Mercier se reencontró con un amigo después de 20 años

Mercier se reencontró con un amigo después de 20 años

LG Deportiva fue el nexo entre el mediocampista y "Pololo".

REENCUENTRO. Roa Tello sonríe con Mercier, tras sacarse una selfie en el hotel. REENCUENTRO. Roa Tello sonríe con Mercier, tras sacarse una selfie en el hotel.

“¡Hola, ‘Pololo’!”, le gritaron desde atrás ayer a Juan Mercier. “Fue como si se le hubiese quebrado el cuello, por como se dio vuelta”, relata David Roa Tello, la persona que llamó así al volante de Atlético. “A vos te conozco de algún lado… ¡Sí! ¡Claro! Vos sos David”, exclamó Mercier antes de que Roa Tello le recordara quién era. Esta es su historia...

David fue vecino de “Pichi” en Campana, Provincia de Buenos Aires, y compañero suyo del secundario cuando asistían a la Escuela Técnica Luciano Reyes. Ese apodo íntimo desconocido para muchos, esa mirada y ese abrazo que siguió a los gritos que ambos dieron, no se daba hace 20 años. LG Deportiva hizo su parte.

La última vez que habían sucedido todas esas cosas fue en 1998, cuando se despidieron en el último día de clases del quinto año de cursado. En todo el secundario, se la habían pasado jugando al fútbol en la canchita de una iglesia, ubicada en el medio de sus dos casas. “Yo le seguí toda la carrera después. Vino un par de veces a Mendoza con San Lorenzo, pero por una u otra cosa no pude llegar a él”, cuenta David, que terminó mudándose a Mendoza hace 10 años gracias al trabajo en una petrolera.

Este viaje no iba a terminar de la misma manera que los otros, decidió David. Por eso, ingresó a la LAGACETA.com, buscó la información sobre cuándo llegaba Atlético y luego se comunicó con los cronistas que realizan la cobertura diaria del “Decano”, vía Facebook. Bingo. Con toda la información cosechada, se fue hasta el hotel Altezza donde Mercier y el resto del plantel se concentraron.

Sobre el mediodía de ayer, David fue hasta el hotel y esperó sentado en el lobby a que su ex compañero bajara. Como eso no sucedía, decidió hablar con su entrenador. “Lo vi a (Ricardo) Zielinski hablando con (José) San Román y cuando terminaron me le acerqué y le pregunté si Mercier estaba por bajar”, contó. Zielinski le dijo que sí y finalmente la puerta del ascensor se abrió. El volante encaró hacia el otro lado y allí se escuchó el ya comentado, “¡Hola, ‘Pololo’!”.

“La verdad es que no sé porque le decían así, en esa época ya tenía el apodo. Ahora se sorprendió de escucharlo porque seguro nadie lo conoce así”, explicó David, que tiene innumerables recuerdos con el jugador de Atlético.

“A los 16 años jugábamos a la pelota y ya se lo veía distinto”, recuerda. En efecto, Mercier ya estaba probando suerte en clubes profesionales pero no siempre la encontraba. Por ejemplo, en esa época hizo un test en Deportivo Español al mismo momento en que se lesionó una rodilla. El club, dado que se trataba de una prueba, no podía costearle la recuperación.

“Apenas lo vi le recordé la vez de su lesión. El padre armó una pelopincho exclusivamente para que haga los ejercicios de rehabilitación. Él era de una familia muy humilde”, detalló. “No teníamos ni para la merienda”, agregó David que estaba en la misma situación que su amigo “Pololo”.

“Tuvo que pelearla desde que era chico y eso se nota en su carrera. Es un luchador y toda esa garra se la ve en la cancha. Por eso llegó hasta donde llegó. Eso le dije”, relató David sobre un encuentro que duró poco porque el almuerzo llamaba a la puerta de “Pololo”. “Vení a la cancha así te doy la camiseta”, le ofreció Mercier, pero David tenía trabajo que hacer. Finalmente, lo vio por televisión. Igualmente, su misión estaba cumplida. Y ninguna camiseta se comparaba con la sensación de haber visto a su amigo, ex vecino y ex compañero. “Me pone muy feliz por él. Yo desde mi lugar también tuve que lucharla, pero me alegra que él esté donde está”.

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