Tevez y su lucha por consolidarse como líder

A esta altura, la relación entre Carlos Tevez y la Selección se va tornando patológica. Como suele pasar, más que una relación de a dos se trata de un triángulo (con la participación del público que lo idolatra) y a veces hasta de un cuadrángulo (con el aporte del periodismo que lo consiente). Y es, claro, una historia de pasión desenfrenada. Y de desencuentros notables. Tanto que en más de 11 años metió apenas 13 goles en 75 partidos. Curiosamente, el “Apache” debutó con la “albiceleste” en marzo de 2004 ante el mismo Ecuador que el jueves pasado le supo dar una nueva frustración.

Tras una semana de debate en los medios y en las calles en torno a cómo podía ser que Gerardo Martino tampoco lo pusiera desde el arranque cuando Messi no está, el hombre de Boca, ante el infortunio de Sergio Agüero tuvo la chance de jugar 70’ frente a Ecuador. Y, otra vez, no pudo aprovecharla. Porque en medio de un equipo impotente, Tevez aportó poco y nada. En el primer tiempo, no jugó de nueve tal como el técnico lo pretende, sino que arrancó más atrás, o desde el costado, como viene jugando en Boca. Desde esa posición, en promedio tocó la pelota una vez cada cinco minutos y no pudo desequilibrar. En un momento lo miró fijo a Di María, como reprochándole no haber hecho lo suficiente ante un pase que terminó yéndose al lateral.

Probablemente, recibió un correctivo de Martino en el entretiempo, porque en el complemento sí se lo vio más metido en el área, como un nueve, no de referencia pero sí de movimientos. Así participó de la mejor jugada colectiva (tirito de Mascherano detenido por el arquero rival), fabricó un tiro libre (no lo dejaron patear), y tuvo un arresto individual de calidad que definió mal desde buena posición. En Asunción, Tevez, como titular de urgencia, intentará escribir un capítulo más feliz de los que viene protagonizando. Pero está claro que al saberse suplente el “Apache” no está del todo cómodo en esta nueva etapa en la Selección. No parece sentir la alegría ni exhibe la rebeldía de Boca. Alejandro Sabella lo dejó afuera de Brasil 2014. Martino lo convocó, aunque hasta “ahí nomás”. En la Selección, no es el “dios ‘xeneize’”, sino uno más. La gente lo adora, pero el “jugador del pueblo” sigue en deuda con la celeste y blanca. ¿La saldará alguna vez? (Especial para LG Deportiva)