“Es frustrante que la integración latinoamericana no avance al ritmo deseado”

“Es frustrante que la integración latinoamericana no avance al ritmo deseado”

“Encuentro de las Américas: escenarios y perspectivas en los bicentenarios americanos” se denomina el ciclo de reflexión protagonizado por politólogos que comenzó ayer. García, jefe de la Corporación Andina de Fomento, abrió la reunión recordando que, pese a la necesidad de actuar en bloque, América Latina todavía no ha logrado romper sus fronteras internas

DEBUT A SALA LLENA. Comienza el “Encuentro de las Américas: escenarios y perspectivas en los bicentenarios americanos” con la presencia en el escenario de Saguir, Silman, García Rodríguez, Manzur, Neme, Ramírez y Asinelli. fotos de accontenidos.com.ar DEBUT A SALA LLENA. Comienza el “Encuentro de las Américas: escenarios y perspectivas en los bicentenarios americanos” con la presencia en el escenario de Saguir, Silman, García Rodríguez, Manzur, Neme, Ramírez y Asinelli. fotos de accontenidos.com.ar
21 Julio 2016
Enrique García sonríe cuando recuerda los viajes en tren que le permitían ir y volver entre su Bolivia natal y Argentina. Un abuelo cautivado por Buenos Aires se encargaba de promover esos trayectos por el altiplano y las llanuras pampeanas. En Tucumán, García evoca aquellos desplazamientos sobre rieles para definirse como un conocedor experimentado de este país y lamentar, al mismo tiempo, que en las últimas décadas la mentada integración latinoamericana haya sido más una aspiración discursiva que una realidad “tangible”.

“La creación de un espacio común no es un lujo sino una necesidad. Es frustrante que, en la práctica, la integración latinoamericana no avance con el ritmo deseado”, define el presidente de la Corporación Andina de Fomento-Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) antes de brindar la conferencia inaugural del primer acontecimiento científico post 9 de Julio de 2016: “Encuentro de las Américas: escenarios y perspectivas en los bicentenarios americanos”. Coorganizada por el Ente Provincial del Bicentenario, esta reunión de politólogos que concluye hoy fue presentada como una oportunidad para proyectar y reflexionar sobre el futuro (ver agenda). En el estrado se sentaron el gobernador Juan Manzur; el presidente subrogante de la Legislatura, Julio Silman; Julio Saguir, vocal 1° del Ente, y cuatro representantes de la CAF: García, Jorge Neme, Christian Asinelli y Rubén Ramírez.

Menos importante

La región enfrenta los desafíos de la estabilidad, la sustentabilidad, la visión de largo plazo, la inclusión, la competitividad, la eficiencia y el cuidado del ambiente. García explica su perspectiva sobre el mañana mientras atiende un café con leche y una medialuna en uno de los sillones del hotel Hilton Garden Inn. Dispuesto a la conversación, el banquero despliega sin más su diagnóstico: “América Latina ha vivido etapas muy positivas de crecimiento económico y de reducción de la pobreza, y hubo avances importantes aunque en el presente no esté pasando por el mejor momento. Pero, si comparamos su desempeño con el de otras regiones del mundo, no podemos estar conformes con los resultados logrados. Hemos perdido importancia relativa a nivel global”. Según su criterio, el gran desafío es lograr un desarrollo económico significativo, no volátil y de buena calidad. “Esto quiere decir que no sólo se base en las bonanzas temporales ligadas a los altos precios de las materias primas, sino que haya una transformación productiva donde se vea más innovación, más tecnología y más inserción en el mercado internacional”.

El titular de la CAF desde 1991 asegura que la meta es crecer en torno al 5% anual durante al menos las próximas dos décadas. Ese crecimiento eficiente y constante debe incorporar a la mayor parte de los ciudadanos a partir de la provisión de mejor educación, mejor salud, mejor empleo y mejores oportunidades para emprender en el sector privado.

La peor enfermedad

Para lograr estos cambios estructurales hace falta una agenda de largo plazo. “Este tipo de ambiciones precisa no cuatro o cinco años, sino decenios. Ello quiere decir que hay que tener una agenda integral que ha de ser compartida por el oficialismo y la oposición, por el empresariado, por los trabajadores... No todos piensan igual, pero hay ciertas ideas básicas que conviene mantener en el tiempo porque modificarlas es muy costoso”, advierte el jefe de la CAF, institución financiera multilateral con sede en Caracas en la que participan como accionistas Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela. Entre esas ideas esenciales que conviene preservar más allá de los gobiernos, García incluye la estabilidad macroeconómica.“Debemos ser conscientes de que no se puede jugar con esto. Los niveles altos de inflación son la peor enfermedad para los pobres y, a la postre, para todo el mundo”, opina el licenciado en Economía y Finanzas.

Dice García que la CAF ha acompañado a Argentina en las buenas y en las malas. Pero cuando se le consulta sobre las implicancias del cambio de administración nacional ocurrido el 10 de diciembre, se muestra respetuoso de las manifestaciones democráticas y expresa que hay expectativas favorables para el país: “creo que deben ser aprovecharlas para buscar los consensos políticos. Al final del día, estos se logran en el Congreso. Veo que existe un diálogo entre representantes de los diferentes sectores: el martes, por ejemplo, el Directorio de la CAF participó de un almuerzo con gobernadores de distintos partidos. Es una señal positiva”.

En contraposición, el ejecutivo manifiesta que la corrupción es un fenómeno gravísimo. “Si hay un tema serio que afecta a la región, es este. La buena noticia es que la prensa y la presión social están exponiendo la situación. La corrupción es cada vez menos aceptada como una cuestión natural”, reflexiona e insiste en que estos temas que antes eran tabú hoy están en las calles de América Latina, como si, a falta de la integración real, hubiese en marcha un proceso de vinculación inmaterial con eje en la ética pública.

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