Sofía Singh: la voz revelación en Baradero

Sofía Singh: la voz revelación en Baradero

La segunda es la vencida para la cantante de sólo 17 años, especialista en zambas

PERSONALIDAD. A Sofía Singh le bastan una guitarra y un bombo como acompañantes para poner toda el alma en una zamba. la gaceta / foto de Analía Jaramillo PERSONALIDAD. A Sofía Singh le bastan una guitarra y un bombo como acompañantes para poner toda el alma en una zamba. la gaceta / foto de Analía Jaramillo
23 Febrero 2018

En 2017 llegó por primera vez al PreBaradero. No le fue bien. “Estaba muy nerviosa; vi que el jurado bajó la cabeza... Este año el profesor José María Montini me alentó a que me presentara de nuevo el día de la selección. Me acompañó mi profesor de la ESEA, Ricardo Carrizo. Fuimos a desempate con la salteña Estefanía Arias, que es muy buena cantora, y gané”, cuenta Sofía Singh. En el PreBaradero obtuvo el primer premio como solista vocal femenina.

No volvió a Tucumán: junto a su madre se quedaron una semana más con familiares, para subir al escenario representando a la provincia en el 44° Festival Nacional de Baradero, que concluyó el domingo.

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Esta vez tuvo su justa revancha: de allá se trajo el trofeo de acrílico que la acredita como Cantante Revelación de uno de los dos mayores festivales nacionales de folclore.

A dar lo mejor

“Esta vez les dije a mis padres: no voy con el objetivo de ganar sino a dar lo mejor de mí, como no pude dar el año pasado. La verdad es que cuando me nombraron, no lo podía creer. Toda mi familia de Buenos Aires gritaba; el público se acercó y me alentó; yo, en la gloria. Me acompañaron en el escenario, como siempre, Nazareno Lechesi en guitarra y Bernardo Filipini en percusión”, cuenta la cantante, que ofreció “La tempranera” y “Cuando tenga la tierra”.

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Sobre una silla

Sofía Singh cursa el último año en la Escuela Secundaria de Educación por el Arte (ESEA). Mucho antes, era poco más que un bebé y exigía que la presentaran para subirse a una silla para recitar y cantar. Desde entonces no ha parado de cantar bajo la influencia de su madre, María Paula Tejedor, que la acunó cantando tangos. A los seis años era solista en el Coro de Niños de la Provincia, dirigido por Ana María Ternavasio. “A los ocho formé mi banda con los mismos músicos que me acompañan ahora, por eso tenemos una conexión muy grande en escena”, explica la cantante de 17 años que hace gala de madurez.

“Cantar me da mucha satisfacción desde que subo al escenario y veo el público. Tengo que aprovechar el don que me ha dado Dios porque siento que con mi voz doy un buen mensaje a las personas que por ahí no pasan un buen momento. Me siento muy bien haciéndolo. Desde muy chica me gustan los aplausos”, confiesa.

Planes

“Me gustaría mucho audicionar para el Coro Estable de la Provincia porque me gusta mucho la ópera y la música coral. Quiero seguir con el folclore con mis músicos, ir a estudiar música popular en Buenos Aires, pero siempre volviendo a mi Tucumán”, se ilusiona.

Dice que siempre le atrajo la canción de la tierra. “Nunca canté otros géneros; ni pop ni rock ni jazz. Tango sí, me gusta mucho, pero siempre me incliné para el folclore y en particular, para la zamba -revela-. Amo el folclore desde muy chica y no voy a cambiar. Además bailo folclore, me encanta”.

Puertas que se abren

“Creo que el premio de Baradero me va a abrir muchas puertas. Quizás necesitaba este reconocimiento porque por mi edad recién ahora puedo participar en festivales”, afirma.

Singh reconoce referentes en Mercedes Sosa, “porque tiene mucha expresión en su canto”; la Bruja Salguero, Raly Barrionuevo, entre muchos otros, y dice que no cree en la excesiva mezcla de géneros que invade el folclore.

Le sirvió la bandera de lo más sencillo y tradicional -a Baradero llevó sólo guitarra y batería- . Priorizó presencia, carisma y estilo personal sobre la orquestación. Ganó con y por su voz.

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