pero creo que Sr. Intendente cobra para combatir todas estas irregularidades. Tiene personal supernumerario para inspeccionar.

Rodolfo Dagum

Salta 721

San Miguel de Tucumán

Metáfora electoral

En un año electoral en Argentina, resulta irónico que el mes de marzo -cuando el país se reanima luego del letargo del verano y la modorra de las vacaciones-, comience con la fiesta del carnaval. Y ya que hablamos de elecciones, voy a hacer una sugerencia metafórica, irónica también, por cierto, dedicada a quienes se integran por primera vez a una lista de candidatos y, obviamente, a los que son repitentes. La misma dice así: “Cierta vez, un político fue interrogado por un periodista, acerca de qué lo había impulsado a incursionar en la política, a lo que respondió: ‘La iniciativa fue de mi padre, hombre de vasta trayectoria en este campo, bla, bla. bla…’.  Creo que hubiera sido más decoroso que respondiera como lo hizo un borracho que entró a una fiesta de colado, el cual al ser investigado por los dueños de la fiesta acerca de quién lo había invitado, o cómo haciendo había entrado allí, contestó: ‘Iba pasando por aquí, escuché música y, como estaba la puerta abierta, me metí” (Del libro “Haciendo jueguitos”).

Daniel E. Chavez

Pasaje Benjamín Paz 308

San Miguel de Tucumán

Discurso presidencial

El discurso del presidente Mauricio Macri del 1 de marzo estuvo lejos de los propósitos del mismo: dar inicio a las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación y un panorama general de la marcha de la administración del Estado. Nada de ello ocurrió, el discurso terminó por ser una suerte de copia de la canción “El Reino del revés”, de nuestra querida María Elena Walsh. Todo lo expuesto por el primer mandatario nacional es lo contrario a aquello que muestra la realidad cotidiana de los argentinos; no existe crecimiento económico, todo lo contrario estamos en plena recesión y permanentes tarifazos. Nos dice la canción infantil: “Me dijeron que en el reino del revés nada el pájaro y vuela el pez…” ; cuánta verdad sintetiza este verso respecto de la política de Cambiemos, en el sentido que los ricos son cada vez más ricos y existen cada vez más pobres / “…que los gatos  no hacen miau y dicen yes porque estudian mucho inglés…; es que esta lengua es esencial para pedir prestado dinero al FMI y al imperio del Norte, ya que nuestro modelo económico está basado en el prestado / “…Me dijeron que en el reino del revés hay un perro pekinés que se cae para arriba y una vez no pudo bajar después…”; sin duda la inflación y el dólar suben y suben sin miras de bajar / “…Me dijeron que en el reino del revés un señor llamado Andrés, tiene 1.530 chimpancés que si miras no los ves…”; yo más que chimpancés diría trolls gorilas, por lo antiperonistas, me refiero.  En definitiva, el último discurso presidencial del mandato correspondiente dejó muchas cuestiones negativas; consistió en un relato alienado de lo real, careció de autocrítica y como suerte de remate una arenga al final que causó entre extrañeza y vergüenza ajena. Para pensar.

Mario Alberto Villafañe

Avenida Silvano Bores 100

San Miguel de Tucumán

El “sí” que lo dice todo

La logística desplegada por el gobierno para difundir el informe del titular del P.E.  que marca la constitución fue propia de esas organizaciones de espectáculos musicales en una cancha de fútbol. Pantalla gigante; unidad de servicios médicos  de emergencia; despliegue policial abrumador; provisión de botellas de agua envasada generosamente; pancartas identificadoras de las delegaciones espontaneas de militantes hechas con buen diseño y manifactura; gorras con inscripciones políticas electorales y el nombre del “puntero” o “candidato” o intendente o delegado comunal; ómnibus contratados para traer  y llevar de vuelta a los militantes; red de altavoces que difundían el informe de Manzur; operativo de cercado de calles en un amplio radio que significó una pesadilla para los que se atrevían a pasar cerca con sus vehículos. En un día de sol pleno, temperatura del sub-trópìco  sólo atiné a preguntarle a uno de los pancarteros que ya formaba parte de la morosa desconcentración. Un hombre sencillo que respondió naturalmente con un sí, cuando le pregunté: ¿Ud. trabaja en la comuna “tal”? (Omito deliberadamente el nombre de esa comuna para  evitar la eventualidad de sanciones del delegado). Pregunto: ¿Habrá algún fiscal (¿se atreverá?) que de oficio indague sobre los empleados de comunas y municipios que vinieron al acto y sobre si figuran “presentes” en su trabajo? ¿Podrá, si se manifestara, ese fiscal investigar la procedencia de los fondos para semejante logística? Sé que a veces, en esta “democracia” uno se ilusiona. Porque la imagina verdadera y no de fantasía. En el “sí” de ese empleado comunal -me doy cuenta- hallo todas las respuestas. Y me desilusiona aún más el sistema porque, indudablemente, se desprecia la dignidad de las personas sometidas a necesidades, hambre y miseria. Y se las trae y se las lleva.

