Escuelas del Valle de Tafí, sin calefacción adecuada

Escuelas del Valle de Tafí, sin calefacción adecuada

28 Junio 2015
Burocracia, falta de planificación, insensibilidad, desidia, son palabras muy conocidas por los tucumanos, sobre todo en lo que a materia de gobierno se refiere. Hace poco más de un mes, padres de alumnos de las escuelas de Tafí del Valle, El Mollar y los alrededores protestaron por la falta de calefacción en los establecimientos educativos y ayer volvieron a manifestar en el puente de La Angostura. Soportando las inclemencias climáticas, la mayoría de los niños llega a las 8 a las escuelas -algunos deben caminar una hora- y se va a las 16.30.

Hace cuatro años, el Gobierno debió acondicionar los locales, cuando decretó que las escuelas de alta montaña (el ciclo lectivo comenzaba en agosto y terminaba en mayo), pasaran al régimen normal, con la idea de unificar los ciclos, de manera que los alumnos que quisieran continuar estudios universitarios no perdieran un año.

El Ministerio de Educación dijo que hubo un retraso en la gestión y comenzó las obras de infraestructura para calefaccionar las aulas. Sin embargo, se aclaró que el trabajo completo llevará todo el invierno, razón por la que envió caloventores a las escuelas como medida de emergencia. El problema es que el sistema eléctrico no soportó la demanda de energía y hubo escuelas que se quedaron sin luz como la N° 38 de El Mollar.

Un funcionario de la Secretaría de Educación dijo que EDET garantizará la energía suficiente para que no colapse el sistema y agregó que están gestionando créditos en el Banco Mundial, y dinero del gobierno de la Nación para adquirir equipos de mayor potencia. “Reconozco que el expediente se demoró porque en su momento no conseguimos el financiamiento esperado por parte de la Nación y era muy costoso. Pero tampoco durante ese tiempo (desde 2011) se planteó la cuestión desde las directoras de escuela o de nivel; recién este año se reactivó el tema. Sin embargo, el Ministerio actuó de inmediato”, dijo el funcionario.

El Ministerio de Educación de la provincia unificó en 2011, mediante la resolución N° 336 el período escolar (de marzo a diciembre), para varias escuelas, con la promesa de acondicionar los establecimientos para que los chicos puedan soportar las gélidas temperaturas invernales. La modalidad se puso en marcha en 2012 y, desde entonces, las escuelas del valle (primarias, secundarias, terciarias y nocturnas) se encuentran en las mismas condiciones en que se hallaban, sin contar con lo indispensable para hacer frente al rigor invernal: aislación de cañerías para que no se congelen, provisión de agua caliente, calefacción y energía eléctrica adecuada.

En provincias cuyos gobernantes hacen de la planificación un eje de su gestión, estos inconvenientes seguramente no hubiesen ocurrido. Antes de promover un cambio de modalidad importante que iba a alterar la vida de varias comunidades educativas, se deberían haber acondicionado los establecimientos y haber tomado todos los recaudos para solucionar los posibles problemas que pudiesen presentarse. Es increíble que no se hayan hecho los trabajos por falta de presupuesto o porque en estos cuatro años, las directoras no plantearon el asunto. Las palabras del funcionario desnudan la improvisación con que se ha implementado este cambio. Antes de concretar cualquier proyecto se tiene que contar con un presupuesto que cubra todas las necesidades de infraestructura y de mantenimiento, de dónde saldrán los fondos, y pensar principalmente en la salud de los niños y los docentes, que son los protagonistas del hecho educativo y los que deben padecer estas improvisaciones gubernamentales.

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