Por Bruno Farano
30 Enero 2013
¡QUE EXPLOTE! Así quieren volver a ver a La Ciudadela. LA GACETA / FOTO DE ENRIQUE GALINDEZ (ARCHIVO)
La receta es sencilla y se la conoce muy bien por estos pagos. Sin un fuerte inexpugnable, no hay paraíso que valga.
En épocas de gloria, San Martín no fallaba en su terruño. Rival que pisaba La Ciudadela se iba con la cara larga. Y este San Martín 2012/13, por ahora viene viento en popa. Por eso hay quienes comienzan a frotarse las manos. "Aún no se ganó nada", dicen por lo bajo en La Ciudadela. Y vaya razón que tienen. El camino a recorrer es muy largo.
En este semestre, dónde cada punto cotiza en bolsa, el "fuerte" de Bolívar y Pellegrini tiene que seguir siendo inexpugnable.
"Debemos seguir como hasta ahora", revela la receta Carlos Ramacciotti, el padre de la criatura. Sólo dos equipos pudieron arañar un punto en los dominios "santos": Alumni y San Jorge. El resto mordió el polvo, algo de lo que quieren seguir hacer un culto.
"Debemos estar unidos. Meterle presión a los rivales. Todos juntos tenemos que devolver a San Martín a la 'B' Nacional", pide "Rama".Los títulos se construyen a partir de la fortaleza que se adquiere jugando en casa. De ello puede dar fe San Martín que ya conoce de la materia. "Si sumas todo de local, asegurás el 60 por ciento del ascenso", saca cálculos Gustavo Balvorín."Todos juntos", piden. Al esfuerzo que se hace dentro del campo hay que acompañarlo desde el alambrado hacia afuera. El fervor, el aliento y la pasión también ganan partidos. "El público siempre es importante. Más el de San Martín, que siempre está". Gustavo Ibáñez manda una caricia al corazón, algo golpeado, del hincha.
La Ciudadela llena intimida. Nubla la vista del más hábil y hace temblar las piernas del guerrero más fornido. "Jugando en esta cancha siento un plus extra. Es indescriptible", afirma "Ring...Ring".
La locura por llegar al paraíso crece, se multiplica y en poco tiempo puede transformarse en un monstruo silencioso. Por eso "Ratón", que algo conoce del tema, apunta. "Tenemos que estar tranquilos, confiar en nuestras condiciones. De nada sirve desesperarse".
Eso está claro. Entre la efervescencia del público y la ganas de gritar al palabra prohibida, hasta el más sensato puede descarrilar.
Por eso "Lucho" González, otra voz autorizada, asiente la respuesta Ibáñez. "Primero debemos clasificar y después ir por el premio mayor". Y pide un guiño del hincha. "Que se queden tranquilos. Este plantel está haciendo un esfuerzo enorme para lograr la meta. Que ellos sigan apoyando como hasta ahora, nosotros haremos el resto".
Mantener La Ciudadela fuerte es la misión para poder llegar a la gloria. No queda otra. Los antecedentes así lo revelan y no es cuestión de andar tentando a la mufa.
Todos juntos. Unidos para salir a ganarse el pan de cada día y ahuyentar el mal que amenaza con derrumbar el sueño divino. "Inteligencia, tranquilidad y mucha garra. Esa es la receta", firma Gonzalo Cáceres.
"Entre todos", el pedido retumba en cada rincón de una mente "santa". La estrategia está clara. Para poder fundirse en el abrazo más dulce de todos, hay que defender la fortaleza.
En épocas de gloria, San Martín no fallaba en su terruño. Rival que pisaba La Ciudadela se iba con la cara larga. Y este San Martín 2012/13, por ahora viene viento en popa. Por eso hay quienes comienzan a frotarse las manos. "Aún no se ganó nada", dicen por lo bajo en La Ciudadela. Y vaya razón que tienen. El camino a recorrer es muy largo.
En este semestre, dónde cada punto cotiza en bolsa, el "fuerte" de Bolívar y Pellegrini tiene que seguir siendo inexpugnable.
"Debemos seguir como hasta ahora", revela la receta Carlos Ramacciotti, el padre de la criatura. Sólo dos equipos pudieron arañar un punto en los dominios "santos": Alumni y San Jorge. El resto mordió el polvo, algo de lo que quieren seguir hacer un culto.
"Debemos estar unidos. Meterle presión a los rivales. Todos juntos tenemos que devolver a San Martín a la 'B' Nacional", pide "Rama".Los títulos se construyen a partir de la fortaleza que se adquiere jugando en casa. De ello puede dar fe San Martín que ya conoce de la materia. "Si sumas todo de local, asegurás el 60 por ciento del ascenso", saca cálculos Gustavo Balvorín."Todos juntos", piden. Al esfuerzo que se hace dentro del campo hay que acompañarlo desde el alambrado hacia afuera. El fervor, el aliento y la pasión también ganan partidos. "El público siempre es importante. Más el de San Martín, que siempre está". Gustavo Ibáñez manda una caricia al corazón, algo golpeado, del hincha.
La Ciudadela llena intimida. Nubla la vista del más hábil y hace temblar las piernas del guerrero más fornido. "Jugando en esta cancha siento un plus extra. Es indescriptible", afirma "Ring...Ring".
La locura por llegar al paraíso crece, se multiplica y en poco tiempo puede transformarse en un monstruo silencioso. Por eso "Ratón", que algo conoce del tema, apunta. "Tenemos que estar tranquilos, confiar en nuestras condiciones. De nada sirve desesperarse".
Eso está claro. Entre la efervescencia del público y la ganas de gritar al palabra prohibida, hasta el más sensato puede descarrilar.
Por eso "Lucho" González, otra voz autorizada, asiente la respuesta Ibáñez. "Primero debemos clasificar y después ir por el premio mayor". Y pide un guiño del hincha. "Que se queden tranquilos. Este plantel está haciendo un esfuerzo enorme para lograr la meta. Que ellos sigan apoyando como hasta ahora, nosotros haremos el resto".
Mantener La Ciudadela fuerte es la misión para poder llegar a la gloria. No queda otra. Los antecedentes así lo revelan y no es cuestión de andar tentando a la mufa.
Todos juntos. Unidos para salir a ganarse el pan de cada día y ahuyentar el mal que amenaza con derrumbar el sueño divino. "Inteligencia, tranquilidad y mucha garra. Esa es la receta", firma Gonzalo Cáceres.
"Entre todos", el pedido retumba en cada rincón de una mente "santa". La estrategia está clara. Para poder fundirse en el abrazo más dulce de todos, hay que defender la fortaleza.
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