¿Scioli y Macri van al duelo?
04 Junio 2015
Walter Schmidt - Agencia DyN

BUENOS AIRES.- “¿Y si Cristina se juega por Randazzo a último momento?”, alertó un dirigente sciolista. “Si hace eso, estalla el PJ en mil pedazos”, cerró un intendente del PJ bonaerense. El diálogo resume las sensaciones en el Frente para la Victoria, preocupado más por la incertidumbre que alimenta la Presidenta que por el crecimiento del rival de enfrente, Mauricio Macri. A poco más de dos meses de las PASO presidenciales y a cinco de las elecciones, sólo un milagro político podría restablecer la hipótesis vigente hace unas semanas, de que el próximo Presidente saldría de tres candidatos.

La sangría que sufrió y seguirá sufriendo el Frente Renovador permite por estas horas, con bastante certeza tratándose de política, “el arte de lo posible”, señalar que Sergio Massa está afuera de la discusión y que la disputa será entre Daniel Scioli y Mauricio Macri. Si Cristina lo permite.

El traje ultrakirchnerista que luce por estos días Scioli hay que atribuirlo al ejercicio del poder que ha conservado Cristina Fernández. Ni la inflación, ni la inseguridad ni la muerte del fiscal Alberto Nisman lograron debilitar el poder presidencial a un nivel en el que las decisiones pasaran por otro lado. Con poder aún y sin una gota de previsibilidad, nadie sabe qué hará Cristina con los precandidatos K: sólo ella conoce los nombres que figurarán en el papel que el FPV presentará ante la Junta Electoral con los presidenciales de agosto. ¿Hay todavía dudas? Ni los hombres de Scioli ni los de Randazzo tienen seguridad de nada. Ni el sciolismo tiene certeza que la Presidenta no deje afuera de la carrera al gobernador, ni Randazzo tiene certeza que no vayan a bajarlo para exigirle, si es un “soldado K”, ir por la gobernación. No obstante, resulta difícil de creer que Cristina baje a Scioli. No es que el gobernador sea el líder del neokirchnerismo, sino que es el mejor candidato que gobernadores e intendentes bonaerenses creen tener en el poder. Sencillo. Una decisión de esa índole pondría al PJ ortodoxo en contra del Gobierno y de la Presidenta. Nadie prevé ese escenario. Pero nadie confía en Cristina.

En la vereda de enfrente, hay una mezcla de renovado optimismo con preocupación. La caída diaria de Massa con la fuga de su principal capital político, los intendentes, en la provincia donde el Frente Renovador había centrado toda su expectativa electoral, diluye su aspiración presidencial.

“Somos jóvenes” se le escuchó decir a Malena Galmarini. Aunque la misma frase emitió Massa bajo la hipótesis de que podría llegar a un 20% de los votos y, con ese capital, proyectarse como protagonista después de diciembre. Ahora bien, si ese 20% se reduce a 10 puntos o a un dígito debido a la polarización entre Scioli y Macri en las generales, la proyección del joven dirigente es menos ambiciosa.

Ante ese panorama, Macri es optimista en quedarse con el segmento no peronista, o peronista antikirchnerista que hoy Massa retiene con fórceps. Sin embargo, la inquietud del PRO-UCR es el reverdecer del peronismo. “No es que la oposición no lee lo que está pasando, es que la maquinaria del PJ se puso de pie y es un rival temible”, razonó un operador macrista. Con todo, consideran que con un 30% que Macri obtenga en la provincia, el actual jefe de Gobierno porteño estaría en un balotaje en noviembre.

Aunque en esa instancia, oficialismo y oposición comenzarán otro partido, sin ningún asegurado. (DyN)

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