Legisladores del Pueblo de la Libertad podrían apoyar la continuidad de Letta

Legisladores del Pueblo de la Libertad podrían apoyar la continuidad de Letta

El Gobierno de centroizquierda se somete a una moción de confianza en un Parlamento dividido y convulso. Si se rompe la oposición de centroderecha que lidera Berlusconi, se formaría nuevo gabinete. Opciones de Napolitano.

EXPECTATIVA. La sede del Parlamento italiano será escenario mañana de una crucial sesión donde el Gobierno se someterá a una moción de confianza. REUTERS EXPECTATIVA. La sede del Parlamento italiano será escenario mañana de una crucial sesión donde el Gobierno se someterá a una moción de confianza. REUTERS
01 Octubre 2013

ROMA.- El ex primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, enfrenta una rebelión dentro de su propias filas de centroderecha, consecuencia de la orden dada a cinco ministros de Pueblo de la Libertad (PDL) de renunciar a sus cargos (lo formalizaron ayer) y poner en riesgo la coalición de Enrico Letta, del centroizquierdista partido Democrático (PD).

Una veintena de legisladores podrían romper filas con su líder si no da marcha atrás con la idea de derrocar al Gobierno y celebrar nuevas elecciones. "Si Silvio no da un paso atrás de lo que los políticos de línea dura están proponiendo, podríamos tener un grupo parlamentario moderado", señaló uno de los rebeldes, que pidió anonimato. El planteo se formalizó ayer en el PDL.

Esa nueva bancada será crucial para que Letta consiga que la mayoría del Senado (tiene el aval de la Cámara Baja) lo respalde en la sesión de mañana y se integre otro gabinete, con lo cual se salvaría el Gobierno encabezado por la socialdemocracia.

Las dimisiones impuestas por Berlusconi apuntaron a evitar su inminente expulsión del Senado, consecuencia de una condena firme a cuatro años de cárcel por fraude fiscal. Cuatro de los ministros renunciantes ya tomaron distancia del ex premier, aunque acataron su decisión.

Los diarios italianos registran en sus títulos el clima interno en la agrupación de centroderecha. "El mundo de Berlusconi nunca se había embrollado tanto con Berlusconi", describió el diario de Turín La Stampa; mientras que el Corriere della Sera editorializó: "El primer ministro empieza a creer que el muro Berlusconi, que se desmorona poco a poco, puede colapsar realmente".

Aval presidencial

Letta no da por sellado el destino de su gestión de sólo cinco meses de vida y lucha por mantenerla a flote. También lo quiere el presidente italiano, Giorgio Napolitano, quien vuelve a tomar las riendas en tiempos de crisis y se resiste a llamar a nuevos comicios. Si el primer ministro pierde mañana en el Parlamento la cuestión de confianza a la que se somete, lo más probable es que Napolitano pida la creación de un Gobierno de transición al ministro de Economía, Fabrizio Saccomanni, o al veterano Giuliano Amato, quien fue dos veces premier y es miembro del PD.

La posible salvación del premier provocó un leve repunte en los precios de las acciones y los bonos italianos, que han sufrido la incertidumbre política, el caos institucional y la falta de avances en las reformas económicas.

Sin embargo, la agencia de calificación de crédito Fitch advirtió que se reduciría la nota de su credibilidad fiscal a BBB+. "El colapso potencial de la coalición gobernante pone las metas fiscales de corto y mediano plazo en riesgo y crea incertidumbre en un período crucial", se alertó desde la calificadora. (Reuters-DPA-Télam)

La sombra de Berlusconi no se disipa en la península

A Silvio Berlusconi le declararon muchas veces la muerte política desde que comenzó a buscar el favor del electorado a comienzos de la década de 1990, pero siempre se las ingenió para dominar Italia durante los últimos 19 años. Ahora, su orden a los ministros del Pueblo de la Libertad de retirarse del gabinete de coalición del premier centroizquierdista Enrico Letta, puso al país al borde del colapso.

Berlusconi nació en Milán el 29 de septiembre de 1936, hijo de un empleado bancario; pasó de entretener a los comensales de cruceros con su canto a estudiar Derecho y reunir una considerable fortuna desde la década de 1960 en la construcción y los bienes raíces, antes de construir el mayor canal de televisión privada e imperio editorial italiano.

El multimillonario de flamantes 77 años (los cumplió el domingo) ingresó tardíamente a la política en 1994. Desde entonces, fue tres veces primer ministro y ocupó 3.340 días el gubernamental palacio de Chigi, más que nadie en toda la historia de la República Italiana.

Todo comenzó desde su partido defensor del libre mercado Forza Italia, que ahora quiere revivir, para contraponerse a lo que denominaba el "peligro comunista" que acechaba a su país. En alianza con la Liga Norte, el xenófobo partido populista de derecha, y la Alianza Nacional, de inclinaciones neofascistas. se convirtió en primer ministro en mayo de 1994, pero debió dimitir ocho meses más tarde, tras romper con Umberto Bossi, el líder de la Liga Norte.

Para entonces, Berlusconi ya había sido golpeado por el primer escándalo legal de los muchos que lo han perseguido. En 1996, Berlusconi perdió las elecciones frente a una coalición de centroizquierda, pero cinco años después volvió al poder con una victoria aplastante, y entre 2001 y 2005 lideró el período de Gobierno más largo en la historia italiana de posguerra.

Una y otra vez fundó partidos para reafirmar su liderazgo en la derecha; con el Pueblo de la Libertad volvió al cargo en 2008, desplazando al centroizquierdista Romano Prodi, con un programa para bajar el desempleo, invertir en obras públicas, aumentar las pensiones y luchar contra la delincuencia, que cumplió sólo parcialmente. En cambio, fueron creciendo exponencialmente las denuncias en su contra, por sus relaciones con prostitutas (una de ellas, por lo menos, era la menor de edad marroquí conocida como Ruby Robacorazones), abuso de poder, sobornos, corrupción y maniobras ilegales económicas. La ruptura del matrimonio con su segunda esposa, Verónica Lario, dominó los titulares, tanto como la sanción de leyes para garantizarse impunidad. La condena firme a cuatro años de prisión por evasión fiscal implica su exclusión del Senado, que podría ser decidida hacia fin de semana. Pero ni aún así, Italia se salvaría de su sombra. (Especial)

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