05 Enero 2019
Por Honoria Zelaya de Nader
Escritora. Miembro de la Academia Argentina de Literatura Infantil y Juvenil y del Consejo Editorial de la Revista Miradas y Voces de la LIJ.
La mano del amo
Tomás Eloy Martínez
Editorial Alfaguara (192 páginas)
Lo elijo porque...
Aborda uno de los aspectos más comprometidos de la existencia humana: el de las relaciones filiales inscriptas en el proceso de disolución y destrucción de seres acosados por la maldad materna, tal como lo vive Carmona, el protagonista de la novela, quien llega a los abismos de la locura al no haberse podido liberar de “la mano del amo”.
Fragmento del Capítulo “Imágenes de la felicidad”
“CONOCÍ BIEN A MADRE. De niño la amé con desesperación. No aceptaba que hubiera otras mujeres cerca de ella. Madre era la infinitud del cielo y yo lo deseaba vacío. Como para Swedenborg, el cielo era para mí un punto fijo del universo, en el que cabían todos los coros de ángeles, pero Madre ocupaba ese punto; y no existían los deseos, porque apenas despuntaba uno, ella lo hacía desaparecer. Por las noches, Padre solía sentarse junto a mí y acariciarme la cabeza. Madre no lo hizo nunca, y yo no esperaba que lo hiciera. Sabía que Madre empleaba todas sus fuerzas en quererse a sí misma, y mi amor consistía en eso: en ayudarla a quererse”.
Cuentos exactamente así
Rudyard Kipling
Editorial Diada (144 páginas)
Lo elijo porque...
A los relatos que conforman esta obra los he escuchado siendo niña de los labios de mi madre, perdurando siempre en mí. Ellos me maravillaron tanto desde la entrega oral como desde la escritura. Según Borges: “No hay uno solo de los cuentos de Kipling que no sea a mi parecer una breve y suficiente obra maestra”. El libro que nos ocupa no escapa a tal valoración.
Fragmento de “Como fue escrita la primera carta”
“Había una vez, hace mucho tiempo, un hombre primitivo que vivía cavernosamente en una caverna, vestía muy poca ropa y no podía leer ni podía escribir, y salvo porque siempre andaba con hambre, era bastante feliz. Su nombre era Tegumai Bopsulai, que significa ‘Hombre que no adelanta pie con apuro’, pero nosotros, mi más amada niña, lo vamos a llamar simplemente Tegumai, para que no sea tan largo. Y el nombre de su mujer era Teshumai Teuindrou, que significa ‘Mujer que hace muchas preguntas’, pero nosotros, mi más amada niña, la vamos a llamar simplemente Teshumai, para que no sea tan largo”.
Un puente de libros infantiles
Jella Lepman
Editorial Creotz
Lo elijo porque...
Es la crónica apasionante de una mujer con visión, que logró contribuir a través de los libros al entendimiento internacional en un momento crítico de la historia. Esta obra nos espeja los proyectos trascendentes de la periodista Jella Lepman alrededor de la literatura infantil y juvenil. Proyectos que han crecido con el tiempo hasta su consolidación.
Fragmento de “Un puente de libros infantiles”
“El corazón me latía con fuerza al abrocharme el cinturón, ese corazón que había luchado a mi lado durante aquellos años frente a fatigas de toda clase. Tantísimas veces había estado desgarrada por las dudas, conmovido por la necesidad y las cuitas humanas. Pese a todo, siempre había vuelto a animarse, renovado por la esperanza de hacer que se abriera paso en el mundo un ideal perseguido; el entendimiento internacional a través de los libros infantiles. Mientras se elevaba el avión y a mis pies se dibujaban el Tigris y el Éufrates, mi mente recorría otro paisaje distinto al de mis experiencia de posguerra...”.
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