Ordená tu casa y tu mente

Ordená tu casa y tu mente

Organizar espacios como un camino hacia el bienestar personal es la propuesta de la japonesa Marie Kondo, gurú del orden que tiene muchos seguidores en Tucumán y hasta hay quienes lo asumieron como profesión.

El antes y el después. El antes y el después.
26 Enero 2019

(Por Guadalupe Norte) “Últimamente me sentía estancada, tenía bastantes dudas dando vuelta en la cabeza y se me dificultaba tomar decisiones. Todo eso cambió gracias a un amigo y a una observación bastante tonta pero efectiva. Él me dijo que si yo quería dejar de ser tan inestable, debía organizar mis cosas”, recuerda la estudiante universitaria Abril Andoniadis.

Así comenzó su transformación. Primero fue el placard con los pijamas reciclados y las medias con pelotitas. Después vino el escritorio de su pieza con tickets de supermercado y compras de hace años y, por último, el mueble del baño donde guardaba los frascos ya secos de esmaltes para uñas.

“Obviamente, tirar los objetos viejos no hizo que automáticamente tenga mi vida resuelta, pero me ayudó a organizar mi espacio personal y a sentirme a gusto con el presente. Ese fue el primer paso de la transformación”, comenta divertida Abril.

Su historia narra a la perfección la experiencia de las miles de personas que recurren a nuevas técnicas de limpieza y organización para exorcizar el espíritu del caos de sus casas. Entre ellas, el milagroso método KonMari, propuesto por la japonesa Marie Kondo.

Con dos libros publicados (“La magia del orden” y “La felicidad después del orden”) y un nuevo boom en ventas gracias a su nueva serie en Netflix, esta gurú del orden no para de sumar simpatizantes tucumanos que navegan entre la desesperación y la desorganización.

Cambiar de ambiente

A lo largo de la vida existen circunstancias personales que nos obligan a replantearnos decisiones y llevan aparejados cambios en la forma de vernos, de pensar y de habitar los espacios.

Para Gabriela Campero este último cambio se inició luego de su separación. “Trataba de ordenar de nuevo mi cabeza y comenzar una nueva etapa cuando sin querer encontré un video en el que te enseñaban a doblar la ropa con el método KonMari. Así una publicación llevó a otra y, de a poco, lo puse en práctica”, narra orgullosa de sus logros y, aún más, por haber transmitido la pulcritud a su familia.

En la casa de Gabriela, la responsabilidad de mantener la limpieza se comparte con sus hijos. “Al de 17 le enseñé a ser consciente de las cosas que tiene y no usa. Incluso, hace unos días se fue de vacaciones y armó solo la valija con cada objeto perfectamente organizado”, comenta.

También (como una forma de cerrar ciclos) al cortar con su pareja Mariela Rodríguez decidió emprender una purga de ropa, peluches, libros y calzado. “Los consejos de Kondo me ayudaron a salir adelante de la situación. Desde entonces aplico su lema de conservar sólo aquello que use y me genere alegría; lo demás es mejor desecharlo”, comenta. No sin antes confesar que en su reducido departamento guardaba papeles de cuando asistía a la universidad, hace 15 años.

Sin embargo, el milagro no ocurre mágicamente como en las películas de Disney sino que requiere de trabajo y de muchas bolsas de consorcio. También se puede recurrir a profesionales para que realicen el “trabajo sucio”.

Los “cazadesorden”

María Fernanda Bruno tiene un trabajo un tanto inusual: ella es una organizadora profesional. “Soy mamá de cuatro hijas, entre ellas una niña con síndrome de Down que es sumamente prolija. Al comenzar, pensé este emprendimiento para ella - explica María- Hasta ahora formalmente hicimos cuatro trabajos con una lavada de cara desde cero y acomodamos hasta fotos y recuerdos”.

Como ella, hay en Argentina autoras y profesionales (con métodos semejantes) que se dedican al fino arte de doblar prendas, comprimir papeles en carpetas y agrupar en canastos los productos de la cocina. Además de ofrecer cursos en línea, productos de bazar y libros con consejos para mantener encendida la llama de la felicidad. (Porque, si de orden se trata, mejor que sobre y no que falte).

La felicidad después

Entre las críticas que recibe de sus detractores la idea de organización propuesta por la mentora nipona, la más tajante es la relación emocional que les otorga a los objetos, haciendo que, de su uso o descarte, dependa nuestra felicidad. ¿Esto es así?