Carlos Duguech

Hostilidad

Aunque no creo que se trate de patrimonio exclusivo nuestro -porque los medios masivos nos formatean para que lo seamos en todo el planeta- el hecho de que aquí se replique y amplifique a favor de la soberbia que nos caracteriza resulta alarmante. Se trata de que es demasiado evidente que los gobiernos del último medio siglo nos vienen tomando por idiotas, a partir -por lo menos- de  los estragos macroeconómicos y sociales causados por la dictadura militar. Más irritante aún es observar cómo la gente parece disfrutar del engaño, lo que ha sido particularmente visible en el gobierno de los Kirchner y hoy -ni hablar- en el de Macri, que viene perfilándose como el máximo embaucador del orbe. No se necesitaba tener demasiada perspicacia para que el discurso de Cristina chocara apenas empezaba a hablar por su grandilocuencia, la familiaridad fingida del discurso y la impostación evidentes. Sin embargo, gran parte de la sociedad la aplaudía en forma apasionada como si estuviera a punto de cambiar la historia del mundo. Un botón de muestra: Proclamaba que la deuda pública estaba saldada y al cabo de su gobierno se había duplicado de 150.000 a 300.000 millones de dólares o que éramos más ricos que los alemanes y sin embargo su demagogia surtía efectos. Bueno, las mentiras y el gobierno de Macri son peores aún y aunque sus fanáticos reaccionan más por temor a que aquello se repita y en gran medida por lo que conoce como conciencia de clase el fenómeno se repite. Pues bien, el hecho también ostensible de que sus pésimos gobiernos no eran fruto sólo de la incapacidad sino de una brutal corrupción no puede sino alimentar esa irritación. Tanto más cuanto que su correlato es el crecimiento de la indigencia y de la desocupación crecientes, cuyo síntoma más evidente son los trapitos que se multiplican en las calles y a los que gran parte de la clase media, con su característica sensibilidad social y desde su cada vez menos comoda poltrona, repele calificándolos de “vagos de miércoles” y “planeros”. Es curioso que en ese contexto la lectora Elías de Benavente (carta “Historietas y confusiones”, 26/2) se sienta molesta por lo que califica como hostilidad en mis cartas, hecho que lleva a preguntarse si pretende que permanezcamos indiferentes o festejemos frente a semejante panorama. Le agradecería que avise cuando observe algo que merezca celebrarse, aunque entiendo a esta sección no es un lugar para festejar sino para la oposición, para el reclamo, para el ejercicio cabal de la democracia, porque resultaría incoherente celebrar que los funcionarios deben hacer aquello por lo que se les paga. Señora Elías, cuando hay algo que festejar yo lo celebro con mis amigos tomando una copa, esperando escuchar cosas inteligentes y ocurrencias que nos hagan reír.

Clímaco de la Peña

Carnet y antecedentes

Me formulo una pregunta: ¿algún funcionario municipal de la Dirección de Tránsito habrá leído el editorial del 1/2? Más claro que el agua. Dispusieron. al margen de lo que expresan las leyes de Tránsito 24.449 y 26.663 la obligatoriedad de presentar el certificado de buena conducta, instrumento que debe ser tramitado en la División de Antecedentes policiales. Previo a ello se debe concurrir al Registro Civil para obtener el de nacimiento. Ninguna de estas reparticiones está en condiciones de otorgar esos instrumentos en forma rápida. La tecnología que usan es obsoleta. Colas interminables. Tiempo perdido. ¿Quién o quiénes son los responsables con esto de faltar el respeto a los ciudadanos? Un editorial que expresa con meridiana claridad esta irregularidad. La ley nacional de Tránsito habla de la creación de un Registro Nacional de antecedentes del tránsito. Cada municipio adherido a la ley nacional de tránsito, tal el caso de nuestra Municipalidad, solicitará los antecedentes personales de los ciudadanos que requieran el otorgamiento o la renovación del bendito carnet o registro automotor a ese organismo siempre que se trate del tema en cuestión. La Dirección de Tránsito lo transformó en certificado de buena conducta. Aparentemente ni la policía ni el Registro civil fueron consultados. La tecnología en informática, ausente. Entiendo que se debe dejar en suspenso esta incongruencia hasta tanto no se equipe con tecnología de punta a esas reparticiones. Y recordar que solicitar un carnet de manejo para conducir un auto particular no requiere llevar un certificado de buena conducta. A través de ese organismo denominado Registro  Nacional de Antecedentes de Tránsito, deberá ser la Dirección de Tránsito quien realice el trámite. Recuerden los funcionarios municipales que estamos en un año electoral y la gente, los ciudadanos, ya estamos hartos de malos gobiernos.

Hugo César Navarro

Avenida Francisco de Aguirre 1.582

San Miguel de Tucumán


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