Tucumán conoce la insulina

Tucumán conoce la insulina

MARJORIE. La perrita, primer ser vivo en recibir insulina, aparece junto a Banting (derecha) y Best en el patio de la universidad de Toronto en 1921 MARJORIE. La perrita, primer ser vivo en recibir insulina, aparece junto a Banting (derecha) y Best en el patio de la universidad de Toronto en 1921
08 Enero 2018

De Manuel Riva.-

Si hablamos de diabetes, hablamos de una enfermedad en franco crecimiento en especial la de tipo 2 que se relaciona con estilos de vida poco saludables lo que ocasiona una creciente resistencia a la acción de la insulina. Generalmente la de tipo 1 se caracteriza por la falta de producción de insulina. Aquí aparece la palabra clave: la insulina. Esta es una hormona producida por el páncreas, que se encarga de regular la cantidad de glucosa en la sangre. Por su descubrimiento, allá por 1921 cuando trabajaba en la Universidad de Toronto, recibió el premio nobel de fisiología de 1923 el médico canadiense Frederick Grant Banting junto a John Macleod, quien era director del laboratorio y apoyó la investigación. A este equipo se incorporó Charles Best, quien era pasante por entonces y no recibió el premio. Este descubrimiento le permitió a la persona con diabetes aumentar su esperanza de vida y tener una mejor calidad. Aquellos trabajos de investigación generaron mucha expectativa y la prensa se hizo eco de ello.

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Nuestra crónica

Nuestro diario del 6 de enero de 1923 presentaba la noticia bajo el título “Los descubrimientos de la medicina moderna” y explicaba: ha comenzado a ensayarse en las clínicas neoyorquinas un serum descubierto por un joven médico canadiense, el doctor Banting, para contrarrestar los efectos de la diabetes. De esta forma los tucumanos conocieron la existencia de la hormona que ayudaría en el futuro a los enfermos a mejorar su existencia. La noticia continuaba el nuevo extracto está aún en vías de perfeccionamiento en el laboratorio de la Universidad de Toronto, donde el inventor y sus colegas trabajan en su aplicación, pero los resultados obtenidos hasta ahora, permiten asegurar que se trata de un agente capaz de detener los efectos del mal, si bien no hay razones para esperar todavía que cure sus efectos de raíz.

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En esta historia son claves una perra, Marjorie y un chico de 14 años.

En agosto de 1921 Banting y su equipo consiguieron administrar, por primera vez con éxito, la hormona en perros diabéticos, anotando como descendían los niveles de azúcar en sangre y remitían los síntomas de tal enfermedad. El primer paso estaba dado. Tras varios experimentos donde se testeó la pureza de la insulina, se procedió a realizar la primera prueba en humanos. Fue un muchacho de 14 años, Leonard Thompson, vecino de Banting y cuya diabetes estaba a punto de costarle la vida, la primera persona que recibió una inyección de insulina con éxito, hecho que tuvo lugar entre enero y octubre de 1922. La satisfactoria noticia ocupó decenas de portadas de periódicos de todo el mundo, la esperanza había llegado.

Nuestro cronista, que escribió la noticia para el Dia de Reyes de 1923, informaba que se sabe desde hace tiempo que la diabetes resulta de una afección de las que se llaman Islas de Langerhans del páncreas. Las secreciones que de ahí pasan a la sangre son las que permiten la asimilación del azúcar de los alimentos y cuando ellas faltan, comienzan a notarse los síntomas tan conocidos de la diabetes. El problema de obtener esas secreciones del páncreas separándolas de otros jugos dañinos, es uno por demás delicado, y tanto en esa labor como en la de demostrar sus propiedades en fisiología y en medicina es donde se han adelantado el doctor Frederick Banting y sus colaboradores canadienses”.