“La forma en que mantenés tu espacio físico también implica el estado en que está tu mente. Cuando tengo problemas y me cuesta encontrar la solución, empiezo a limpiar la casa. Es creer o reventar, pero al hacerlo me siento tranquila, feliz y puedo pensar adecuadamente sobre mis conflictos”, detalla Gabriela.

Al respecto, en la introducción de su segundo libro, Marie Kondo aclara: “Lo importante del orden no es decidir de qué nos deshacemos, sino más bien qué es lo que queremos conservar en nuestra vida. En realidad, la verdadera tragedia es vivir sin nada que nos dé felicidad y sin darnos cuenta del pesar”.

Al final, el ritualismo del orden (con sus agradecimientos, despojos y crisis) funciona como un consultorio donde expiramos nuestras penas, emociones y problemas.

¿Por qué nos cuesta soltar los objetos?

Aunque ya no lo utilicemos ni nos sirva, tenemos una tendencia a aferrarnos a lo material.

Si hay algo que sobra en la travesía hacia el orden son las excusas: “me puede servir para más adelante”, “lo guardo porque puedo transformarlo en...”, “¿cómo lo voy a tirar si nunca lo usé? Está nuevo”, “voy a poder usar esta remera cuando baje de peso”, “es que fue un regalo”.

Estefanía Fryd -primera consultora oficial “Marie Kondo” de Argentina y el Cono Sur- encierra estos objetos acumulables (y resignados al olvido momentáneo) bajo la categoría “por si”. “Conservar estas prendas puede ser malo, tienen mala energía, porque todo el tiempo están recordándote lo que no pasó, mostrándote lo que no llegaste a ser”, explica a LA GACETA, en una entrevista vía teléfono, la organizadora profesional.

A veces a la vista y otras confinados a algún oscuro cajón, es bastante común que las personas guardemos objetos, decoraciones y ropa que, en el fondo sabemos, no vamos a utilizar. ¿Por qué nos cuesta tanto desprendernos de los objetos materiales?

“Creo que lo hacemos porque nos aferramos a lo que ese objeto representa en nuestra vida. Por ejemplo, guardé por mucho tiempo una remera que me regaló mi mamá, nunca me gustó el color ni como me quedaba. Es más, jamás la usé pero la conservaba porque era un presente. Así seguimos andando por nuestra vida y llegamos a acumular cosas que no usamos nunca y que nunca usaremos”, reflexiona Mariela Rodríguez, un ama de casa que puso en práctica, en su hogar, el método KonMari.

Como una curita

En una trágica lucha entre aferrarse a los recuerdos, querer espacio vacío y el desorden propio de cada día, para la organizadora profesional María Fernanda Bruno el motivo por el cual nos cuesta soltar las pertenencias personales tiene que ver con los hábitos culturales. “Nuestra cultura no es tan despojada como la japonesa, tenemos una filosofía de vida completamente diferente”, afirma.

Para evitar arrepentimientos, María acordó con sus clientes donar los objetos que salgan de sus casas y mandarles luego fotos de los nuevos felices usuarios.

“Cuando empecé a vaciar mi departamento sentí mucha pena y culpa. No quería tirar las cosas que tenía de más y estuve varios días sacando ropa y calzado de las cajas de donaciones. Esta parte del proceso de orden es difícil pero necesaria; tenés que tirar las cosas como si fuese una curita. De un solo tirón y sin arrepentimiento”, narra la recientemente ordenada estudiante Candelaria Aguirre.

Origami funcional

Para los “kondoers” (como se autodefinen los seguidores de Marie Kondo) el orden no tiene fronteras; y si las hay, quedan destruidas con las redes sociales.

Con más de 3 millones de fans, hay grupos en Instagram y Facebook dedicados a compartir sus experiencias con “la magia del orden”. Suben posteos del antes y después de sus casas e intercambian entre ellos consejos para optimizar el espacio. Abundan en YouTube los videos con instrucciones para doblar cada prenda y los hashtag como “soltar” y “KondoChallenge” que les dan fuerza a otros usuarios para que emprendan el cambio.

Sin embargo, el mundo del orden no empieza ni termina con la gurú japonesa y cada vez son más las organizadoras argentinas que deciden publicar sus propios métodos de organización. Entre ellas puede nombrarse a:

- Marietta Vitale, con su libro “Terapia del orden”.

- Brenda Haines del blog “Tu espacio organizado”.

- Melanie Melhem, autora del libro “Omm organizarte”.

- La organizadora y youtuber Ingrid Hajnal del canal “The Organization wiz”.

- Estefanía Fryd, consultora profesional y seguidora del método KonMari.


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