Alfredo Fénik lleva la historia tucumana a la dramaturgia

Alfredo Fénik lleva la historia tucumana a la dramaturgia

El teatrista publica la segunda parte de su trabajo sobre personajes y hechos trascendentales.

VIEJOS CONFLICTOS. Fénik afirma que las crisis nacieron con la Patria. LA GACETA / FOTO DE INÉS QUNTEROS ORIO.- VIEJOS CONFLICTOS. Fénik afirma que las crisis nacieron con la Patria. LA GACETA / FOTO DE INÉS QUNTEROS ORIO.-
10 Octubre 2017

Con sus ojos claros, Alfredo Fénik mira más de lo que lo rodea y bucea en el pasado para entender el presente. Su experiencia de 60 años en el teatro se vuelca en este momento en la producción dramatúrgica, centrada en el espacio poco exploirado de la historia tucumana.

El año pasado publicó “Próceres de Tucumán... ¡a escena”!, compendio de cinco obras sobre distintos personajes y hechos que marcaron la provincia, y acaba de lanzar la segunda parte de este trabajo, con siete nuevos textos: “Bernardo de Monteagudo”; “República de Tucumán”; “Bernabé Aráoz”; “Gregorio Aráoz de La Madrid”; “Alejandro Heredia”; “Los Mellizos tucumanos. 1900” y “Falta de ingenio. 1966-1976”.

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“Tucumán es un ejemplo histórico para todo nuestro país; solamente recordemos la Batalla de 1812; nuestros héroes fueron ejemplares dando lo mejor de su bravura, de su sacrificio, de su generosidad y del mejor y mayor liderazgo; y con sus conductas han dejado un trazo de fuego que no sólo nos eleva sino que nos inspira, rompiendo nuestras limitaciones. Ese pasado nos une, nos obliga a integrarnos en el modo de superación y progreso, y nos ubica en una escala superior a nuestras realidades y posibilidades corrientes que estimulan las mejores ambiciones”, le dice a LA GACETA.

- ¿Escribir sobre estos temas era una deuda de la dramaturgia tucumana?

- Absolutamente. A lo que hay que agregar que la calidad y la envergadura de los temas históricos hacen remontar al teatro hacia lo épico.

- ¿Cómo es tu abordaje dramático de los personajes?

- Cuando hay que encarar un tema, sea cual fuere, es necesario siempre recurrir a la teatralidad. Por ejemplo, en “Falta de ingenio” hay tres escenarios. Históricamente han existido, pero lo que necesitaba era la presencia de distintos personajes, de situaciones antecedentes y de objetos (como un equipo de fax) que me permitieran, en tiempo récord, sintetizar cabos sueltos del relato que son indispensables para el espectador. Esos recursos proceden de mi personal visión de los personajes que, a su vez son de la realidad histórica y del diseño de Roberto “Pipo” Pucci, el historiador en quien está basada la adaptación de esta obra. Hago un efecto dramático que de otra manera hubiera sido casi imposible producir.

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- ¿El planteo de tus textos es realista o utilizás otros géneros?

- Efectivamente, el lenguaje, las situaciones y los temas son realistas. Pero, en general, el manejo del tiempo es teatral. La música está presente y en muchas de mis obras contribuyen a la creación de climas que subrayan lo dramático de las escenas; incluso en alguna propuesta recurro a montajes que podrán proceder del video o del cine, y que se complementan con el realismo.

- Abarcás personajes y períodos muy distantes y distintos. ¿Cómo encaraste tu investigación para cada obra?

- Soy un deudor impenitente Carlos Páez de la Torre (h), de LA GACETA, de Pucci, de Google y de unos pocos libros que me han permitido disponer de una enorme información, que de otro modo no hubiera tenido.

- ¿Qué identifica y qué distingue a los personajes que abordás?

- Para mí es indispensable que se trate de personajes y situaciones conflictivas. Ya se sabe que “que sin conflicto no hay drama… ¡y sin drama no hay teatro!”. Es decir, está en la esencia del teatro. Además los personajes se distinguen por las versiones históricas aludidas, los historiadores, la necesidad de cada obra, mi propia creatividad, los nuevos personajes necesarios que hasta pueden llegar a ser importantes... Nunca hay que olvidar que una obra de teatro tiene el derecho de fantasear hasta donde el público se lo permita. No somos historiadores, ni sociólogos, ni filósofos.

- ¿La crisis de 1966, con el cierre de los ingenios, fue el comienzo de los males actuales?

- Lamentablemente no. En mis obras anteriores, como “Juan B. Alberdi” y “¡Lillo!”, y en las nuevas, queda claro que no. Los conflictos nacieron con la Patria. como lo evidencian los próceres cuyas vidas abordo.

- ¿El libro es una edición digital o en papel?

- Por el momento es digital. Pero haré todo lo posible para que Gutenberg se apiade de nosotros; o mejor todavía, nos imprima las obras.

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