Ratificación y mensaje

La sociedad política entre Manzur y Jaldo es inquebrantable e inconmovible. Es la primera lectura a hacer tras la decisión del gobernador de que sea Daniel Leiva el próximo integrante de la Corte Suprema de Justicia. El fiscal de Estado es una persona muy allegada al vicegobernador que supo ganarse la confianza del titular del Ejecutivo a partir del trabajo que desarrolló en la Fiscalía de Estado desde 2015 a la fecha. Por eso mismo, su postulación debe interpretarse como la ratificación de esa sociedad política, y como un mensaje que también tiene destinatarios, hacia afuera y hacia adentro del oficialismo y del peronismo. Porque Leiva forma parte de un equipo político liderado por un tándem. Y más allá de que de el fiscal sostenga que únicamente tiene dos grandes vicios: su familia y su trabajo, será observado -y seguramente cuestionado- desde el plano político. Su postulación no estará exenta de polémicas; pero lo que es seguro es que Manzur y Jaldo van a salir a bancar la parada porque tienen claro el mensaje que quieren dar. Leiva va a llegar a la Corte en pocos días más, y como Estofán y Posse -que también pasaron del PE a la Justicia- tendrá que soportar un estigma que sólo podrá dejar atrás honrando su nueva función.