Asaltar casas de El Corte y aterrorizar a sus víctimas, las especialidades de la superbanda

Iban a entrar a una casa y llevarse secuestrada a una persona. El hallazgo de ese dato fue el que apuró todo: la investigación que se realizaba a paso lento, pero seguro, debió acelerarse para evitar que una víctima cayera en manos de esta banda delictiva. Por eso la Justicia autorizó más de 30 allanamientos en la última semana y ordenó las detenciones de todos los integrantes de la organización que pudieran encontrar.

Para determinar la existencia del grupo con más de 30 miembros y toda una logística aceitada, el personal de la división Homicidios de la Policía debió realizar un trabajo de inteligencia tan profundo como silencioso. Los comisarios Hugo Cabeza, Sergio Juárez, Daniel Cuellar y Diego Bernacchi se encargaron de las tareas de operación, mientras que los trabajos de inteligencia fueron realizados por los comisarios Walter Monteros y Walter Salvatierra, y los oficiales Juana Estequiño y Nicolás Marchán.

Los trabajos comenzaron en febrero, cuando un empleado de seguridad privada de la empresa Arcor fue asesinado durante un asalto en Villa 9 de Julio. Esa fue la punta del ovillo que les permitió desenmarañar la red delictiva. Fuentes del caso indicaron que los miembros de esta banda son, en su mayoría, delincuentes “pesados”, con experiencia y varios de ellos procesados, con libertad condicional. Incluso se sospecha que habría conexiones con personas de otras provincias. Lo que aseguraba el éxito de sus golpes era la distribución de roles: algunos se encargaban de seleccionar a las víctimas, otros analizaban sus movimientos, otros ingresaban a las propiedades y también estaban quienes hacían de “campana” o de chofer.

Las zonas preferidas

Hasta el momento los investigadores pudieron identificar casi 30 asaltos cometidos por esta banda, dos de los cuales se cobraron la vida de sus víctimas, aunque sospechan que los golpes serían muchos más. Las fuentes dijeron que su modus operandi consistía en entrar por la fuerza a viviendas de personas de clase media alta y alta, apuntar a las víctimas con armas, maniatarlas y llevarse todo. También señalaron que sus zonas preferidas para actuar eran las de El Corte y Yerba Buena.

Los investigadores estaban esperando el momento propicio para atraparlos a todos. Sólo esperaban reunir algunos datos más antes de salir a cazarlos definitivamente. Pero en los últimos días se encontraron con una información que los alarmó: la banda tenía planeado entrar a una casa y secuestrar a una persona. Las fuentes agregaron que estos delincuentes también tenían programado ingresar a robar a las casas de un alto funcionario judicial y de un reconocido músico tucumano de avanzada edad, ambas ubicadas en El Corte.

La reventa

Enterados de esto, los fiscales que dirigieron la investigación (Diego López Ávila, Washington Navarro Dávila, Adriana Reinoso Cuello y Adriana Giannoni) ordenaron más de 50 allanamientos, la mayoría de los cuales ya se realizaron en los últimos días. El resultado de esos operativos fue la detención de 22 personas y el secuestro de pruebas. Las fuentes destacaron que el viernes, por ejemplo, necesitaron dos camionetas para cargar la enorme cantidad de electrodomésticos, armas, municiones y drogas que encontraron en las casas de los sospechosos.

Entre los secuestros había televisores LED, computadoras, consolas de videojuegos, tablets, notebooks, celulares, instrumentos musicales, cámaras fotográficas profesionales y hasta frascos de perfumes. Todo eso -siempre según la información aportada por las fuentes- era revendido luego por algunos de los integrantes de la organización. Pero no se arriesgaban a ofrecerlos por internet y que alguna de las víctimas pudiera identificar sus cosas, sino que organizaban una especie de showroom en sus propias casas. Vecinos y conocidos que se enteraban de las ofertas a través de WhatsApp o del boca en boca se acercaban luego y realizaban las compras.

Los contactos

Si bien la mayoría de los miembros de esta banda ya están detenidos, todavía resta conocerse los efectos colaterales. Las fuentes adelantaron que de las pruebas reunidas durante estos 10 meses de investigación surgieron indicios de que estos delincuentes tendrían contactos en la Policía y en la Justicia.

A medida que la causa avance, podrían conocerse pruebas que relacionan a los sospechosos con, por ejemplo, serían un policía de la Dirección General de Investigación Criminal y Delitos Complejos (ex Brigada) y con dos empleados judiciales: uno de una Fiscalía y otro de una Cámara Penal. Las fuentes aseguraron que algunos miembros de la banda se comunicaban con frecuencia con estas personas y les ofrecían dinero a cambio de información o protección.

Mientras tanto, los 22 detenidos ya están imputados por distintos delitos, como ser robo agravado por haber sido cometido en banda, con arma de fuego y en zona poblada; violación de domicilio; asociación ilícita e incluso algunos deberán enfrentar cargos por los dos homicidios cometidos por esta organización. Además, ayer seguían encontrando causas contra estas personas en otras fiscalías que no habían participado de la investigación. Por lo tanto, se espera que las acusaciones aumenten en los próximos días, cuando los investigadores terminen de unificar esos expedientes. Tampoco se descartan nuevos allanamientos.