El nombre insulina

En el artículo “Desde Banting, Best y Paulescu, a Degludec” publicadio en la revista de la Sociedad Argentina de Diabetes de 2013, José Costa Gil relata que “el 3 de mayo de 1922, Macleod hizo una presentación completa y exitosa en el encuentro de la Association of the American Physicians. Por primera vez en público denominó insulina (y no iletin) a la sustancia del páncreas” y agregaba que “Macleod no había olvidado la propuesta de un escocés como Edward Albert Sharpey-Schafer quien en 1910 había sugerido el nombre insulina (insula o isla) para designar la sustancia química del páncreas que en su opinión, y bien no se conocía, faltaba en la diabetes”.

La esperanza creciente para las personas con diabetes, también era noticia para nuestro diario. El trabajo de obtener la insulina, todavía en experimentación, era costoso. El extracto se obtiene del páncreas fresco de los animales de matadero. El procedimiento, so bien no secreto, es delicado y costoso, y debido a esto la producción del serum no es todavía muy abundante. Una conocida firma de productos químicos ha comenzado, sin embargo, instalaciones amplias para producir el extracto en cantidad que permita satisfacer una mayor demanda. La noticia destacaba que la producción de aquellos primeros tiempos permitió facilitar muestras a algunos especialistas norteamericanos que lo han estado ensayando por algunos meses en sus pacientes más necesitados. Así, el doctor Allen, del Instituto Psiquiátrico de Morristown, Nueva Jersey, opina que el serum Banting es uno de los grandes descubrimientos de la medicina moderna, pero que sus resultados definitivos deben dejarse a la experiencia.

En aquellos primeros experimentos se necesitaban unos 4.535 kilogramos (10.000 libras) de glándulas pancreáticas de animales para obtener medio kilogramo (una libra) de cristales de insulina pura. El proceso de purificación tuvo algunos problemas y por decisión MacLeod se incorporó al equipo James Collip en 1922, cuyo aporte fue lograr mayor pureza en la insulina y lo logró en poco más de un mes. De esta forma se pudo comenzar a suministrar insulina en ensayos clínicos.

Esperanza

La noticia presentada en nuestro diario expresaba que los descubridores no han pretendido haber hallado una cura para la diabetes, sino un remedio que detiene el curso del mal, permitiendo al mismo tiempo una recuperación del organismo que le dé más fuerza para resistir los efectos debilitantes de aquel. A continuación explicaba el proceso de aplicación que era por medio de inyecciones subcutáneas, siendo necesaria una aplicación por cada comida y agregaba que por medio de un estudio cuidadoso de cada caso se procede a fijar la dosis, teniendo en cuenta el avance del mal, la cantidad de alimento que se va a ingerir y las cualidades de éste. Además se planteaba la esperanza de que el serum posponga muchos casos de muerte ya cercana en casos que debieran haber quedado abandonados al régimen antiguo. Como señaló Costa Gil “quizás no se tenga demasiada conciencia de que en más de los 90 años que han transcurrido desde su descubrimiento, son impresionantes los progresos que se han producido desde el extracto pancreático (de Banting y Best) y la sustancia de Collip, hasta los análogos de insulina que van aportando día a día nuevas posibilidades al tratamiento del paciente con diabetes”.

La enfermedad hoy

La Organización Mundial de la Salud anunció que hay en el mundo 422 millones de personas con diabetes. Su prevalencia aumentó en los últimos 30 años junto con la obesidad y el sobrepeso. Desde 1980 el número de personas con diabetes casi se ha cuadruplicado. Todos los tipos pueden provocar complicaciones en diversas partes del organismo e incrementar el riesgo de muerte prematura. En 2012, la diabetes fue la causa directa de 1,5 millones de muertes. En abril de 2016, la OMS hizo un llamamiento a la acción para reducir la exposición a los factores de riesgo conocidos de la diabetes tipo 2 y mejorar el acceso y la calidad de la atención sanitaria para las personas que sufren la enfermedad. Hoy la insulina se produce mediante ingeniería genética y es más parecida a la humana.

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